¿En qué está la inversión millonaria para la nueva planta de agua potable de OSE?

La obra que demandará una inversión estimada de US$ 250 millones consiste en la construcción de una nueva toma de captación de agua bruta en el Río de la Plata, una nueva planta potabilizadora, una estación de bombeo y una nueva tubería aductora de 80 kilómetros hasta el sistema de Montevideo.

En diálogo con El Observador, el presidente de OSE, Raúl Montero, explicó que la semana pasada fue presentado ante la empresa pública el anteproyecto que contiene las definiciones técnicas y resta el de ingeniería en detalle.

En tanto, se siguen afinando aspectos relativos a la parte jurídica, es decir, cuál sería el régimen de contrato para encarar la obra. Ese punto está atado a la forma de financiación del proyecto. De las conversaciones participan OSE, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el consorcio.

¿Qué alternativas existen? Según Montero, hay cinco que se están evaluando. Una de ellas es que el Estado se haga cargo de la obra y licite la construcción, con la única diferencia de que el consorcio proponente tendría una ventaja de entre un 5% y un 20% sobre el resto de los interesados, de acuerdo a lo previsto en la ley de reactivación económica (Ley 17.555) de setiembre 2002.

Pero para encarar esta posibilidad y hacer frente a una obra que se estima llevará unos dos años, OSE tendría que aumentar su endeudamiento. De antemano, se considera difícil que lo pueda pagar la empresa pública por sí sola, dado lo acotado de su presupuesto. Hoy se destinan alrededor de US$ 70 millones anuales al rubro inversiones. 

En el otro extremo, está la posibilidad de que sea la empresa privada la que se ocupe de ejecutar la obra y también de financiarla. Luego OSE pagaría la inversión a lo largo de una determinada cantidad de años.

¿Quién se hará cargo de la operación de la planta? Según Montero, eso también está vinculado a que alternativa se termine seleccionando. “Podría ser algo operado por la empresa privada o también operado por OSE”. El jerarca comentó que en las conversaciones realizadas hasta ahora, la operación de la planta no ha sido un condicionamiento por parte de los privados.

Por su parte, el director de OPP, Isaac Alfie, había dicho a El País semanas atrás que se prevé una modalidad igual que la compra de energía eléctrica que hace UTE a los privados, en un contrato take or pay por determinada cantidad de años.  En este caso, implicaría que el consorcio también se haría cargo de la operación.

En tanto, el gerente general del ente, Arturo  Castagnino, considera que las nuevas instalaciones deben ser operadas por OSE. “Nadie podría hacerlo mejor que OSE”, había dicho el gerente. En esa oportunidad  añadió que se debe respetar el artículo 47 de la Constitución, que indica que “el servicio público de abastecimiento de agua para el consumo humano será prestado exclusiva y directamente por personas jurídicas estatales”.

¿Hay seguridad de que se contará con agua libre de salinidad durante los 365 días del año? Sobre este punto, Montero comentó que en el proyecto está contemplada una reserva de agua dulce próximo a la nueva planta, que  se alimentaría del mismo río, y que tendría por objetivo cubrir los días del año en que la salinidad fuera superior a la admisible.

“Después está todo el juego de si eso se recarga en forma permanente o si la potabilizadora extrae del Río de la Plata, pero con una capacidad de recarga extra. Es un detalle que hace a la operación y a la seguridad, y que va a seguir estando en discusión”, apuntó Montero.

El presidente de OSE, dijo que lo que “más le preocupa” es el tiempo que llevará resolver todas las dudas que hoy persisten. “No sé cuánto nos va a llevar del año que viene cumplir con todas las etapas, es decir resolver la parte financiera, la parte legal y a la vez poner en marcha el proceso licitatorio que defina cuál es la empresa adjudicataria”.

El proyecto plantea la producción de agua potable de alrededor del  30% de lo que actualmente produce Aguas Corrientes. “El agua de Montevideo tiene una gran fragilidad en cuanto al mantenimiento  de un suministro normal. La solución es un aporte muy interesante que nos da seguridad, tanto en calidad como en cantidad ante fenómenos adversos, ya sean climáticos o de otro tipo como la presencia de algas, por ejemplo, en una de las dos cuencas. Apuntamos no solo a la cantidad de agua, sino a la mejora estratégica que nos plantea tener una opción complementaria”, había dicho Montero a El Observador.