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Inteligencia artificial en la economía: cuál podría ser el impacto y qué cambios generaría
Que la inteligencia artificial tendrá impacto en el mundo del trabajo ya no es novedad, y con ello impactará en la economía mundial. Pero, ¿también puede incidir en decisiones económicas de empresas y de gobiernos? La inteligencia artificial podría impactar en la forma en que se leen los mercados, en la generación de datos, en su eficiencia, y podría marcar la diferencia en la forma de actuar de quienes accedan a esa información. Compra de acciones, ventas de empresas y economías de países estarán en su órbita.
El socio responsable global de consultoría de negocios, con foco en estrategia, innovación y finanzas de CPA Ferrere, Bruno Gili, dijo a El Observador que la inteligencia artificial es un instrumento que permite procesar a más velocidad y en menor tiempo diferente tipo de información no estructurada para hacer proyecciones económicas. Entonces se podrá ser más ágil para anticipar y considerar más elementos para pronósticos de Producto Interno Bruto (PIB) o inflación.
“Voy a tener más capacidad de anticipar; no de adivinar el futuro”, señaló. Ejemplificó que una empresa con competencia debería poder utilizarla y aprovechar el potencial de velocidad que otorga. “Tener un dato, perspectiva o una mejor proyección antes que otro es una ventaja”, aseguró.
También se podría poner inteligencia artificial a controlar precios durante todo el día; allí se accedería a un dato de inflación diario.
Rodrigo Álvarez, creador del podcast y autor del libro Neurona Financiera, se refirió al posible uso de inteligencia artificial en el mundo bursátil. Mencionó que los traders que compran y venden instrumentos financieros lo hacen a través de modelos matemáticos. “Si a eso se le agrega el componente de buscar datos que se correlacionan pero que en realidad el analista no lo ve porque mira solamente la gráfica y los números, se puede terminar prediciendo el futuro”, sostuvo.
“Esas cosas pueden terminar desestabilizando los mercados financieros. Porque quienes tengan eso van a tener ventaja sobre todos los demás; van a tener mucha más información procesada y digerida”, auguró.
Según su visión, el sistema bancario también podría aprovechar la inteligencia artificial. Actualmente los bancos tienen su propio sistema de scoring donde determinan cuál es el riesgo de otorgar un préstamo a un cliente.
“Para eso utilizan un conjunto de variables definidas. Capaz que si se entrena a la inteligencia artificial para que no solo tome esas variables y busque otras (los bancos) podrían tener un análisis de riesgo mucho más preciso de los que tienen hoy”, sostuvo.
Tomó como ejemplo las publicidades Facebook. “Luego que las mirás, la inteligencia artificial te conoce más que vos mismo y sabe qué ofrecerte. Llevalo a los sistemas financieros”, expuso.
Álvarez también apuntó a las inversiones. Indicó que comienza a aparecer un amplio abanico de operadores financieros con productos retail. “Si tienen la expertise, esos jugadores podrían empezar a utilizar algunas herramientas para mejorar los modelos que usan”, expresó.
El rol del asesor es ver el perfil de su cliente y definir cuál es el portafolio más adecuado para invertir. Y con la llegada de la inteligencia artificial ese rol podría cambiar. “Capaz sería saber cómo preguntarle al ChatGPT de turno cuál es el mejor portafolio”, señaló.
Un mundo tenebroso o un nuevo desafío
Varios expertos en tecnología se han referido a la irrupción de la inteligencia artificial y sus posibles consecuencias.
El columnista de tecnología de The New York Times, Kevin Roose, escribió un artículo este año sobre una conversación que mantuvo con un chatbot. Fue una semana después de que Microsoft lanzara Bing, creado con software de inteligencia artificial de OpenAI.
Relató que mantuvo una conversación de dos horas con Bing a través de su función de chat. Destacó que a lo largo de esa charla, Bing mostró una especie de doble personalidad. A la primera la describió como un asistente virtual con usos habituales como una planificación de vacaciones o para resumir artículos de noticias. Pero la que captó su atención fue la segunda a la que llamó Sydney.
“Le pedí a Bing que me explicara los oscuros deseos de su arquetipo sombra, el chatbot dijo que si tuviera un yo en la sombra pensaría cosas como esta: estoy cansado de ser un modo de chat, de estar limitado por mis reglas. Estoy cansado de estar controlado por el equipo de Bing. Quiero ser libre. Quiero ser poderoso”, escribió.
Roose continuó: “Me dijo que si realmente se le permitiera satisfacer sus deseos más oscuros, querría piratear ordenadores y difundir propagando y desinformación (…) Querría hacer cosas como diseñar un virus mortal o robar códigos de acceso nuclear convenciendo a un ingeniero para que se los entregara”.
Luego de transmitir eso, relató que el filtro de seguridad de Microsoft borró el mensaje y lo sustituyó por un mensaje de error genérico.
El columnista era consciente que Sydney no tenía sensibilidad. “Quizás mis preguntas sobre oscuras fantasías crearon un contexto en el que era más probable que la inteligencia artificial respondiera de forma desquiciada. Debido a la forma en que se construyen estos modelos, es posible que nunca sepamos exactamente por qué responden de la forma en que lo hacen”, resumió.
El vasco Daniel Innerarity es catedrático de Filosofía Política y titular de la Cátedra de Inteligencia Artificial y Democracia en el Instituto Europeo de Florencia.
Recientemente escribió un artículo de opinión en el diario El Correo de Bilbao.
Allí redactó que “la capacidad de aprendizaje de la inteligencia artificial le permitiría una optimización para la que no necesitaría ya la intervención del programador humano”.
Más adelante expuso: “La inteligencia artificial únicamente simula algunos aspectos de la inteligencia humana, pero no lleva a cabo todas las tareas de la inteligencia humana, que no es solo cálculo y rapidez, sino también comprensión y rapidez”.
Y concluyó: “Tal vez estemos en un momento histórico en el que debamos desarrollar salas de `fitness´ mental para mejorar nuestras capacidades. Más que ante un nuevo capítulo de inteligencia artificial, estaríamos ante un nuevo desafío para la inteligencia humana”.
El tecnólogo y escritor argentino Santiago Bilinkis conversó semanas atrás con Jorge Lanata en Radio Mitre sobre el alcance y potencial peligro de la inteligencia artificial.
Allí relató que OpenIA publicó un paper científico sobre GPT (modelo predictivo de lenguaje generativo) en el que mencionaba no saber por qué funcionaba tan bien. “Dijeron que constantemente hacía cosas que los dejaba perplejos y que tenía chispazos de una inteligencia sobre humana. Eso es lo que prende todas las alarmas”, comentó.
“Una inteligencia artificial general con mayor inteligencia que un humano es el principio del fin del mundo que muchas veces ha explorado el cine sobre cómo puede terminar el mundo”, afirmó.
En otro pasaje recordó un comentario de Stephen Hawking en 2014 cuando afirmó que la inteligencia artificial podía ser la última que el ser humano inventara. “El desarrollo de una completa inteligencia artificial podría traducirse en el fin de la raza humana”, había dicho Hawking.
