La empresa Belga Katoen Natie ajusta los detalles del retiro de una grúa de 850 toneladas, que el próximo martes será removida del servicio de la Terminal Especializada de Contenedores (TCP) por dos grúas Reach Stacker.
Desde el lunes, "si las condiciones climáticas lo permiten", sostienen desde la empresa, el proceso iniciará con cortes en la grúa pórtico Kocks III, que será tirada para debilitar su estructura hasta finalizar en el colapso, bajo un protocolo de seguridad. La maquinaria data de los años 90 y buscan reemplazarla por aparatos más nuevos.
"La idea es comenzar el lunes con los cortes, ya está pronta la 'cama' de arena de un metro de altura, que es la que va a amortiguar la caída de la grúa", explicó el gerente técnico de la empresa, Carlos Ramayón.
La maniobra se desarrollará utilizando cables de acero, que generan tensión y fuerza para quebrar la estructura, desde unos 200 metros de distancia. La zona quedará cerrada por vallas en los tres puntos de acceso al sector de la terminal –unas 6 hectáreas– y el muelle también estará cortado a la altura desde donde pasarán las máquinas.
"Una vez que se generen esos cortes la grúa va a empezar estructuralmente a generar algunos ruidos, movimientos, y eso es normal que pase; no se nos va a caer la grúa, sino que se va a acomodar a los cortes y, una vez que esté todo en su lugar, se cincha para hacerla caer", explicó el ingeniero..
"La gente podrá estar en ese lugar para ver el espectáculo, que es único en Uruguay, y después vamos a cortar el tránsito para que ningún vehículo que normalmente colabora con las operativas de este tipo se pueda meter en la zona", agregó.
Una sirena de incendio avisará a quienes estén cerca de la zona que llegará el momento del colapso. Los cortes, que llevarán entre tres y cuatro horas, iniciarán con la zona limpia y la gente desplazada del puerto.
La inédita maniobra, proyectada para el próximo martes, se llevará adelante en el marco del proceso de comienzo de obras en el puerto de Montevideo, que implicará una inversión de US$ 455 millones.
Desde la empresa ven con optimismo el colapso controlado de una de sus enormes grúas y afirman que ya está "todo pronto" para acabar con ese proceso y dar paso a maquinaria de tecnología moderna.
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