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Intensivistas preparan disponibilidad de camas pero prevén “desborde” del CTI
La película es de terror y uno de los principales protagonistas es Italia. Los cuidados intensivos de los centros de salud no dan abasto y los médicos tienen que decidir a quién salvar y a quién dejar morir. Y quienes miran con más atención esas escenas son los médicos intensivistas uruguayos, que preparan los planes de contingencia para que ese rodaje no se repita en este pequeño país sudamericano.
Aunque la pandemia parece amigable porque el 80% de sus infectados solamente padecen síntomas leves, en realidad es temerosa porque tiene un impacto tan rápido y masivo que puede saturar cualquier sistema de salud del mundo. Ese 20% de los infectados que pasan a ser pacientes graves y críticos termina siendo un número mayor de lo que los prestadores de salud tienen capacidad de soportar.
Aunque el Ministerio de Salud Pública (MSP) no ha proporcionado el dato oficial sobre la cantidad de plazas disponibles en cuidados intermedios e intensivos, los expertos en el área coinciden en un número: hay entre 20 y 21 camas por cada 100.000 habitantes. Es decir, un aproximado de 700 camas para adultos en todo el país, entre públicos y privados.
Ese número, en la comparación internacional, hace que Uruguay este cerca de países de primer mundo: Italia tiene un estimado de 18 camas cada 100.000 habitantes y Alemania 28 cada 100.000. Pero la propia Italia (que tiene un promedio hospitalario similar al uruguayo) es reflejo de que, ante una alta propagación del virus, no hay sistema de salud que aguante.
“Las estimaciones de camas que deberíamos tener para no desbordarnos, implicaría que nosotros tendríamos que tener en 2 meses el crecimiento (de CTI) que podríamos tener en 20 años”, explicó a El Observador el experto en medicina intensiva, Arturo Briva.
“Todos los prestadores están buscando armar su mejor plan de contingencia, porque todos compartimos la visión de que vamos a tener mucha presión de camas y probablemente una alta chance de que los servicios se vean desbordados”, agregó.
Briva, que trabaja en la Asociación Española y en el Hospital de Clínicas, aseguró que en esos lugares –al igual que en todos los centros de salud del país– están preparándose para tener la mayor disponibilidad posible de camas.
En la Asociación Española tienen 60 camas entre las de cuidados intensivos e intermedios, pero están trabajando para ampliar ese número en entre 15% y 20%. En el Hospital de Clínicas, en tanto, el número de camas de CTI es menor: solo hay 11. De todas formas, están buscando sumar dos o tres camas.
A la vez, dentro de los planes de contingencia, se prevé atender a personas en estado grave y crítico más allá de estas unidades especiales. Ante una sobredemanda, los médicos planean llevar la asistencia necesaria de cuidados intensivos a las salas de medicina comunes. Si la persona no puede ir al CTI, el CTI va a la persona.
Gustavo Grecco, el presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), entiende que la disponibilidad de camas que tiene Uruguay es un “número adecuado para la población de Uruguay en situación normal". "Pero probablemente sea un número insuficiente para la situación de emergencia sanitaria que creemos que puede ocurrir”, advirtió.
Las 700 camas no están disponibles solo para pacientes críticos por coronavirus. Esas plazas ya registran un promedio de ocupación del 60%. En ellas ya hay pacientes graves, que saben poco de lo que es el coronavirus.
Y según explicó Briva, ese número de ocupación aumenta cuando más se acerca el invierno.
“Si pensamos en una situación negativa, es probable que a la cantidad de pacientes críticos que actualmente asistimos en terapia intensiva, se agreguen estos pacientes en un número que dependerá de cuan efectivos seamos en frenar la expansión de la pandemia con las medidas de prevención”, dijo Grecco.
Es por eso que el SMU propuso este martes realizar “medidas drásticas de prevención”, ante el avance del coronavirus en el país y emitió un comunicado resaltando la necesidad de efectuar una cuarentena general. Para Grecco hay que realizar una “detención de actividades mucho más profunda” de la que vive el país en la actualidad.
El Sindicato de Anestésicos Quirúrgicos (SAQ) también ha realizado sugerencias para aplacar esta dificultad lo más que se pueda. En un comunicado aconsejaron reprogramar cirugías y designar todos los recursos humanos a combatir la expansión del coronavirus. Sus consideraciones fueron atendidas por los diferentes prestadores de salud.
Neder Beyhaut, uno de los integrantes de la directiva del sindicato, aseguró a El Observador que esta medida es parte del esfuerzo de todos los centros de salud para tener la mayor disponibilidad posible ante casos críticos por coronavirus.
“Las instituciones fueron tomando esa medida de a poco, no las tomaron el mismo día. Este lunes en algunos lados se operaron algunas cirugías coordinadas. La curva ha descendido abruptamente, pero se mantuvieron algunas. Y al día de hoy, jueves, muy probablemente, nadie esté operando cirugías coordinadas, y muy probablemente en el interior tampoco”, contó Beyhaut.
Según sostuvo, son cerca de 2.000 las operaciones (e intervenciones como endoscopías) coordinadas que se están postergando por día, para dar espacio a esta inminente sobredemanda. La medida no incluye las intervenciones de urgencia, emergencia y oncológicas.
