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Jornales solidarios revirtieron baja de puestos de trabajo y explican crecimiento del último trimestre
Si no fuera por los 10 mil cupos generados por el programa Oportunidad Laboral –más conocido como jornales solidarios– a partir de julio, la cantidad de nuevos puestos de trabajo registrados por el Banco de Previsión Social al cierre de setiembre hubiera mostrado números rojos.
Esa oleada de nuevos aportantes llevó a que el último mes esa cifra aumentara en 7.980 respecto los números de junio, pero el saldo hubiera sido negativo de no existir el programa. Así surge de los registros expuestos en el informe solicitado por el Congreso de Intendentes y escrito por el exjerarca de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Pedro Apezteguía –que hoy es consejero de los jefes comunales del Frente Amplio– y la socióloga Rosario González, asesora en materia técnica como contrato PNUD.
La consultora González indicó que los jornales solidarios vuelven a cobrar "relevancia" en la actualidad, tras haber ido "perdiendo fuerza" como "efecto directo" entre los nuevos cotizantes que mostraba a cada mes un país que salía de los resentimientos económicos de la pandemia. "El programa pasa nuevamente a tener un rol central sobre los cotizantes e impacto a escala departamental", afirma en las conclusiones del informe interno al que accedió El Observador.
¿Por qué? Apezteguía lo detalla en su apartado: de junio a setiembre de este año hay ocho departamentos en los que el número de cupos creado por el programa no alcanzó para compensar la cantidad de puestos perdidos en otras actividades. En esos lugares se crearon 2.547 trabajos que empezaron a aportar a BPS a partir de julio, pero en ese mismo territorio el saldo negativo fue de 4.197. Se trata de Paysandú, Río Negro, Soriano, Florida, Lavalleja, Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo.
En ese mismo período hubo otros seis departamentos donde la cantidad de cupos creados en la última edición del programa fueron más que la cantidad de puestos cotizantes perdidos, lo que permitió revertir el saldo negativo. En esos territorios hubo 2.038 nuevos trabajos generados, cubriendo los 500 que se perdieron en otras áreas de la economía.
En los restantes cinco departamentos, la cantidad de jornales solidarios casi duplicó a los nuevos puestos cotizantes generados en el trimestre. Hubo 5.337 trabajos creados por el programa del gobierno –y canalizado a través de las intendencias– que se sumaron a los 2.667 nuevos puestos que se generaron en ese período.
El informe interno no está avalado de manera oficial, aunque formará parte de los insumos barajados por la Mesa del Congreso de Intendentes antes de juntarse este jueves con las autoridades del gobierno nacional en Torre Ejecutiva. El organismo está a la espera de las respuestas de las últimas comunas para cerrar los datos que permitirán la evaluación de esta segunda fase del programa, tales como el porcentaje de reinserción laboral de los beneficiarios, las competencias adquiridas, entre otros.
Tras una acalorada discusión en el último plenario sobre la continuidad de los jornales solidarios, los intendentes cerraron filas para pasarle la pelota al gobierno para estudiar la posibilidad de prorrogarlos hasta el 31 de diciembre. Esta última etapa inició en julio, destinada para 10 mil beneficiarios por una remuneración mensual de $ 12.500. Pese al apoyo del Frente Amplio en el Parlamento, desde la oposición hubo críticas por la precariedad del monto.
El gobierno nacional financia la mayor parte del programa –son $ 415 millones en esta segunda fase– y las intendencias cubren el 17% de la parte salarial, así como también los gastos complementarios que conlleva organizar los trabajos. El último sorteo levantó hasta 160 mil inscripciones para ocupar 10 mil cupos del programa. En su primera edición fue una de las principales apuestas del gobierno Luis Lacalle Pou por brindar un empleo transitorio que mitigara el resentimiento económico de la pandemia.
En la previa al último congreso del pasado jueves, algunos intendentes –como el floridense Guillermo López y el duraznense Carmelo Vidalín– se inclinaban por no conceder una nueva prórroga a los jornales solidarios, en el entendido de que en su última edición eso mismo había sido "negativo" por "generar una expectativa de perpetuidad" en un programa que debió haber sido "transitorio", tal como el propio López.
Un grupo de beneficiarios –apadrinados por el PIT-CNT– comenzó a movilizarse para lograr extender el programa y encontrar unos meses de "tranquilidad".
