Julio de 2018. Hubo señales de que algo no estaba bien. Le costaba conciliar el sueño, la ansiedad era tal que el día no terminaba nunca, su cabeza seguía trabajando; imaginaba situaciones fatalistas y la capacidad de respuesta era distinta, más torpe. En dos situaciones Emanuel Galletto se dio cuenta de que necesitaba ayuda. Una noche llegó a su casa después de una maratónica jornada y se largó a llorar desconsoladamente. No podía disimular la angustia. Al poco tiempo tuvo un ataque de ansiedad y tuvo que llamar a la emergencia médica.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá