El caso Bentancur

Juventus lleva 28 partidos jugados en la temporada 2017-2018 y el uruguayo Rodrigo Bentancur estuvo presente solo en 14, seis de ellos como suplente. A seis meses para el Mundial, ¿llegará con el rodaje suficiente como para que Óscar Tabárez lo convoque para Rusia 2018?

El volante surgido en Boca Juniors estuvo en el banco de suplentes ayer en el clásico ante Torino por Coppa Italia y si bien el sábado fue titular ante Hellas Verona, fue sustituido en el entretiempo. Contra Roma y Bologna se quedó en el banco y antes, contra Inter, entró para jugar los 5' finales.

Eso sí, contra Bologna por octavos de final de Coppa Italia jugó los 90 minutos, el pasado 17 de diciembre.

Está claro que para Massimiliano Allegri, Bentancur cuenta pero como jugador de proyección que debe sumar gradualmente minutos para adaptar sus condiciones al ritmo europeo.

Y no es sencillo cuando jugar como volante externo en un dibujo de 4-3-3 implica pelear el puesto con jugadores como Claudio Marchisio, Blaise Matuidi, Sami Khedira o Juan Guillermo Cuadrado.

Juventus lleva seis títulos ganados en forma consecutiva y viene de jugar la final de la Liga de Campeones. Es el gigante de Italia y más allá del retroceso que esta liga tuvo con respecto a las de España o Inglaterra, sigue siendo uno de los torneo de elite europeos.

Bentancur se hizo un lugar en la selección mayor en la recta final de las Eliminatorias debutando contra Venezuela en la penúltima fecha (entró a los 65' por Cristian Rodríguez), y siendo titular y figura en el 4-2 ante Bolivia en el último partido del clasificatorio a Rusia 2018.

Fue un año frenético para el nacido en Nueva Helvecia y que en junio cumplió los 20 años. Arrancó en el Sudamericano sub 20 como conductor de una selección que se consagró campeona en la altura de Quito rompiendo una sequía de 36 años sin títulos juveniles para Uruguay.

Se afirmó como el niño mimado de Guillermo Barros Schelotto en Boca Juniors, lo que lo tuvo en duda de participar del Mundial sub 20 de Corea del Sur donde a su juego atildado se sumó el buen pie de Federico Valverde para sacudir las viejas formas del fútbol uruguayo.

Y de ahí, selló el pasaporte a Italia acompañado de la convocatoria a la mayor. Para Tabárez, uno de los pilares de su manual de seleccionador es que los jugadores tengan continuidad en sus clubes para ser convocados a la selección.

Está claro que está regla no la aplica a rajatabla y el caso de Martín Cáceres es un claro ejemplo. Pero Cáceres, que rindió muy bien sin tener continuidad en sus clubes, es una excepción.

José María Giménez (Entró en la rotación)