El Poder Ejecutivo presentará en el correr de este año un plan para capitalizar el Banco Central del Uruguay (BCU). Un escueto comunicado oficial emitido en las últimas horas dice que al 31 de diciembre de 2022 el patrimonio del banco “se encuentra por debajo del mínimo impuesto” por el artículo 8 de la ley 16.696 de marzo de 1995 (carta orgánica del BCU).
La carta orgánica del banco fija su capital en un monto de 5.000 millones de Unidades Indexadas (unos $ 28.012 millones a valores de cierre de 2022).
Los estados financieros del BCU dicen que a diciembre del año pasado el patrimonio fue negativo en -$ 8.055 millones. Eso equivale a una caída de $ 55.777 millones en comparación al total de patrimonio de 2021 ($ 47.722 millones).
La ley establece que en caso que el patrimonio del banco cayera por debajo del mínimo, el Poder Ejecutivo capitalizará al ente de acuerdo con un plan de capitalización que informará al Parlamento no más allá del ejercicio siguiente.
“Dada la situación de patrimonio negativo, el total a aportar por el gobierno en el próximo ejercicio (por 2023) alcanza la suma de 6.438 millones de UI (unos $ 36.066 millones)”, dice una nota que acompaña los estados financieros de la institución. Ese monto equivale a unos US$ 900 millones, de acuerdo con el tipo de cambio de cierre del año pasado.
“En su carácter de Banco Central, el Banco tiene el respaldo del Poder Ejecutivo conforme a las disposiciones vigentes”, agrega.
La comunicación emitida por el BCU y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), señaló que los detalles del proceso de capitalización serán comunicados en el correr de las siguientes semanas.
El economista, Aldo Lema, señaló en su cuenta de Twitter que las capitalizaciones del BCU y otros bancos centrales “son consecuencia de mantener altos niveles” de reservas internacionales en moneda extranjera (en sus activos) en el contexto de apreciación real de la moneda local. El BCU había sido capitalizado en 2010, 2011 y 2012, recordó.
Por su parte, el economista, Antonio Licandro, explicó que al tener el BCU una posición comprada superior a los US$ 7.000 millones, tiene ganancias contables cuando el dólar sube (como entre 2018 y 2021) o pérdidas cuando cae (como en 2022).
En ese sentido, recordó que entre 2018 y 2021 fueron tales esas ganancias contables que su capital quedó por encima de los 5.000 millones de UI que establece la ley, y el BCU dispuso devolver parte de los excesos al gobierno en forma de bonos de capitalización, contra una cuenta de reservas especial.
O sea, las capitalizaciones del BCU han sido consecuencia de pérdidas por:
— Aldo Lema - Uruguay (@AldoLema_uy) March 28, 2023
1. Intervenciones cambiarias y altas tenencias de reservas en moneda extranjera (descalce).
2. Caída del Tipo de Cambio Real por fundamentos.
3. Alta inflación y por ende altas tasas nominales.
En 2008 se dispuso por ley que el Estado capitalice al BCU con bonos para tener un flujo más o menos regular de recursos que le permita cubrir parte de su presupuesto, explicó Licandro en su cuenta de Twitter. “No debe llamar a alarma la capitalización”, dijo el economista.
Por ejemplo, en 2010 el Poder Ejecutivo autorizó al MEF a emitir dos bonos del Tesoro en UI a favor del BCU por US$ 2.302 millones para capitalizarlo. Esa fue la primera capitalización del banco desde su creación en 1967 había informado El País.
Uno de esos bonos fue sin vencimiento, y el otro a 30 años de plazo. El interés anual que pagan esos bonos contribuiría a financiar el funcionamiento operativo de la entidad.
Esa emisión no pasó por el mercado ni tampoco incrementó la deuda del sector público, ya que el deudor y el acreedor son el sector público, por lo que un pasivo se netea con otro activo.
Vallcorba explicó que a diferencia de lo que sucede con los bancos comerciales, donde el capital es clave como respaldo para los depositantes, y para generar incentivos a que no se asuman riesgos excesivos, la función del capital en los bancos centrales es “totalmente distinta”.
“Tener patrimonio positivo es relevante desde el punto de vista del diseño institucional, pero nada tiene que ver con la estabilidad y la confianza en el sistema financiero”, apuntó.
“No es un problema sustantivo. (...) Lo que pasa que el gobierno ha hecho un manejo muy torpe del tema. Larga un comunicado sin ninguna explicación, sin ningún contexto, sin ninguna fundamentación, que lo único que hace es generar dudas en el medio de todo el ruido por la crisis internacional. Es lo último que tiene que hacer un banquero central”, dijo Vallcorba.
Por otro lado, el economista recordó que el BCU tuvo patrimonio negativo durante décadas desde la crisis de 1982 y hasta la mitad de los gobiernos del Frente Amplio. También recordó, como ejemplo, que hubo años donde la entidad tuvo ganancias patrimoniales derivadas de intervenciones el mercado cambiario.
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