Juan José Prando, presidente de la gremial de fasoneros de pollos.

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“El empleo de mucha gente depende de que se coma pollo uruguayo”

El presidente de la Asociación de Fasoneros de Pollos Unidos destacó la calidad del pollo producido en el país y explicó por qué es relevante que el consumidor lo prefiera al importado
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05 de noviembre de 2022 a las 05:00

Juan José Prando ejerce como presidente de la gremial de fasoneros, la Asociación de Fasoneros de Pollos Unidos (AFPU), desde marzo de este año. "Yo era el vicepresidente de la asociación y el presidente –Gustavo Clavijo– pidió licencia por un tema de salud y asumí. Luego él retomó y volvió al grupo de la directiva, pero como el trabajo se venía haciendo bastante bien se decidió que yo siguiera al frente de esta asociación", comentó.

 

¿Dónde se encuentra su predio de producción y cómo lo puede describir?

Soy un típico productor familiar. Esto lo empezaron mi abuelo y mi padre en el año 1979, desde que nací en 1982 ya estaban en la avicultura y hoy mi padre está jubilado y yo sigo el camino de ellos. Tengo 40 años, estoy casado y tengo dos hijos, de 12 y 10 años. Estamos en Los Cerrillos, en Canelones, una zona rural bastante tranquila. De la zona oeste del departamento, esta fue la primera en la que se empezó a criar pollos, pero por supuesto que todo el santoral es la zona fuerte del pollo. Acá tenemos cinco galpones, hay 7.000 mil m2, con una capacidad simultánea para producir 80 mil pollos, aunque por supuesto nunca está todo ocupado, eso depende del manejo, de cómo se vaya dando la demanda desde la industria.

 

¿Cómo es el acuerdo entre los fasoneros y la industria?

La industria, Tres Arroyos, nos brinda los pollitos, la alimentación, la calefacción que acá es a gas y el apoyo sanitario cuando es necesario. Nosotros, en un trabajo a fasón, engordamos el pollito llevándolo a pollo terminado con los kilos que se nos pide y lo entregamos pronto para que hagan la faena.

 

¿Cuántos socios tiene la AFPU?

Ha bajado bastante la cantidad, lamentablemente hubo muchos productores que tuvieron que quedar por el camino. En un momento hubo más de 300 socios y hoy somos unos 160, aunque la realidad es que pagantes somos unos 100.

 

¿Y esos socios que porcentaje representan de los fasoneros que hay activos?

Son algo más de la mitad, un 60% más o menos. Eso no quiere decir que esos socios signifiquen el 60% de la producción, porque hay muchos fasoneros medio grande que no se arriman. Más de la mitad de la producción no está asociada, esa es la realidad.

 

¿Qué dificultades señalaría como las de mayor relevancia entre las que los socios tienen?

Hay varias cosas. Una enorme preocupación es que solo estemos trabajando atendiendo al mercado interno, nos falta trabajar en todo lo que es exportación para que eso genere mejores condiciones para todos en la cadena avícola. Otro tema es que, a la vez, el gobierno liberó los cupos de importación y está entrando mucho pollo congelado, entero y en trozos, eso afecta a la producción local que capaz bajó un 30%, más o menos. Eso es grave porque hoy por ejemplo nosotros ponemos unos 40 a 45 días para llevar el pollito a pollo y entregarlo y luego en vez de arrancar enseguida de nuevo con el ciclo productivo pasamos más o menos esa misma cantidad de tiempo con los galpones vacíos, porque la demanda cayó. Estamos trabajando al 70% de lo que deberíamos estar, calculo.

 

¿Por qué es importante sostener al fasonero?

El fasonero es una pieza clave, no porque yo sea uno, pero nosotros estamos arriba del pollo las 24 horas, cada día durante todo el proceso y si bien nos dan los insumos es una realidad que uno tiene que manejar todo con eficiencia para darle a la industria un producto en excelente estado, la muñeca del fasonero es fundamental. En realidad, cada uno en la cadena de producción tiene que ser muy eficiente, el fasonero primero, el industrial después, sentimos que esto es como un trabajo de equipo y con algo que es trascendente porque estamos hablado de la producción de un alimento para el consumo de la gente.

 

¿Por qué el consumidor, en caso que pueda elegir a igual precio, debería optar por el pollo que se produce en el mercado interno?

Pienso que, por ejemplo, por los puestos de trabajo que están en juego. Hace poco un censo reveló que hay unos 8.000 empleos directos o indirectos en esta cadena de producción, que no es poco, hay muchas familias involucradas en las granjas y en la industria donde hay siete u ocho frigoríficos activos, en la cadena de distribución también, porque están los camioneros, todo lo que son los insumos. Además, otro factor es que acá en Uruguay no se está congelando pollo, todos los días llega pollo fresco a los comercios, no hay sobrantes, se cría lo que se vende y no es lo mismo que una suprema que se congeló en Brasil, llegó congelada y acá la descongelan para venderla como si fuese fresca. La calidad no es la misma, sin dudas. El empleo de mucha gente depende de que la gente coma pollo uruguayo, de que elija el pollo de acá, que además es 100% fresco, con más calidad, siempre es recomendable.

 

¿En qué está trabajando ahora la AFPU?

Estamos en un proyecto que es muy importante, hicimos un relevamiento con socios y no socios para una mejora que intentamos tener con UTE, le pedimos a corto plazo –porque se viene el verano– que nos pongan a todos en una lista de emergencia para atención prioritaria cuando haya un corte de luz, para que cuando uno haga el reclamo desde una granja avícola quien reciba el reclamo tenga en cuenta que hay animales que por falta de energía cuando hay grandes calores pueden correr riesgo de vida. Junto con eso, UTE está relevando los clientes y los consumos, a veces uno peca de ignorante y tiene contratado un servicio que por ahí no es lo mejor para lo que precisa, eso está andando porque yo mismo me anoté y ya me llamaron para asesorarme sobre cuál es el mejor plan.

 

¿Siente que es posible que sus niños en su momento sean la cuarta generación en la empresa fasonera familiar?

Uno como padre lo que quiere es que los chiquilines estudien, que busquen por ahí una carrera que los libere un poco más. Yo no me quejo de mi trabajo, pero bueno, lo importante es que se preparen para lo que quieran y que elijan. De nuestra parte lo que vamos haciendo es invirtiendo en alguna herramienta por si el día de mañana ellos quieren quedarse a trabajar en la granja.

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