El grupo criminal Los Lobos se adjudicó el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Villavicencio

“Cada vez que los políticos corruptos no cumplan con su promesa que establecemos cuando reciben nuestro dinero, que son millones de dólares que financian su campaña, serán dados de baja”, afirmó un hombre encapuchado, vestido de negro y rodeado de una decena de personas vestidas igual que él y que levantan armas largas.

“Nosotros, la organización Los Lobos, asumimos la responsabilidad de los hechos suscitados. Y se volverá a repetir cuando los corruptos no cumplan con su palabra”, lanzó el hombre, que también amenazó al candidato Jan Topic, de la alianza Por un País sin Miedo. “Tú también, Jan Topic, cumple con tu palabra. Si no cumples, serás el siguiente, Jan Topic”, advirtió al finalizar el mensaje subido a internet.

Los Lobos no son nuevo en panorama criminal. Se constituyeron como la segunda agrupación delictiva más numerosa del país, con más de 8.000 miembros distribuidos en las prisiones ecuatorianas, y participaron en varias de las sangrientas masacres carcelarias, según InSight Crime, una fundación con sede en los Estados Unidos que estudia e investiga las amenazas para la seguridad nacional y ciudadana en América latina y el Caribe.

Según sus reportes, la erosión de la posición de Los Choneros como organización criminal dominante dejó el camino libre para que Los Lobos tomaran el control a partir de 2020 de una poderosa red de bandas, entre las que se cuentan Los Tiguerones y Los Chone Killers.

La banda, según medios ecuatorianos como Código Vidrio, tiene enlaces con el crimen organizado de Colombia y México, y provee de armas y seguridad al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que disputa el control de las rutas de cocaína que atraviesan Ecuador.

Los analistas señalan que, al reconocer la posición de debilidad de Los Choneros, varias pandillas y facciones que se habían declararon sus aliadas cambiaron de bando y crearon la nueva alianza. Entre estos grupos de menor tamaño se contaban Los Lobos, Los Chone Killers y Los Tiguerones, que en conjunto se hacen llamar Nueva Generación.

Las crónicas policiales señalan que, en febrero de 2021, Nueva Generación coordinó ataques contra los fragmentados líderes de Los Choneros, en un contexto de motines carcelarios que dejaron un saldo de al menos 80 internos muertos. Otros 119 prisioneros fueron asesinados en septiembre de ese mismo año, cuando Los Choneros y Los Lobos se enfrentaron en una cárcel de Guayaquil.

Poco después, en noviembre de 2021, luego de múltiples días de amotinamientos, que dejaron 68 reos muertos, las autoridades ecuatorianas señalaron la participación de carteles mexicanos como la razón de la violencia en las prisiones. Alegaron que el Cartel de Sinaloa, de México, que apoyaba a Los Choneros, y el CJNG, del lado de la Nueva Generación, habían entregado armas y apoyo a los grupos ecuatorianos.

La ola de violencia no dio tregua a lo largo de 2022. En mayo, hubo 44 muertos en una masacre ocurrida en la prisión de Bellavista, cerca de Quito. Posteriormente, en noviembre, Los Lobos y Los Tiguerones fueron declarados responsables de otra ola de violencia, que en esa ocasión incluyó la muerte de policías, coches bomba y cuerpos colgados debajo de los puentes.

Según las investigaciones periodísticas, Los Lobos operaban principalmente en las ciudades de Latacunga y Cuenca, en la provincia amazónica de Pastaza, y en la ciudad costera de Machala. Pero desde que comenzaron a ganar relevancia nacional consolidaron su presencia en las prisiones de máxima seguridad.

Según algunas versiones, el grupo controla toda la prisión de Turi, en Cuenca, que alberga a cerca de 1.600 reclusos. También tiene una influencia dominante en las prisiones Sierra Centro y Cotopaxi, en las afueras de Latacunga. En el Centro Penitenciario Litoral, de Guayaquil, el más grande del país, controla los pabellones 8 y 9, según los panfletos publicados por el mismo grupo en noviembre de 2022.

Su principal fuente de ingresos se origina en el tráfico de cargamentos de cocaína para grupos colombianos y mexicanos que mueven la mercancía por Ecuador, país que se posicionó como una plataforma de embarque con destino a los Estados Unidos y Europa. Según Naciones Unidas (ONU), casi una tercera parte de la cocaína colombiana sale de Suramérica por puertos ecuatorianos.

Sin embargo, en los últimos meses, las autoridades del país descubrieron laboratorios de procesamiento de cocaína en Ecuador, lo que indicaría una posible evolución de las grandes bandas, como Los Lobos, en “microcarteles”; perfil que no excluye el microtráfico, la extorsión y el secuestro; o incluso la minería ilegal de oro en la provincia norteña de Imbabura, en donde cobra un impuesto del 10% de todos los minerales extraídos.

En la actualidad, Ecuador ocupa el tercer lugar en decomisos de cocaína en el mundo, después de Colombia y los Estados Unidos, según el Informe Mundial 2022 sobre Drogas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Eso significa que, por las manos de las bandas ecuatorianas, como Los Lobos, pasan cada vez más cocaína, dinero y armas.

(Con información de AFP e InSight Crime)