“No se dejen engañar. Sin importar lo que digan los funcionarios, Rusia sigue centrada en la guerra y busca arruinar a Ucrania y destruir a Occidente”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, en un extenso artículo publicado con su firma en el The New York Times.
Kuleba, que días atrás pidió al Congreso de Estados Unidos que adopte una resolución que reconozca las acciones de la Federación Rusa en Ucrania como genocidio y que considere la posibilidad de crear una comisión especial, consideró que “no es momento para un cese de las hostilidades”.
En respuesta a los llamados a un alto el fuego, Kuleba afirmó que un cese de las hostilidades “solo permitiría que las agotadas fuerzas invasoras tomaran un descanso antes de retomar la ofensiva con más agresividad”, y recordó que Moscú atacó con misiles la ciudad de Odesa apenas firmados el acuerdo por las exportaciones de granos.
“La verdad es simple: (Vladimir) Putin no se detendrá hasta que se le ponga un alto. Es por eso que los llamados a favor de un alto al fuego que se escuchan en toda Europa y Estados Unidos están fuera de lugar. Este no es momento de aceptar propuestas de cese al fuego o acuerdos de paz poco favorables”, sostiene Kuleba en el artículo.
Según expresa el responsable de las relaciones exteriores de Ucrania, “la misión” de su país y sus aliados de la OTAN es “vencer a Rusia y limitar su capacidad para atacar de nuevo en el futuro próximo” para alcanzar “una paz duradera”, y no “la bomba de tiempo que implica un conflicto congelado”.
Su lectura señala que el objetivo “solo es posible si Rusia sufre una derrota significativa en el campo de batalla” y deja en claro que Kiev no aceptará el ultimátum lanzado por el vocero del Kremlin la semana pasada, cuando afirmó que Ucrania debe deponer las armas para que Moscú de por terminada la guerra.
“Ucrania, Estados Unidos y nuestros aliados europeos necesitan hablar con Putin en su idioma: el idioma de la fuerza”, asegura Kuleba, quien reiteró los reclamos de Kiev para que Washington y sus aliados de la OTAN aceleran las entregas de piezas de artillería avanzada y vehículos blindados, además de apoyo económico y ayuda financiera adicional.
Kuleba también afirmó que se deben incrementar las sanciones en contra de las exportaciones rusas, con el bloqueo de las transacciones de sus bancos y la restricción de su acceso al comercio marítimo. “Hay quienes quizá pongan reparos al precio que implica este apoyo. Pero la alternativa, un Putin envalentonado, es mucho peor”, escribió el funcionario.
“La ayuda militar que Ucrania recibe no es un acto de caridad. Es una inversión necesaria en la seguridad de Europa a largo plazo. El ejército ucraniano surgirá de este conflicto como una de las fuerzas militares más competentes del continente”, afirma Kuleba.
Con relación a las sanciones económicas y financiera que pesan sobre Moscú, el canciller ucraniano consideró que “funcionan con eficacia” y que prueba de ellos son “los intentos persistentes de Rusia para suspenderlas, así como sus propuestas de ceder su bloqueo de los puertos ucranianos a cambio de que se eliminen las sanciones”.
Según Kuleba, las fuerzas armadas ucranianas han “logrado estabilizar la primera línea de combate” y “se preparan para recuperar el control de los territorios que Rusia ocupa en este momento”, sobre todo en la región del sur, área que Kuleba define en su artículo como “de suma importancia estratégica”.
El artículo, que concluye con un balance provisorio de la relación de fuerzas en el campo de batalla, señala que Rusia “no ha concretado ningún avance significativo en las últimas semanas” y llama tanto a Estados Unidos como a los países de la OTAN a que “rechacen las propuestas falsas de paz por parte de Rusia”.
“Tampoco deben creerse la narrativa, amplificada por la propaganda rusa, de una supuesta fatiga de guerra. Todas las guerras son agotadoras, pero debemos persistir. El precio de perder es demasiado alto como para tolerar cualquier otra cosa”, finaliza Kuleba.
Por su parte, según la agencia rusa Sputnik, el llamado a la población de Lugansk a abandonar el territorio de esa provincia es para evitar el plebiscito que aún no tiene fecha y que sellaría la independencia al menos a criterio de Moscú
“El embajador de la República Popular de Lugansk en Moscú, Rodión Miróshnik, afirmó que Kiev busca deslegitimar con una orden de evacuación obligatoria el futuro plebiscito en aquellos territorios que dejó de controlar” dice el cable de la agencia Sputnik.
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