Hans Vinding
Martín Viggiano

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El Obelix del vino

Hans Vinding-Diers es un enólogo sudafricano de origen danés que con más de 46 cosechas en diez países del mundo llegó a Montevideo a presentar sus vinos patagónicos
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04 de diciembre de 2012 a las 00:00

POR VALENTÍN TRUJILLO

Le faltan las trenzas pelirrojas del galo y no tiene la panza desmedida con el pantalón a rayas blancas y celestes, pero Hans Vinding Diers, bodeguero y winemaker (título para quien quien toma todas las decisiones técnicas, logísticas y geológicas en la elaboración de un vino) de Bodegas Noemía, casi que nació dentro de una marmita. En su caso, la poción mágica es el vino.

“Nació propio en el vino. Fui como Obelix”, dijo Vinding, entremezclando un poco el español con el italiano y recordando al personaje de Asterix que cayó dentro de una marmita de poción mágica. Vinding mezcla los idiomas porque hace una semana volvió de la Toscana italiana, donde hace el vino Argiano en una bodega propiedad de su pareja, la condesa Noemí de Cinzano. Las Bodegas Noemía, donde trabaja, están ubicadas en el Alto Valle del Río Negro, plena Patagonia.

Vinding nació en un establecimiento de vino que se llama Rustenberg, ubicado cerca de Stellenbosch, una de las principales zonas vineras de Sudáfrica.

Hijo de padre danés, periodista de guerra en Vietnam defraudado con la cobertura del hecho y una madre inglesa enfermera, la historia de Vinding está atada al vino desde el primer llanto.

El bodeguero llegó a Montevideo para presentar sus vinos del Alto Valle del Río Negro en la casa de Vinos del Mundo, ubicada en Punta Carretas. Su relación con Uruguay comenzó en 1998, cuando fue asesor de la bodega Pisano. “Ahora están tan buenos sus vinos que ya no me necesitan”, dice entre risas.

Desde su viaje “inicático” a Australia en 1987 (ver recuadro) hasta esta última cosecha, Vinding ha hecho vinos tanto en países del hemisferio norte como desde el hemisferio sur: Australia, Argentina, Chile, Uruguay, España, Portugal, Francia, Italia y Hungría, entre otros.

Pasión patagónica
En 2001, mientras trabajaba como consultor de la bodega Humberto Canale (la mas vieja de Río Negro y activa desde 1909), descubrió unos viejos viñedos de la época pre-filóxera (un insecto microscópico que arrasó las vides en Europa a fines del siglo XIX) en la zona de Mainqué.

En 1998, una empresa inglesa para quien trabajaba en Argentina y Chile le recomienda ir a Patagonia. “Nadie tenía idea en el mundo de lo que era Río Negro. Pero tiene una larga tradición de pie franco, como no creo que existan en Europa”, explica Vinding.

Allí descubre una enorme posibilidad. Vinding despliega tres dedos para enumerar las caracterñsiticas del terroir donde están su bodega. “Es seco, y eso hace que no existan enfermedades. El agua es pura y viene directo de los Andes. Los suelos son pobres pero aluviales; pero eso era un glaciar, con fondo calcáreo, lo que no es común en el Nuevo Mundo del vino”, agrega.

Visitó los viñedos viejos y a fuerza de andar y recorrer, se enamoró de un paraje. Allí decidió hacer su bodega. Compró un galpón de manzana con paredes aislantes, única forma de regular la temperatura. “Era auténtico galpón wine”, bromea. Y de la mano de su novia, Noemí de Cinzano, encontró el socio inversor que necesitaba.

Así comenzó la historia de la bodega Noemía, que produce tres vinos de alta gama y de una elegancia superior que presentó en Vinos del Mundo.

El A Lisa ($ 890) es un vino con 90%, 9% de merlot y 1% de petit verdot. El J Alberto ($ 1.750) es 95% malbec y 5% merlot. Estuvo 9 meses en barrica y Vinding, luego de un año con granizo, encontró la forma de adelantar la cosecha. Esto dio como resultado una nueva gama de gustos que antes no conocía.

El Noemía ($ 4.800) es un malbec varietal robusto, con dos años en madera, donde los taninos están suavizados y hay un trabajo más refinado y sutil.

Vinding defiende que las bodegas tengan vinos para diferentes momentos. “Me enoja que todo el mundo quiera hacer vinos de 90 puntos, para las revistas. La realidad no es así. Hay que saber preparar vinos distintos”, concluyó.

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