El bombero estudioso

Fue guardia de seguridad y estudió para bombero antes de cruzar el Atlántico y lanzarse a la aventura del básquetbol. Llegó a Paysandú en 2006, se nacionalizó uruguayo en 2011, se casó dos veces, tiene cuatro hijos y es una de las piezas claves que tiene Urunday Universitario, líder y sensación del Clausura de la Liga Uruguaya de Básquetbol.

Nació en Birmingham, estado de Alabama, "una ciudad parecida a Montevideo, a la gente le encanta hacer barbacoas por cualquier motivo", cuenta en la cancha de Urunday.

Empezó jugando al fútbol americano hasta que un día su hermano mayor lo llevó a jugar al básquetbol: "Lo odiaba", confiesa. "Esto es para señoritas, no se puede golpear a nadie", le decía.

Hasta que aprendió que el básquetbol también puede ser un juego físico: "Aprendí a controlar el contacto", cuenta a las risas.

Y a través del básquetbol consiguió una beca en la Universidad de Birmingham donde estudió tecnología electrónica. "No me pude graduar porque me faltó un semestre y no tenía plata para pagármelo", recuerda.

"Cuando terminé la universidad, empecé a buscar una carrera para trabajar. Di examen para ser bombero y fui aprobado. Al mismo tiempo empecé a ir a campamentos de la NBA y la CBA y también en el extranjero; son lugares donde se eligen jugadores. Me gastaba el dinero de mi trabajo. Era divertido pero al mismo tiempo muy estresante", explica.

"Fui a varios campamentos donde tenés que conocer a alguien o tener un buen representante, y yo tenía pocas chances de entrar a la NBA porque mi experiencia no era suficiente", dice. Además, había jugado en la División II de la NCAA.

"Así que estuve un par de años sin ni siquiera tocar la pelota de básquetbol. Trabajé como guardia de seguridad y seguía haciendo la carrera de bombero al mismo tiempo", cuenta mezclando alguna frase con tonos bien rioplantense con el inglés con el que se siente más seguro para explayarse.

"Al final me salió el trabajo como bombero, solo tenía que ir a la academia unos pocos meses para terminar de recibirme y empezar a trabajar". Era el año 2003, pero había algo que lo inquietaba. Entonces pidió consejos a su entorno. Hasta que una pregunta le llegó al fondo de sus fibras. Alguien le dijo: "En 20 años, cuando mires para atrás lo que elijas ahora, ¿te sentirás pleno o culpable?" .

Craig no lo pensó dos veces. Decidió que quería ser basquetbolista y poco después desembarcó en Portugal para jugar en Esgueira, un equipo chico de esa liga.

"Luego me llamaron para venir a Sudamérica: Venezuela o Chile. Pero las dos posibilidades se cayeron y terminé en Uruguay. Solo lo conocía del mapa, bien al sur de Sudamérica", dice con una amplia sonrisa.

Su primer equipo, en la temporada 2006-2007 fue Paysandú donde recuerda haber compartido plantel con Marcel Bouzout y Pablo Morales. "Me rompí la mano contra Biguá donde estaba Emilio Taboada y no pude terminar la Liga". Taboada es hoy su compañero en el estudioso, como llaman a Urunday Universitario.

Volvió a Portugal y jugó en Paraguay donde fue bicampeón con Libertad, lo que recuerda como otra de sus grandes experiencias.

En algunos años se convirtió en un amuleto del Metropolitano donde fue campeón en 2008 con Capurro, en 2010 con Waston y en 2011 con Tabaré.

"Fueron tres buenas organizaciones, con buenos equipos armados para salir campeones y yo solo tenía que hacer mi trabajo. Eso sí, el invierno se siente en el Metro, es bravo", dice y vuelve a reír.

Jugó dos Ligas en Aguada y cuatro en Bohemios. También una Liga Sudamericana con Trouville. "Hasta el día de hoy me cruzo con hinchas de Aguada que me gritan en la calle: 'Brian, vamo' arriba Aguada'. Hice muchos amigos, fue una linda etapa. También la de Bohemios, un gran club. Mi hijo tiene 12 años y juega ahí en las formativas".

Craig alquila un apartamento en la zona de Pocitos y maneja. Desde 2011 es un uruguayo más.

"No tengo decidido qué vamos a hacer cuando me retire, mi esposa es uruguaya y trabaja aquí, pero por ahora estoy enfocado en jugar", explica.

El foco de Urunday, según el ala-pívot de 2,06 metros de altura, está puesto en meterse en la Liguilla y después en pelear el campeonato. Sabe soñar en grande.

11,2 puntos son los que promedia en la presente Liga Uruguaya. Tiene además 5,7 rebotes. La pasada temporada promedió 9,7 puntos por juego en Urunday.

21 puntos hizo la semana pasada en el triunfo ante Welcome donde bajó 11 rebotes. En esta Liga suma tres doble-dobles entre puntos y rebotes.

Héctor Da Prá es como un maestro, nos organiza como equipo pero nos da la libertad de resolver en la cancha. Eso es bueno, nos hace aprender y crecer como equipo".

Brian Craig, sobre su entrenador

"Construimos un gran equipo, aunque por mala suerte tuvimos tres titulares lesionados en el comienzo de la Liga: Mauro Zubiaurre se rompió los ligamentos cruzados y yo sufrí un pequeño corte en el menisco. Emilio Taboada se desgarró y luego se resintió (actualmente sigue en recuperación). Muchos partidos los tuvimos que afrontar con jugadores jóvenes. Nuestro primer objetivo fue estar sanos, después empezar a ganar y ahora que estamos en racha queremos terminar en el top 3 o 4 para jugar los playoffs. El objetivo final es salir campeones, pero vamos partido a partido", cuenta.