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Familias de acogida: cuidar niños sin llegar a adoptarlos

Son aproximadamente 2.700 los niños que permanecen en los distintos hogares del INAU y 1.594 niños han sido acogidos por una familia
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09 de noviembre de 2020 a las 05:00

Por Juan Ignacio Berro

Beatriz López se postuló ante el INAU para acoger niños transitoriamente hace 16 años. En aquella época el plan de acogimiento era el de “familias sustitutas”, y decidió presentarse al ver un aviso en el diario. Desde entonces pasaron por su casa más de 80 niños de entre cero y cuatro años. Para poder cuidarlos, además de contar con el apoyo de sus tres hijos, también tuvo el respaldo de sus vecinos de Belo Horizonte y de La Floresta, donde vive. Incluso llegó a tener cuatro niños a su cargo, según contó a El Observador,

Como siempre tuvo claro que los niños se iban a ir, lo asumió con tranquilidad y pensando que la partida de uno daba lugar a la llegada de otro al “hogar”. 

A su vez, destacó que si se hace esto hay que aceptar "al que llega", sin "discriminar", más allá de las dificultades que pueda tener y por eso tuvo a su cuidado un niño que estuvo internado en el hospital Pereira Rosell casi dos meses. Cuando le dieron de alta estaba próximo a cumplir su primer año y le organizaron el festejo. “Fue muy lindo porque lo organizaron entre los vecinos: uno alquiló el club, otro alquiló los inflables, otro hizo la torta, otro hizo los jugos. Hoy tiene 15 años y siempre que ve las fotos dice que él tuvo su primer cumpleaños después que salió del hospital”, señaló orgullosa.

Para llevar un registro del crecimiento de los niños, López contó que tenía un “cuaderno viajero” en el que anotaba el día que llegaban, cuánto pesaban y cuánto medían, las marcas de sus huellas digitales. Lo mismo hacía el día antes de dejarlos en su nuevo destino, donde señalaba “cuánto habían crecido, si ya habían empezado a comer, lo que les gustaba, lo que no les gustaba, a qué hora les gustaba bañarse”. 

Para ella lo importante siempre fue mantener el vínculo con los niños que cuidó –"si ellos quieren y la familia lo permite", aclara–.

El actual Plan Nacional de Acogimiento Familiar, que funciona bajo la órbita del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), fue creado en 2011 para dar una respuesta a los cientos de niños que permanecen en los hogares del organismo a la espera de ser adoptados, para asegurarles la convivencia en un ámbito familiar. 

El plan busca cumplir con el artículo 12 del Código de la Niñez y de la Adolescencia que establece que todo niño y adolescente tiene derecho a vivir en familia y, en el caso de no tenerla, a “crecer en el seno de otra familia o grupo de crianza”.

En la actualidad son aproximadamente 2.700 los niños que permanecen en los distintos hogares que el INAU tiene bajo su órbita y, por otra parte, 1.594 niños han sido acogidos por una familia, según dijo el vicepresidente del instituto, Aldo Velázquez, a El Observador. 

La intención del nuevo directorio –que se terminó de conformar en junio— es poner más énfasis en las campañas de promoción de este mecanismo, para que sean cada vez más los niños bajo el cuidado de familias de acogida y menos los que permanezcan en hogares, que están “a tope” en su capacidad y en donde se hace muy costoso asegurar el cuidado de tantos niños cuando los recursos son escasos.

Velázquez consideró que la cantidad de gente interesada “podría ser mucho mayor” si hubiera un impulso más contundente de las campañas. El vicepresidente sostuvo, además, que se está trabajando para que el proceso a través del que se selecciona a las familias se más ágil ya que "a veces por temas burocráticos se demora”. 

Como ejemplo, precisó que en algunas ocasiones lo que sucede es que se traspapelan los expedientes y en vez de llegar rápidamente al directorio del instituto —que aprueba en última instancia la solicitud de acogida—, “pueden estar capaz que a veces semanas o meses” para ser revisados.

La selección de las familias

Para constituirse como familia de acogida, las personas (puede ser una persona sola o una pareja) deben tener entre 25 y 55 años, ingresos que les permitan hacerse cargo económicamente del cuidado del niño y no estar inscriptas en procesos de adopción, entre otros aspectos.

Además, deben ser entrevistadas por un equipo interdisciplinario constituido por especialistas, en su mayoría psicólogos y trabajadores sociales, la cantidad de veces que lo consideren necesario. Por último, también es aconsejable que reciban el testimonio de familias de acogida que ya pasaron por la experiencia.

Existen cinco modalidades de familias de acogida. La primera es la de “familia extensa”, que está constituida por aquellas personas con las que el niño o adolescente tiene un vínculo de consanguinidad, ya sean tíos, abuelos, hermanos o primos. Luego están las familias por afinidad, que son aquellas que tienen un vínculo cercano con el niño o adolescente, por ejemplo padrinos o vecinos. 

Por otra parte, existen también las familias amigas, con las que no existe ni vínculo de consanguinidad, ni de afinidad o vínculo previo con el niño y, a su vez, las familias amigas de urgencia con las que el niño permanece muy poco tiempo mientras se resuelve la situación de su familia de origen. Por último, están las familias de tiempo parcial, que son aquellas que se encargan de ayudar a la familia de origen con el cuidado del niño o adolescente por no más de 12 horas al día y funcionan más como un respaldo.

Actualmente son 612 las familias extensas, que incluyen a 1.262 niños, 115 familias por afinidad, con 198 niños, y 134 familias amigas con 350 niños a su cargo. Según los datos proporcionados por INAU, la cantidad de familias que se postularon desde enero hasta octubre fueron 268. Sin embargo, aclararon que desde marzo se notó un aumento en la cantidad de postulaciones. Desde ese mes en adelante fueron 229 las solicitudes.

Parte de la familia

Martín Machado y Mónica Rodríguez (foto de la nota) están casados y tienen dos hijos biológicos: Ana y Gabriel y si bien siempre habían tenido el deseo de funcionar como familia amiga, no fue hasta 2018 cuando se decidieron a hacerlo.

Marchado vio en el despacho de su jefe un folleto de la fundación MIR que invitaba a una charla para familias interesadas en convertirse en familias amigas. Le propuso a su esposa ir a la charla junto con sus hijos y salieron convencidos de que tenían que hacerse cargo de algún bebé.

Ella recordó, con una gran sonrisa, los 11 meses y 15 días en los que tuvieron a su cargo al primer bebé que recibieron. “Mientras está en casa es tu hijo; el niño es parte de la casa”, aclaró.

Si bien desde la fundación les dieron charlas para trabajar el “desapego” una vez que se fuera el bebé, Rodríguez confesó que extrañan aquellos momentos en los que la casa estaba inundada de “mamaderas y de cosas suyas por todas partes” y en los que el bebé se pasaba “horas” jugando frente a un espejo. De todos modos, subrayó que la sensación que les quedó cuando se despidieron del niño fue de satisfacción, ya que sus tíos se hicieron cargo de él. 

Además, siguen el contacto con ellos e incluso le festejaron juntos el primer año de vida. Más allá del proceso de desapego, que existe, contaron que cuando van a visitar al niño les dice “mamá” y “papá”.

Luego de que pasaron unos meses decidieron cuidar a otro bebé y les fue asignada una nena. Durante los cinco meses en que la tuvieron a su cuidado debieron tener algunos cuidados especiales puesto que había nacido prematura. Ahora están a están a la espera de que les asignen un nuevo niño e incluso manifestaron su intención de cuidar a alguno más grande.

Intermediaria

La fundación MIR es un proyecto que fue inicialmente diseñado por el INAU y luego puesto en marcha por la propia fundación para funcionar como intermediarios entre las familias amigas y el organismo. Ofrece charlas informativas a las personas interesadas en acoger bebés de 0 a 12 meses y luego las deriva al instituto. MIR les asegura a las familias que participan del proyecto pañales, los complementos para los bebés, sillas para autos y carritos. Además, durante todo el tiempo en el que la familia tiene bajo su cuidado al bebé, realizan un monitoreo de la situación y luego de que el niño es devuelto, intentan seguir con el contacto con las familias amigas.

 

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