A principios de junio la empresa Highly Innovative Fuels Global (HIF Global), anunció una inversión de US$ 4.000 millones para producir gasolina verde de exportación en el departamento de Paysandú, a partir de la captura de CO2 de origen biogénico. Esto tras una convocatoria internacional. El ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, se refirió días atrás en el Parlamento a algunos puntos de este proyecto, que promete ser la inversión más grande en la historia del país.
Para la producción de hidrógeno verde se requieren agua y energía eléctrica de origen renovable.
Una parte del proyecto incluye el desembolso de unos US$ 2.000 millones para la instalación de 2 GW de generación a partir de granjas eólicas y solares fotovoltaicas. Esa capacidad de generación es superior a toda la potencia instalada de energía eólica y solar que hoy tiene Uruguay.
Sobre este punto, Paganini aclaró en el Parlamento que estos proyectos son de inversión privada, incluso la generación eléctrica.
“Son volúmenes grandes de inversión en generación para un proyecto específico por lo que, si la UTE se embarcara en la inversión de ese porte para esos proyectos y estos demoran, estaríamos generando un desajuste fuerte con fondos públicos, lo que no quiere decir que no haya obras de trasmisión vinculadas”, afirmó el ministro, según la versión taquigráfica de la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda a la que accedió El Observador.
Además, el ministro recordó que en la Rendición de Cuentas anterior, se aprobó el mecanismo de servidumbre privado para líneas de trasmisión. Esto implica que podría haber proyectos que generen su propia inversión en líneas de trasmisión. “Ahí la UTE debería, sí, coordinar y, de hecho, los proyectos están conversando mucho con la UTE sobre esto”, afirmó.
Cómo informó El Observador, el proyecto requerirá además unos US$ 1.985 millones para la planta de captura de CO2, producción de metanol y terminación de gasolina sintética, que se ubicará unos 7 kilómetros al norte de la capital sanducera.
En ese sentido, Paganini explicó que estos proyectos “requieren riesgo privado, procesos de aprobación, por ejemplo, de aprobación ambiental, y procesos de diverso tipo; y también requieren que se les tenga un poco de paciencia”.
“Como ha sucedido con UPM, inicialmente con Botnia y con UPM 2, son procesos que involucran, primero, el desarrollo de la factibilidad, que está culminando ahora, el contrato con Ancap por el CO2 que también está culminando ahora y, después, poder finalmente avanzar en toda la permisología y la ingeniería de detalle. Tenemos entendido que la empresa HIF ya la está desarrollando y fuertemente para poder recibir la decisión final de inversión que, como se dijo, va a ser prevista, pensamos, para fines del año que viene”, afirmó el ministro.
“No es ninguna novedad para Uruguay que un proyecto de este porte lleve tiempo para finalmente concretarse y estamos viendo una marcha bastante adecuada a los tiempos previstos a este respecto”, añadió.
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