Los Cazadores del Arca Perdida se estrenó en 1981
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > ANIVERSARIO

Indiana Jones: los 40 años de un héroe diferente y que tiene película nueva en camino

En junio de 1981 se estrenó Los cazadores del arca perdida, una colaboración entre George Lucas y Steven Spielberg que generó a uno de los personajes más memorables del cine, que vuelve a la pantalla en 2022
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19 de junio de 2021 a las 05:01

Ya no hay más Indiana Jones. Los héroes del cine moderno ya no son humanos. Tienen bíceps gigantescos y caminan como si llevaran paquetes de yerba debajo de los brazos. Tiran rayos, vuelan, usan la Fuerza, saben hacer magia o aguantan explosiones, choques vehiculares o disparos como si los hubiera picado un mosquito. Son superhumanos. Inalcanzables.  

Con el señor Jones, en cambio, uno puede verse identificado. A ver, si vamos al caso, ninguno de nosotros es Harrison Ford. Pero Indiana Jones se equivoca, igual que nosotros. Tiene que improvisar bastante seguido, igual que nosotros. Lo hieren, le pegan, le dan cachetazos, lo revuelcan. Y aunque siempre cae parado, a veces la pasa mal.

Pero pocos momentos conjugan su particular humanidad y genialidad como esa escena de su primera película, Los cazadores del arca perdida, en la que después de que un matón grandote y vestido de negro revolee un sable con maestría buscando intimidarlo, este sea despachado con un tiro por el arqueólogo aventurero. La cara de hastío de Jones mientras guarda su pistola, y los espectadores del duelo que lo ovacionan, es lo que termina de resumirlo. Es un héroe, sí, pero bastante diferente a los otros.

Y aunque sea un personaje de esos que ya no se conciben en el cine, dejó su huella en varias generaciones y se ha ganado un indiscutible lugar en el panteón de héroes de la pantalla y de los íconos de la cultura pop. En la sala de cine, en el VHS, en el DVD, en el cable —donde da la impresión de que sus tres películas, igual que otras como ¿Y dónde están las rubias? están en permanente rotación— o en la televisión abierta, dobladas al español y con cortes comerciales, las películas de Indiana Jones ya son clásicos, en particular la primera, que este mes celebró los 40 años de su estreno. Según el portal Cinestrenos, en Uruguay el aniversario se cumple en Navidad, y apunta que Los cazadores del arca perdida se estrenó en tres cines hoy desaparecidos: Punta Gorda, Metro y Censa.

Indiana Jones es un héroe de otra época, por el tiempo en el que se estrenaron sus películas, pero también por sus influencias y orígenes, algo que cuando uno ingresa a su mundo por primera vez seguramente ignora, y que tienen que ver con la crianza y la formación de los dos hombres detrás del arqueólogo, dos figuras clave del Hollywood de los últimos cincuenta años.

Indiana Jones y el castillo de arena

Steven Spielberg y Harrison Ford durante el rodaje de Los cazadores del arca perdida

George Lucas no quería saber más nada con Star Wars. En mayo de 1977, su ópera espacial acababa de estrenarse en Estados Unidos, y el joven cineasta estaba al borde del colapso mental, debido a la complicada producción de su película y a las dificultades para llevarla a la pantalla. Además, estaba convencido de que iba a ser un fracaso de taquilla. Solo algunos de sus colaboradores y amigos confiaban en ella, incluyendo a Steven Spielberg.

En cuanto la película llegó a las salas, Lucas huyó. Sin leer una reseña o esperar a conocer las ganancias, se fue con su esposa Marcia a Hawaii. En las islas se enteró que su filme iba camino a ser el más taquillero de la historia, y le volvió el alma al cuerpo. Cuando Spielberg se unió a las vacaciones, llegado del rodaje de Encuentros cercanos del tercer tipo, se encontró a un Lucas pletórico.

Los dos amigos y colegas se reunieron en la playa, y mientras construían un castillo de arena juntos, Spielberg le contó que tenía ganas de dirigir una película de James Bond. Ya lo había intentado una vez, pero los dueños de los derechos cinematográficos del agente 007 lo habían rechazado. Lucas le dijo que tenía una propuesta: “Steven, tengo una película de James Bond. Es genial, es como James Bond pero todavía mejor”, le dijo. Y le contó una idea que venía acarreando desde hacía casi una década, sobre las aventuras de un arqueólogo aventurero metiéndose en un problema tras otro mientras busca reliquias históricas. Un proyecto que había intentado llevar al cine con el director Philip Kaufman en 1974, pero que no prosperó. De Kaufman, sin embargo, recibió la idea de que su aventurero tenía que buscar el Arca de la Alianza de la tradición judeocristiana.

Spielberg aceptó de inmediato. Se entusiasmó con el proyecto y captó inmediatamente las referencias del personaje, basado en los antiguos seriales de aventuras cinematográficos de las décadas de 1930 y 1940, presentes en las infancias de ambos directores. Así como Star Wars mamaba de los seriales como Flash Gordon —de hecho, Lucas quiso dirigir una película de Flash Gordon pero al no adquirir los derechos, creó su propio universo—, Indiana se basaba en personajes como el Zorro, Doc Savage, el Allan Quatermain de Las minas del rey Salomón, y en los seriales de la compañía Republic.

El director de Tiburón solo tenía dos reparos. Uno era que Lucas le estaba proponiendo hacer una trilogía sobre el personaje, y a Spielberg no le interesaba ponerse a trabajar en dos guiones (Lucas ya había trabajado el primero, aunque no estaba terminado). El otro era el nombre, inspirado por el perro de Lucas: Indiana Smith. Spielberg no estaba convencido, le parecía un nombre un poco forzado, raro incluso. Y le hacía acordar a Nevada Smith, la película de 1966 protagonizada por Steve McQueen.

Lucas solucionó todo rápido: propuso otro apellido inglés común, Jones. Y sobre los guiones, mintió. Dijo que ya estaban escritos, una farsa que recién se destapó cuando hubo que filmar la primera secuela.

Superados los escollos iniciales, y sellado de palabra el acuerdo entre los dos directores ascendentes, Lucas y Spielberg siguieron construyendo el castillo de arena, empezando una tradición y una cábala que repetirían ante cada nuevo proyecto. Si el castillo aguantaba la subida de la marea, la película iba a ser un éxito. Si lo derribaba, bueno, recuperar la inversión iba a ser más difícil. El que hicieron ese día aguantó.

Indiana Jones y la fórmula del éxito

El escape de la piedra gigante, una de las escenas más recordadas - e imitadas - de las aventuras de Jones

Más allá del entusiasmo de los padres de la criatura, Lucas y Spielberg no se pusieron a trabajar de inmediato en el debut de su aventurero. Spielberg estrenó Encuentros cercanos y luego produjo y estrenó la comedia ambientada en la segunda guerra mundial 1941, que fue un fracaso. Lucas, después del mal trago de su trabajo como director en Star Wars fue solo guionista y productor de su secuela, El Imperio Contraataca.

Mientras tanto, el guionista Lawrence Kasdan, que venía de firmar el libreto de la segunda película galáctica, recibió de Lucas la encomienda de terminar el guion de Los cazadores del arca perdida. El cineasta se había quedado con el rol de productor —no volvería a dirigir hasta 1999, con Star Wars: la amenaza fantasma—, y diría años después que nunca quiso dirigir nada de Indiana Jones, “porque entonces nunca la vería”, aunque sí fue el responsable de la segunda unidad —el equipo de cámaras que realiza planos secundarios durante el rodaje— y supervisó personalmente a ILM, su empresa de efectos especiales, que no estaba cumpliendo las expectativas de Lucas.

El californiano también fue el que financió la película, gracias a la abultada cuenta bancaria que había generado con Star Wars, por lo que se puede decir —con muchas comillas— que es una película independiente, en la que el estudio Paramount solo ejerció como distribuidor. El acuerdo firmado por Lucas establecía que el 60% de las ganancias eran para el estudio, y el 40% para los productores, hasta que Paramount recuperara su inversión. De ahí en más, las ganancias se repartían a partes iguales. “Si ese acuerdo fue una metida de pata, ya quisiéramos repetirla dos o tres veces por año”, diría Michael Eisner, responsable del estudio, según cita la biografía de Lucas de Brian Jay Jones.

Porque, spoiler, Indiana Jones fue un exitazo. Y también sirvió para que Spielberg recuperara la confianza de Hollywood. El director tenía mala fama, ganada por excederse del presupuesto y atrasarse con respecto al cronograma de filmación en Tiburón y Encuentros Cercanos, además de que venía del fallido en taquilla de 1941. Lucas venía de puros éxitos: American Graffiti y las dos primeras películas de Star Wars. Una percepción que la irregularidad posterior de Lucas y la permanencia y el creciente prestigio de Spielberg revirtieron.

Pero en ese momento, Indiana Jones era algo así como el último cartucho de Spielberg, que tuvo en Lucas el respaldo necesario. Su amigo le dijo que lo filmara como los viejos seriales que estaban homenajeando, rápido y sencillo. Y otra mentira de Lucas, que se inventó un cronograma de rodaje larguísimo, para que Spielberg terminara con holgura y pudieran decir que habían terminado antes de lo previsto. La última pieza que faltaba era el protagonista.

Indiana Jones casi tiene bigote. El actor Tom Selleck llegó a filmar una prueba con Sean Young, que encarnó a Marion, la compañera de aventuras e interés romántico de Jones en la primera película, que se puede ver en YouTube. Pero Selleck tenía contrato con el canal de televisión CBS, para protagonizar la serie Magnum, lo que le impedía tomar los dos roles. Spielberg propuso entonces a Harrison Ford, una idea que no convencía a Lucas, que no quería que se convirtiera en un actor recurrente de sus proyectos, como Robert De Niro o Leonardo DiCaprio en las obras de Martin Scorsese. Pero sabía que Ford era el indicado, así que apenas unas semanas antes del inicio del rodaje, fue contratado, y llegó así a un papel que lo terminó de consagrar.

Indiana Jones y las aventuras geriátricas

Indiana Jones está inspirado en los personajes de los seriales clásicos de los años 30 y 40

Indiana Jones es un personaje de otra época. Hoy sería difícil que una película como Los cazadores del arca perdida fuera financiada por un gran estudio de Hollywood. No es una secuela, precuela o historia derivada de una franquicia exitosa, ni está basada en un cómic, videojuego o línea de juguetes popular. Es un vestigio de cuando ocurría al revés: de las películas surgieron historietas, videojuegos y una serie de televisión.

También es prueba de otro vicio recurrente de Hollywood, el regreso de personajes que quizás era mejor dejar tranquilos. Después de las dos secuelas originales, El templo de la perdición —reconocida tanto por Spielberg como Lucas como catártica, ya que los encontró en momentos oscuros de sus respectivas vidas, pero también como demasiado oscura y violenta—, y La última cruzada —con Sean Connery en el rol del padre de Indiana, un guiño al origen de la saga por la frustración de Spielberg por no poder dirigir una película de Bond, y una forma para los dos socios de procesar sus propios vínculos filiales—, llegó en 2008 Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, recibida con tibieza.

Y ahora se está filmando una quinta película. Hace algunos años se rumoreaba que el regreso de Jones sería con un nuevo actor calzado con el sombrero y portando el látigo (se habló de Chris Pratt, estrella de Guardianes de la Galaxia), pero finalmente Ford, a los 78 años, volvió al papel. Se conocen pocos detalles de la nueva historia, que ya no tiene Lucas involucrado. Este vendió su empresa Lucasfilm a Disney, mientras que Spielberg solo figura como productor. El director será James Mangold, responsable de Logan y Ford vs. Ferrari.

La nueva película, que se estrenará en 2022, será un test para el personaje. Una prueba para determinar si puede ir mano a mano contra los héroes superhumanos modernos. Lo que no tiene que demostrar es la vigencia de sus aventuras clásicas, que a 40 años de su debut siguen teniendo una aleación única de encanto, diversión y entretenimiento. En las aventuras de Jones hay pocas pausas. La acción, los chistes y la sensación pura de aventura nunca se interrumpen. Es uno de los pináculos del cine de Hollywood en su versión blockbuster. Es un cóctel difícil de igualar en el que cada pieza, desde la actuación de Ford hasta la memorable banda sonora de John Williams —seguro que ahora está tarareando la canción mientras se imagina un avión volando sobre un mapamundi en el que una línea roja traza el itinerario— generan una experiencia que se disfruta igual en cualquier formato o o plataforma. Ya no hay héroes como Jones, pero no es necesario, porque él sigue estando ahí.

Indiana Jones volverá al cine en 2022

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