La India se convirtió en el país más poblado del planeta con alrededor de 1.400 millones de personas. Al mismo tiempo es una nación con grandes empresas y un Estado que en los últimos años logró reducir los altos niveles de pobreza existente. Según las cifras oficiales, hace tres décadas, estaban por debajo de la línea de pobreza medida por ingresos alrededor del 45%. Con una marcad diferencia entre pobreza rural, que medía cerca del 50% y la urbana que llegaba al 30%.
Los conglomerados urbanos mejoraron ese coeficiente hasta una cifra del 11%, mientras que los habitantes de zonas rurales llegaban al 25%. En dos décadas, India puso en marcha muchos y muy diversos programas para evitar el hambre y para dar ingresos ciudadanos a quienes viven en la informalidad.
Tras la pandemia del Covid-19, las cifras de pobreza por ingresos volvieron a crecer. En las zonas rurales, en la actualidad se registra un 29,6%, mientras que en las ciudades llega al 10%. Sin embargo, la crisis energética y la inflación mundial, sumadas a las secuelas del Covid-19 y la guerra en Ucrania, llevó al gobierno del primer ministro Narendra Modi a fortalecer los programas alimentarios y restringir de modo drástico la exportación de arroz, uno de los alimentos de las ayudas a las comunidades vulnerables.
El último informe mundial sobre seguridad alimentaria, realizado por cinco organismos especializados de Naciones Unidas, alertaba de que, el año pasado, 122 millones de personas más que en 2019 padecieron hambre, a nivel planetario.
En el caso de India, a fines de julio, las autoridades prohibieron la exportación de arroz blanco no basmati, que es el de mayor producción tanto en ese país como en su vecino Pakistán, desde hace siglos. Sus granos son más grandes que otras variedades de ese cereal, básico en los programas de ayuda alimentaria en muchos países.
El arroz es el alimento básico para más de 3.000 millones de personas en el mundo de los 8.000 millones que tiene el planeta. Casi el 90% del cultivo de arroz se produce en Asia. Tras años sucesivos de cosechas abundantes, el precio del arroz se ha mantenido bajo si se lo compara con el trigo o el maíz, tras la guerra en Ucrania.
Sin embargo, pesa también la posibilidad de que los precios del arroz se disparen por las extensas sequías. El fenómeno climático de El Niño impacta en el rendimiento de los arrozales y el precio aumentó entre un 15% y 20% desde setiembre de 2022, de acuerdo con estimaciones del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ifpri).
Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en julio de este año, el arroz en el mercado mundial alcanzó su nivel más alto desde 2008. Ante esta situación, el gobierno indio anunció un cambio en su política de exportaciones del arroz blanco no basmati para evitar la inflación interna.
India tendrá elecciones regionales a fines de 2023 y las generales serán en abril de 2024. Narendra Modi, que gana protagonismo internacional como interlocutor en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y también frente la Comunidad Europea, China y Estados Unidos. El primer ministro tiene en cuenta que un impacto inflacionario del arroz implica a las 2/3 de la población que tiene ese cereal como base de la dieta alimentaria, especialmente entre las clases con rentas bajas.
Según datos oficiales, ante el incremento de la demanda exterior, de arroz indio, los precios internos subieron el 11,5%. Frenar la exportación y volcar más arroz al mercado doméstico hará bajar los precios.
Luis Breuer, representante del Fondo Monetario Internacional para India (FMI), afirmó que esto tendrá “efectos en el resto del mundo, con una posible mayor volatilidad en el precio de los alimentos”, señala este economista en una videoconferencia. “Por eso, el FMI alienta a todas las naciones, incluida India, a eliminar este tipo de restricciones a la exportación, que puedan ser perjudiciales a nivel global”, agregó.
El primer productor mundial de arroz es China y prácticamente todo lo destina al consumo interno. India es el primer exportador desde hace una década. En 2022 vendió el 40% del total de arroz comercializado en el planeta.
En setiembre de 2022, aumentó en el orden del 20% los aranceles sobre la venta de arroces de calidad. En total, 42 naciones obtienen más de la mitad de sus importaciones totales de arroz de la India.
Esta medida, más drástica, no podrá ser reemplazada por el arroz exportado por Tailandia, Vietnam y Pakistán, que sí tienen políticas exportadoras sin limitaciones. El problema del aumento del precio, es que varias de las naciones que consumen arroz indio tienen altos niveles de pobreza. Entre ellos Bangladés, Nepal, Benín, Senegal, Costa de Marfil, Togo y Guinea.
La mitad del arroz exportado por India en 2022 fue de tipo no basmati, el que compran países de Asia y África.
De acuerdo al Indian Council for Research on International Economic Relations, con sede en Nueva Delhi, es contraindicado imponer “restricciones abruptas”. Pero Narendra Modi no mira solo las elecciones sino también el clima. El calor extremo y las fuertes lluvias monzónicas podrán dañar la próxima cosecha, la que fue plantada en junio y deberá cosecharse en setiembre próximo.
De hecho, la superficie cultivada en 2023 es un 6% menor que en 2022.
La Federación de Arroz de Estados Unidos ha tranquilizado a los consumidores estadounidenses sobre el impacto de la decisión de India: “Pueden estar tranquilos: hay suficiente arroz estadounidense como para llenar las ollas en todos los rincones del país”. “No se trata de papel higiénico en la primavera de 2020″, zanja la entidad en un comunicado, aludiendo a la desorbitada demanda de este producto cuando se declaró la pandemia y se alimentó de la creencia de que se iba a agotar.
Desde el inicio de la guerra de Ucrania, crece la cantidad de países que imponen restricciones a las exportaciones.
Según los expertos internacionales, el cultivo de arroz consume el 40% del agua de riego del mundo y contribuye de forma significativa al cambio climático, ya que el 10% de las emisiones mundiales de metano proceden de los arrozales.