Por María Eugenia Herrmann
“Hoy caí en la cuenta de que es el principio del fin”. Esa fue la frase que utilizó Bernardo Wolloch para contar en Twitter que su hermana, Stephanie Wolloch (33), se vacunó contra el covid-19. La médica, que actualmente vive en Tel Aviv y realiza su residencia en anestesia, recibió este martes su primera dosis de la Pfizer.
Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, fue el primero en vacunarse. Con 71 años, decidió tomar la iniciativa el pasado sábado 19, para convocar a la población de su país a dar ese paso. Los siguientes días, otros políticos como el presidente, Reuvén Rivlin, también se aplicaron la dosis. El lunes comenzó la vacunación para el personal médico.
Este martes, Wolloch fue a trabajar como cualquier otro día. El horario de vacunación era de 8.00 a 18.00 horas. Ella lo hizo sobre las 17.00. “Nunca estuvo vacío, pero yo fui cuando había menos gente, unas 50 personas”, explicó la médica a El Observador. Fue de manera voluntaria, aunque casi todo el personal médico asistió a darse la primera dosis.
El procedimiento fue “cómodo”, según Wolloch: el Hospital envía un mensaje, se ingresa un link, se saca turno y se completa un cuestionario (en el que se aclara si ya se tuvo el coronavirus o no). Sin embargo, el cuerpo médico tiene la ventaja de que no deben realizar este procedimiento: “Fue un beneficio. Fui directo, sin agendarme y sin turno y me vacuné”. Por su parte, la población de Israel se ha quejado de que el sistema no está funcionado de la mejor manera. “Las personas dicen que están mil horas esperado en el teléfono para reservar su turno”, mencionó. La vacunación para el resto de la población comenzará la semana próxima, según planea el gobierno.
La sala de vacunación es un comedor “gigante” en el Hospital Tel Hashomer, centro de trabajo de Wolloch. Estaba todo “señalizado y a dos metros” de distancia, explicó la uruguaya. “De un lado te toman los datos, y del otro te vacunan”, complementó.
Luego de la inyección, hay que esperar 15 minutos para corroborar que no haya ningún efecto secundario. Posteriormente, se agenda la próxima dosis, que debe efectuarse a las tres semanas. Además, al finalizar el proceso, le otorgaron un “segundo carné”, aparte del de vacunación. Está sellado por la ONU y está redactado en diferentes idiomas.
Wolloch comentó que los efectos secundarios recién pueden comenzar a sentirse después de la segunda dosis. “Ahora no siento nada”, comentó la médica. Sin embargo, esta segunda instancia es clave, porque es cuando “quedás inmunizado”, indicó.
“Yo venía dudando con la vacuna por lo mismo que duda todo el mundo”, mencionó Wolloch. La médica señaló, igualmente, que “no es algo nuevo que empezaron a crear este año. No se hizo en un año, sino que es algo que se viene trabajando”, afirmó la uruguaya.
A pesar de formar parte del ámbito de la medicina, Wolloch comentó que, “como todos”, quería ver resultados antes de exponerse.
“Siento que faltaban números para ir más tranquilo, como para vacunarse contra la gripe”. De a poco, todo el cuerpo médico fue convenciéndose de que la vacuna podía ser positiva una vez que el gobierno aseguró que se iba a comenzar con el procedimiento.
Los medios de comunicación colaboraron en dar tranquilidad a la población, con entrevistas a inmunólogos de diferentes hospitales. Eso generó aumentó el conocimiento científico de la población empezaron a confiar más en la Pfizer: “Ya se sentía que la vacuna era segura”, manifestó Wolloch.
Sin embargo, no solo el sustento científico logró convencer a la población. Para Wolloch también pesó el "pasaporte verde". Este documento permitiría a los vacunados realizar actividades que actualmente no pueden, como por ejemplo salir a comer, ir a teatros o espectáculos públicos. Por su parte, Wolloch expresó que su motivación para vacunarse fue otra: “La vacuna me permite viajar y no tener que hacer la cuarentena obligatoria”, dijo.
“Nosotros tuvimos dos cuarentenas estrictas”, recordó Wolloch . Por día, Israel tiene casi 3.000 casos positivos, que es una cifra menor a meses anteriores, como la de setiembre, cuando registró 9.000. En las últimas dos semanas, reabrió el CTI exclusivo para casos de covid-19 porque la situación volvió a agravarse.
“No me parece que estemos mejorando”, dijo la médica. El problema, explicó, es la vacuna: “Las personas generaron mucha expectativa”. Pero para que “esté todo bien”, se necesita “un porcentaje alto de la población vacunada”, sostuvo. “La gente ya está bastante cansada”, resumió.
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