En su primer partido oficial con Bayern de Múnich, Sadio Mané marcó un gol y sumó el título de la Supercopa de Alemania, siendo partícipe de la demostración ofensiva de los bávaros (5-3) ante Leipzig, el sábado en el césped del Red Bull Arena.
El técnico de Bayern Julian Nagelsmann había declarado el viernes que esperaba que sus jugadores enviasen un mensaje al resto de equipos en la Supercopa, ante RB Leipzig, uno de los candidatos a poner fin a la década de dominio indiscutido de Bayern en la Bundesliga (diez títulos consecutivos).
Antes del descanso, los compañeros de Manuel Neuer ya habían cumplido el deseo de su entrenador, con una clara superioridad sobre los pupilos de Domenico Tedesco.
El ataque bávaro, con Jamal Musiala y Sadio Mané escoltados por Thomas Müller y Serge Gnabry, ofreció un recital en los primeros 45 minutos, con un gol cada cuarto de hora; Jamal Musiala (15'), Mané (31') y Benjamin Pavard (45').
Para Mané fue su primer gol en su primer partido oficial con su nuevo equipo, después de seis años defendiendo la casaca de Liverpool.
El único debe para Bayern fueron las jugadas de pelota quieta, gracias a las cuales Leipzig pudo poner un poco de emoción al partido, con un remate de cabeza de André Silva al palo y un gol de Marcel Halstenberg justo antes de la hora de juego. Pero Gnabry, con el cuarto gol de Bayern (66') devolvió los tres goles de diferencia.
Christopher Nkunku apenas tuvo ocasiones para demostrar los méritos de su galardón de mejor jugador de la Bundesliga la temporada pasada. Marcó de penal el gol de la esperanza (4-2, 77') pero era demasiado tarde para Leipzig, a pesar del gol del internacional español Dani Olmo (89'), que relanzó por poco tiempo el suspenso, hasta que Leroy Sané sentenciase al término de un prolongado tiempo añadido (90'+8').
Así pues Bayern se llevó un primer título de la temporada, una décima Supercopa alemana de su historia.
Sobre el final del partido se produjo una incidencia que dio vuelta al mundo y que ganó más protagonismo que el propio partido.
La protagonizó justamente Olmo que fingió mandar una pelota al saque de banda para que repusiera Bayern Múnich mientras atendían a un jugador rival pero dejó la pelota sobre la línea.
El francés Lucas Hernández la tomó con las manos para reponer pero el juez asistente le cobró mano y el árbitro central concedió tiro libre.
Pese a que de poco sirvió, Leipzig ganó así un tiro libre de frente al área.
En pequeños detalles, la viveza de los futbolistas sigue siendo un factor para ganar ventajas módicas en las acciones de juego.
Mirá la polémica incidencia que determinó el malhumor de los jugadores de Bayern que increparon el accionar del español.
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