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Extenderán a nuevas especies la exigencia de uso de semilla certificada

En la planificación estratégica 2017-2021 se avanzará en la eliminación de uso de semilla de clase comercial
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04 de noviembre de 2016 a las 05:00
El uso de semilla certificada, lo que garantiza disponer de una calidad superior, "creció muchísimo", destacó Pedro Queheille, presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase).

Durante la jornada anual de campo que desarrolla el Inase –se realizó el lunes 31 de octubre–, dijo a El Observador Agropecuario que un ejemplo es que hace cinco años en soja –el cultivo más extendido en el área agrícola nacional y donde el proceso de certificación era de los menores– apenas el 10% del total de la semilla era certificada, pero ya se evolucionó al 40%.

Para apuntalar ese progreso, informó, uno de los objetivos en la Planificación Estratégica que el instituto realizará para 2017-2021 será extender la obligatoriedad del uso de semilla certificada a más especies.
"Nuestra misión es promover la producción y uso de semilla de calidad superior, de identidad comprobada, certificada", afirmó.

Ya existen tres especies de gramíneas forrajeras con eliminación del uso de semilla de la clase comercial (bromus, dayctilis y raigrás), desde el inicio de 2017 también en avena solo se podrá comercializar y usar semilla certificada y lo mismo sucederá desde 2018 con la festuca.

Ahora, comentó Queheille, "estamos pensando en ampliar eso y se harán propuestas para incluir especies como soja, trigo, moha y sudangrass. Estamos en el inicio de un proceso que vamos a llevarlo adelante a corto plazo".

Planificación estratégica


Sobre la planificación estratégica, hubo una primera diseñada 2012-2016, que está concluyendo y ya se activó todo lo relacionado a disponer de una segunda planificación.

"Estamos realizando diversas actividades internas, previo al próximo paso que serán una serie de talleres con todos los vinculados al sector semillerista para puedan ayudarnos a actuar de forma más eficiente en cada una de las actividades que llevamos adelante", indicó.

"La planificación estratégica nos permite, además del valor que tiene la propia planificación, hacer un parate cada cinco años para una evaluación de lo planificado para los cinco años anteriores, ver qué se hizo y qué quedó pendiente, por qué y cómo llegar a las metas", agregó Daniel Bayce, director ejecutivo del Inase.

Además, "esta instancia nos permite obtener un insumo muy importante que son los aportes de todo el sector, de cada uno de los usuarios de semillas, comerciantes y productores, también del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y de la Universidad de la República, para que se tiren priorizaciones en cada tema, por ejemplo en la proyección internacional, en la búsqueda de cumplir con la mayor cantidad de parámetros para lograr exportar productos".

"Lo que se logra es recabar todo el insumo de los vinculados al sector semillerista, en todos los aspectos, para lograr tener nuestras actividades planificadas para los próximos cinco años, con indicadores", sintetizó Bayce.

Tres tipos de ensayo


La jornada anual del Inase tuvo dos tramos. Por la tarde, hubo tres exposiciones: una sobre avances en la Planificación Estratégica 2017-2021; otra sobre disponibilidad de semilla de soja para esta zafra; y la última sobre certificación obligatoria. Por la mañana, en la actividad de campo, se recorrió el área experimental que Inase posee en su sede central en Canelones (ruta 8 y camino Bertolotti).

Gerardo Camps, gerente del Área de Evaluación y Registro de Cultivares del Inase, comentó que durante esa recorrida hubo paradas en ensayos con cultivos de especies forrajeras y de invierno.
Para todas las especies, se observaron tres tipos de ensayo: de diferente, homogéneo y estable (DHE); de postcontrol; y de verificación de identidad varietal.

Los ensayos DHE se hacen para otorgar títulos de propiedad. Se compara la variedad de la cual se pide el título de propiedad con las demás conocidas para ver si son diferentes, se evalúan durante dos años de ensayo para ver si son estables y también para ver si son homogéneas en sus características, explicó.

Inase no solamente certifica semilla, también controla la calidad de la certificación.

Los de postcontrol, se trata de ensayos con semilla certificada de producción nacional, que puede ser acreditada, porque Inase acredita a empresas que tienen condiciones y un proceso establecido para los controles, o convencional, donde Inase hace todas las etapas del proceso. Se toman muestras y se llevan a las parcelas para ver la eficacia del sistema; si se cumplió bien con todo el sistema de certificación las parcelas tienen que dar todas bien, corresponder a la variedad, con una contaminación –un fuera de tipo– dentro de los estándares. "La semilla certificada nacional, tanto acreditada como convencional, siempre da excelente en calidad, es una garantía", afirmó.

En tercer lugar, en ensayos de verificación de identidad varietal van lotes certificados que vienen desde el exterior. "Nos interesa saber si realmente son de la variedad que debe ser, si hay un grado aceptable de fuera de tipo. También hay lotes que se muestrean del mercado de semilla nacional, de empresas o lotes de uso propio que guardan los productores para usar como semilla. En esos ensayos solemos encontrar problemas, este año algún problema ocurrió en semilla certificada importada de raigrás", informó.

Dijo también que "esta gran cantidad de muestras que toma Inase sirve como insumo para conocer cómo está funcionando el mercado en las distintas especies y nos da herramientas para tomar decisiones, como lo fue la certificación obligatoria para especies forrajeras, en base a lo que veíamos que no estaba del todo bien".

Camps afirmó que, gracias a todos esos esfuerzos, en líneas generales se ha progresado en el objetivo de mejorar la calidad de la semilla que se usa. Como ejemplo citó que este año, si bien aún no era obligatorio el uso de semilla certificada en avena (lo será desde el 1° de enero), "igual se empezó a hacer mucho mejor las cosas, creció el uso de semilla certificada y en los ensayos vimos que disminuyeron los problemas".

Otro caso, dijo, se apreció en raigrás, donde se solucionó el problema de la variedad La Estanzuela 284: "veíamos en ensayos de años anteriores que había desviaciones del tipo varietal, sobre todo en lo que es el ciclo, se desviaban muchos lotes comerciales; eso con la certificación obligatoria se acomodó en un 100%", expresó.

A propósito de lo que se pudo observar en el campo experimental, Queheille concluyó que "acá la semilla no solamente se certifica, acá se controla la calidad de la certificación y cuando los lotes certificados no se ajustan a los materiales testigo se sacan".

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