La poeta nicaragüense Gioconda Belli, rompió su pasaporte en vivo en un programa de televisión como gesto de protesta a la medida adoptada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de retirarle la nacionalidad y confiscarle sus bienes junto a otras 94 personas.
Gioconda Belli fue calificada por el gobierno nicaragüense como “traidora a la patria”, le fueron confiscados sus bienes muebles, el dinero de su cuenta bancaria y todo lo que había en su casa de Managua.
En una entrevista en un programa de Televisión Española (RTVE), Gioconda Belli rompió su pasaporte con una tijera y dijo “realmente, este papel, que es el pasaporte nicaragüense, no me hace a mi nicaragüense ni me da la nacionalidad. Este documento lo voy a romper aquí mismo, en directo, porque quiero que quede claro que yo no soy este documento. Yo soy Gioconda Belli, soy una poeta nicaragüense, y cuando la historia haya olvidado a estos tiranos yo voy a seguir existiendo en mis libros como poeta nicaragüense”.
“Que quede claro que no me van a amilanar, no voy a dejar de ser quien soy por no tener este documento. Este documento, además, está emitido por un gobierno que desconozco, porque es un gobierno que ha asesinado, que nos ha quitado la nacionalidad y nos ha llamado traidores a la patria sin ninguna razón”, agregó.
La poeta dijo también que todo aquello por lo que había luchado formando parte del movimiento sandinista se había “evaporado” por las ansias de poder de Daniel Ortega, a quien calificó como “tirano”.
Agregó que no se arrepiente de haber participado en la revolución sandinista que “fue Importante, pero se frustra porque en 1990 Daniel Ortega toma el partido y lo convierte en un adefesio para satisfacer sus ansias de poder. Y lo que es la vieja guardia sandinista lo deja. Todos nos fuimos, porque no quisimos seguir siendo cómplices de lo que él estaba haciendo”.
Belli agradeció al gobierno del socialista Pedro Sánchez, haber ofrecido la nacionalidad a todas las personas afectadas por la medida, así como a los 222 presos que fueron liberados y también expulsados del país.
Señaló también que esperaba que países de Latinoamérica hubieran tenido el mismo gesto de solidaridad que, “curiosamente, no han tenido”.
“Los tres países de América Latina que se han pronunciado en contra son Boric, en Chile, que para mí representa la esperanza; Petro, en Colombia, que hizo un comunicado; y Uruguay. En América Latina no nos vamos a salvar cada uno por nuestra cuenta, sino todos juntos; por eso, aceptar estos atropellos a los derechos humanos es aceptar que somos países bananeros, que no somos serios”, se lamentó.
“La defensa es seguir luchando para acabar con ese régimen”, dijo la escritora.
“Y yo, viva o muerta, voy a volver a Nicaragua; si es muerta, me voy a convertir en un árbol, en aire, en flores. Para mí, el país es la tierra. Nicaragua es como el país de Sísifo: subimos la piedra a la cima y se nos vuelve a caer. Pero hay algo hermoso y rebelde en subir la piedra”.
(Con información de agencias)
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