La muerte del joven de ascendencia argelina Nahel a manos de la Policía en un control vial en el suburbio parisino de Nanterre desató una ola de ira en toda Francia y una de las mayores revueltas populares de que el país tenga memoria. Sin embargo, antes hubo otros casos similares. Algunos, poco visibilizados. Y hay un denominador común: hablan de violencia policial.
Todos, además, parecen corroborar la conclusión de un informe de la Defensoría de los Derechos del Pueblo de Francia: un joven percibido como árabe o como una persona negra tiene una probabilidad 20 veces mayor de ser sometido a un control policial.
Uno de esos casos ocurrió en la ciudad de Angulema, en el suroeste del país. El pasado 14 de junio, Alhoussein Camara, un guineano de 19 años, murió a manos de un agente de Policía durante un control en una carretera. Alhoussein no tenía antecedentes penales y las circunstancias están poco claras.
El agente responsable del disparo mortal fue acusado de “homicidio culposo”, es decir no intencional, dos semanas después del incidente. A diferencia del caso del Nahel, la escena no fue filmada, aunque el policía llevaba una cámara para peatones.
“No fue posible utilizarla porque no tenía carga suficiente en el momento de los hechos”, declaró la fiscal de la causa al inculpar al policía. El abogado de la familia, Arié Alimi, presentó una solicitud de acceso al expediente en un intento por arrojar luz sobre las zonas grises que rodean la muerte de Alhoussein, y disipar así las inquietudes de su familia.
“¿Por qué no se presentaron cargos más rápidamente? Sabemos que en los casos de violencia policial y de muertes al volante suele haber mentiras, suele haber un deseo de ocultar la verdad, ya sea por parte de la Policía, o incluso a veces por parte de la justicia”, señala Alimi.
El día en que Alhoussein se encontró con la muerte vestida de uniforme se dirigía al trabajo. Según las primeras conclusiones, dos vehículos policiales intentaron detenerlo. El joven puso marcha atrás y luego avanzó, golpeando con el auto las piernas de uno de los agentes. Fue suficiente para que le dispararan.
Tras su muerte, entre 800 y 1.000 personas participaron en una marcha exigiendo justicia en presencia del embajador de Guinea en Francia, Sinkoun Sylla.
Las estadísticas oficiales señalan que, durante el año pasado, los agentes de la Policía francesa dispararon contra vehículos en movimiento en 138 ocasiones y que 13 personas murieron en tiroteos que tuvieron lugar durante controles viales.
El asesinato de Nahel desencadenó disturbios y manifestaciones contra la denunciada “violencia policial racista”. Sin embargo, no todos los casos de muerte durante operaciones policiales desataron tanta ira en Francia, incluso cuando otros siguen siendo recordados por muchos.
Traoré, de 15 años, y Benna, de 17, regresaban en grupo caminando a sus casas tras un partido de fútbol. La Policía había sido alertada sobre un presunto robo en la zona. En busca de los responsables, los efectivos quisieron controlar al grupo. Traoré, Benna y un amigo que iba con ellos, Muhittin Altun, no tenían papeles y decidieron huir.
La Policía pidió refuerzos y se inició una desenfrenada persecución. Los tres adolescentes se escondieron en una estación eléctrica. Allí, Traoré y Benna murieron por la fatal descarga eléctrica de un transformador. Muhittin sobrevivió con graves quemaduras.
Un mensaje de radio quedó grabado y provocó la indignación: “Si van a las instalaciones de EDF (Compañía de Electricidad Francesa, por sus siglas en francés), me importa un bledo sus vidas”, dijo uno de los policías que los perseguía cuando vio a los jóvenes trepar por una valla en dirección a la estación.
Los policías fueron juzgados, acusados de omisión del deber de socorro, ya que no se ocuparon de los jóvenes a pesar del peligro que corrían sus vidas. Diez años después, un tribunal penal de Rennes absolvió a ambos agentes. La razón que esgrimieron los jueces fue que no había peligro inmediato para los adolescentes y, en opinión de los magistrados, los policías actuaron de forma adecuada.
Tras una discusión entre Lamine Dieng y su novia, la Policía detuvo al joven franco-senegalés de 25 años y lo metió en una patrulla. Cinco agentes lo sujetaron por la fuerza y presionaron su cuerpo y su cara contra el suelo durante media hora, con los pies atados, según la reconstrucción de la escena hecha por la organización de Derechos Humanos Amnistía Internacional.
Dieng perdió el conocimiento y murió por estrangulamiento.
Trece años después, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ordenó a Francia pagar € 145.000 a la familia para detener el proceso y evitar una nueva condena. Tras el crimen, las hermanas de Dieng fundaron el primer Comité Verdad y Justicia para esclarecer lo que realmente ocurrió entonces.
Ali Ziri, un argelino de 69 años, estaba de visita en Francia para comprar regalos de boda para su hijo y se tomó unas copas de alcohol con un amigo después de la compra. Ambos, con Ziri como pasajero, fueron detenidos en un control vial. Ziri se resistió a la requisa de los agentes. Tres policías lo llevaron a la patrulla, lo esposaron con las manos atrás y lo sujetaron de camino a la comisaría con la cabeza entre las rodillas.
Ziri vomitó varias veces, entró en coma y, más tarde, murió asfixiado en el hospital. De nuevo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Francia. En esta ocasión por “negligencia”. La hija de Ziri recibió € 30.000 euros por daños morales y € 7.500 euros por gastos.
Adama Traoré, de padres malienses, tenía 24 años cuando escapó de la Policía durante una persecución, antes de ser detenido por la gendarmería. Tres uniformados se arrodillaron sobre su espalda. Según el informe de la detención, Traoré dijo que no podía respirar. Los policías llamaron a una ambulancia. Para cuando llegó, Traoré estaba muerto.
En su caso, no hay testigos ni grabaciones de video. Al discutirse la causa exacta de la muerte, un tribunal señaló que se debió a una enfermedad previa. Sin embargo, la autopsia que había hecho la familia de Traoré concluyó que murió asfixiado por fuerza desmedida.
Cédric Chouviat tenía 42 años y era repartidor de comida. Conducía un scooter cerca de la Torre Eiffel cuando lo detuvo la Policía. El motivo: hablaba por teléfono mientras manejaba. Lo rutinario se salió de control: los cuatro agentes y Chouviat discutieron hasta que los policías lo empujaron boca abajo contra el suelo con el casco del scooter puesto.
El hombre, padre de cinco hijos, gritó “¡me asfixio!” siete veces, como demostraron las grabaciones de video y audio. Los policías, sin embargo, no reaccionaron. Chouviat perdió el conocimiento y murió 48 horas después en el hospital. El informe de la autopsia señaló que fue muerte por rotura de laringe.
El caso de Nahel reavivó la controversia sobre la acción policial en Francia. Nahel es la segunda persona que muere este año y de esa manera en el país. Organizaciones como Amnistía Internacional y el Consejo de Europa acusaron recientemente a las fuerzas de seguridad francesas de abuso policial en el manejo de manifestaciones masivas.
“Ahora es el momento de que el país aborde seriamente los problemas profundamente arraigados de racismo y discriminación racial entre las fuerzas del orden”, aseguró Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos durante la conferencia de prensa regular de la ONU en Ginebra, Suiza.
Shamdasani hizo también un llamado a las autoridades francesas para que garanticen que el uso de la fuerza por parte de la Policía para enfrentar a los elementos violentos durante las manifestaciones respete los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad y no discriminación.
(Con información de agencias)
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá