La historia del continente no es ajena a la violencia entre vecinos. Se desangró durante siglos. Con las heridas aún sin sanar, la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, germen de la actual Unión Europea, reconcilió y blindó a una paz sostenible a dos enemigos históricos, Francia y Alemania. Fueron ellos los socios fundadores junto con algunos estados más pequeños. Los países miembro se comprometían a gestionar en común sus industrias de estos recursos, evitando así que ninguno de ellos pudiera producir armas de guerra para utilizarlas contra los demás.
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