Crimen en el Pantanoso: el femicidio que casi queda impune y la peripecia para encontrar a testigo clave

Adentro encontraron el cuerpo de Bettina. Estaba desnuda, estrangulada, y descuartizada.

Tres meses después, en marzo, a raíz de la declaración de un testigo protegido, la Fiscalía supo que una amiga de Bettina, apodada la China, había comentado en el barrio que ella había presenciado el momento en el que el Chopo la ataba.

De acuerdo a la investigación fiscal, Bettina y la China eran prostitutas y el Chopo era uno de sus clientes. Él terminó matando a Bettina cuando descubrió que ella le estaba robando. Los objetos que le había sacado eran una pipa y una bolsa de papas. 

Así, el Chopo estuvo preso 11 meses. El 9 de febrero de 2023, su defensora, Andrea Souto, y el fiscal adscripto de Violencia de Género de 2° Turno, Franco López, acordaron que podía seguir esperando por el eventual juicio oral en arresto domiciliario. En esa audiencia López advirtió que estaba próximo a cumplirse el año de la imputación –que fue a mitad de marzo de 2022– y que ahí debía decidir si lo acusaba del crimen para ir a juicio oral o si pedía su sobreseimiento. Hasta esa fecha, no lo tenía resuelto. "La fiscalía debe analizar toda la evidencia restante", indicó en esa oportunidad. 

Una semana después, pidió el sobreseimiento de quien inicialmente había sido señalado por el homicidio de Bettina y a quien la amiga de ella decía haber visto matándola. En el pedido de sobreseimiento, al que accedió El Observador, López argumentaba que cuando le realizaron una pericia semiológica a la China, surgió de las conclusiones que la gestualidad de la periciada era "contradictoria", que su relato no era veraz y que bajaba la vista para no hacer "contacto visual". 

Pero por sobre todas las cosas, el argumento para sobreseer al Chopo era que no podían ubicar a la China para que declarara en el juicio y que la última vez que la habían visto amigos y familiares había sido en marzo de 2022.

La China, al igual que Bettina, vivían prácticamente en la calle y eran adictas a las drogas.

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En ese momento, la madre de la víctima, representada por el Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho, se opuso al sobreseimiento del imputado y pidió al juez que el caso lo reexaminara otro fiscal. En ese momento, los representantes del consultorio que lidera Juan Raúl Williman se reunieron con el nuevo fiscal del caso, Schubert Velázquez, y le transmitieron la necesidad de ubicar a esta testigo. 

Así, Velázquez emitió una orden a la policía de ubicarla dándoles un exiguo plazo –apenas unos días– para hacerlo. Así, después de casi un año, lograron encontrarla. Durante todo ese tiempo había estado deambulando, de barrio en barrio, asustada por lo que el imputado podría hacerle a ella y a su familia, dijo a la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de la Nación.

Según relató el fiscal en una audiencia a cuyo registro accedió El Observador, la China contó que cuando el Chopo salió de la cárcel empezó a decirles a los vecinos que la mataría si declaraba en el juicio. Puntualmente, dijo: "Voy a matar a todos si esta hija de puta habla". Incluso llegó a ofrecerle dinero para que no se presentara. 

Él negó que todo eso haya pasado. "Pasa todos los días por la puerta de mi casa, yo en ningún momento la amenazo. Yo soy inocente, si tuviera culpabilidad o la consciencia sucia... ¡Yo en ningún momento la amenacé!", expresó.

Pero Velázquez pidió que ahora que se la había podido ubicar se le tomara declaración cuanto antes –aunque el juicio todavía no hubiera comenzado– para evitar que volviera a desaparecer.

Aunque esa medida tampoco era suficiente para alguien de comportamientos tan erráticos, y por eso el fiscal pidió que se la arrestara unas horas antes para asegurar su comparecencia. Esa medida es muy poco común y el juez de la causa, Gonzalo Arsuaga, reconoció que nunca se lo habían pedido antes. De todas formas lo aceptó. 

También le pidió al fiscal que la Unidad de Víctimas y Testigos se encargara de contenerla en esas horas previas, dado a su débil estado emocional. Por eso, una noche antes la llevaron a un hotel donde controlaban que estuviera bien, la asistieron y le dieron comida. Pese a los esfuerzos por contenerla, cuando se hizo la hora de la comparecencia, la mujer se había fugado. 

Como no tenía dinero y su estado era frágil, los investigadores teorizaron que no se podía haber ido muy lejos. Volvieron a encontrarla en una calle cercana y ella declaró ante el juzgado el 23 de marzo de este año.

Durante la audiencia, estaba llena de miedo, dijeron fuentes que estuvieron ahí. Aún así, se fue soltando un poco y pudo contestar las preguntas de la fiscalía. Contó lo que le pasó a su amiga y cómo lo vio todo a través de una rendija. Dijo que el Chopo había matado a "cuatro o cinco más", pero que le afectó cuando mató a su amiga.

El reexamen 

El Consultorio Jurídico de la Udelar representa a la madre de Bettina, pero también a la denunciante de tres hombres a los que acusa de haberla abusado sexualmente después de salir de un boliche.

Consultado por El Observador el director del consultorio, Juan Raúl Williman, reivindicó la herramienta del reexamen, que esta semana en el caso del Cordón la jueza Blanca Rieiro se lo negó. Williman apeló y será un tribunal de Apelaciones quien tenga la última decisión.

"Con el sobreseimiento este hombre quedaba libre, le debían dos años de prisión preventiva indebida y todo porque una testigo no aparecía. Utilizamos la oposición al sobreseimiento, conseguimos el reexamen y nos juntamos con el otro fiscal y le pedimos que aparezca. Apareció y con una ayuda extrema de la Unidad de Víctimas para sostenerla, ella declaró. En este caso, la garantía que el juez dio a los familiares de la víctima y otra decisión del fiscal tuvo un resultado determinante", valoró.