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Kemal Kiliçdaroglu, el burócrata que busca arrebatarle el poder a Erdogan en las elecciones turcas

Le dicen Gandhi y lidera una amplia alianza opositora que promete más democracia, ortodoxia económica y, sobre todo, alejar al país de Rusia.
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11 de mayo de 2023 a las 05:02

El líder socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu es el candidato presidencial de la Alianza Nacional que en las elecciones del próximo domingo 14 buscará arrebatarle el poder a Recept Tayyp Erdogan.

El hombre fuerte turco desde hace veinte años buscará la reelección, pero aparece debilitado por las secuelas del devastador terremoto del pasado 6 de febrero.

Aunque Turquía integra la OTAN, sus aliados en la alianza militar occidental perciben al presidente demasiado pegado a Putin en el conflicto con Ucrania, aún actuando como mediador en la disputa. La socialdemocracia europea, que gobierna Alemania –locomotora de la economía europea–, le pone todas las fichas a este cambio.

Integrada por seis partidos de variado espectro, la Alianza de Kiliçdaroglu promete reducir impuestos y devolver bríos a la democracia parlamentaria que creen avasallada por el presidencialismo fuerte de Erdogan. En suma: ortodoxia económica y cambios drásticos en la política exterior que incluyen tomar distancia de Moscú.

Perfil de burócrata

Nacido en 1948 en la región de Tunceli, en el este de Anatolia, y proveniente de una familia aleví, una minoría étnico-religiosa de su país, Kiliçdaroglu es un típico burócrata. Estudió economía y finanzas y su primer vínculo con la gestión pública fue como consultor en el Ministerio de Hacienda de Turquía en 1971.

En los años ‘90 lideró la Agencia de Seguridad Social y una revista financiera lo galardonó como el “burócrata del año”.

El candidato electo de la “Mesa de los seis”, un grupo opositor que reúne conservadores, liberales, islamistas, nacionalistas y laicos, convirtió la oposición al oficialismo del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en su bandera desde 2008, denunciando desde entonces casos de corrupción y provocando la ira del poderoso Erdogan.

En 2009, Kiliçdaroglu fue candidato en las elecciones municipales de Estambul. Aunque perdió, ganó fama para liderar el Partido Republicano del Pueblo (CHP) en 2010 tras la abrupta salida del presidente del partido Deniz Baykal por un escándalo sexual.

Frente a la opinión pública, el político se muestra como un defensor de los valores éticos y una figura anticorrupción, pero el carisma o la oratoria no son sus fuertes.

Uno de los hitos más importantes en su carrera política ocurrió en 2017, cuando caminó de Ankara a Estambul, alrededor de 420 kilómetros, durante 25 días en la Marcha por la Justicia, que reclamaba la liberación del político y periodista Enis Berberoğlu.

Un sobreviviente 

El candidato “anti-Erdogan” suele hablar en voz baja e intenta ganar confianza y cercanía de potenciales votantes con videos caseros al interior de su campaña. Mientras el controversial Erdogan es acusado de ser un líder autoritario, Kiliçdaroglu es reconocido como un constructor de puentes y basó parte de su discurso en una restauración plena de la democracia.

Algunos lo perciben como un líder de centro-izquierda que adoptó un tono más amable con musulmanes conservadores y con las minorías kurdas, hostigadas por el “otomanismo” del presidente, que se formó en una escuela de imanes musulmanes.

Por ese modo poco confrontativo se ganó el mote de “Ghandi Kemal” y hasta es tildado como “Tío Democrático”. Pero ese estilo conciliador no lo resguardó de la violencia política, de la que se considera un “sobreviviente”.

Sufrió un intento de linchamiento, ataques de la milicia kurda PKK y atentados con bomba del Estado Islámico, por lo que Kiliçdaroglu es considerado el político turco más agredido físicamente en la historia de ese país. Un "sobreviviente" que emerge como alternativa para los votantes y un desafío a Erdogan.

“Estar en política en Turquía significa vivir con riesgos. Seguiré avanzando sin importar lo que hagan Erdogan y sus aliados. No me pueden desanimar. No me pueden asustar. Le hice una promesa a esta nación”, aseguró Kiliçdaroglu durante un mitin.

“Hoy no estoy aquí como candidato, sino como representante del cambio. Soy candidato a algo más que a ganar unas elecciones”, comentó el líder opositor tras la designación. “Yo les digo a los jóvenes que pueden criticarme libremente. Me aseguraré de que tengan ese derecho”, agregó.

“Queremos medios de comunicación libres, queremos independencia judicial total. Erdogan no piensa así. A él le gusta el autoritarismo. La diferencia entre nosotros y Erdogan es la misma que entre el blanco y el negro”, comentó el candidato.

El “talón de Aquiles”

Las encuestas, de dudosa precisión en Turquía, muestran una ligera ventaja de Kiliçdaroglu sobre Erdogan, pero los expertos advierten que el presidente es un “viejo zorro” de la política.

Durante muchos años, las divisiones internas en la oposición ayudaron a Erdogan, de 69 años, a mantenerse en el poder. Pero esta vez Kiliçdaroglu representa un bloque sólido de varias fuerzas políticas y sociales disconformes con la gestión del todopoderoso presidente turco.

Kemal Kiliçdaroglu cuenta a su favor con la economía frágil y la elevada inflación que debilitó la popularidad de Erdogan.

Otro factor es el devastador terremoto de febrero, que mató a más de 50.000 personas y sacó a luz años de negligencia oficial.

Una de las banderas que llevaron al poder a Erdogan fueron los planes de vivienda masivos con promesa de férrea supervisión oficial para garantizar la calidad constructiva en un país de frecuente y arrasadores terremotos. Centenares de miles de construcciones derrumbadas en febrero pusieron en duda la existencia de los controles. También juega en contra de Erdogan que la creación de empleo y las mejoras en las remuneraciones no alcanzan.

La Alianza Nacional promete quitar los amplios poderes en manos del presidente. La coalición también quiere restablecer la democracia parlamentaria con controles y equilibrios, así como volver a políticas económicas más convencionales y batallar contra la corrupción.

"Estas elecciones pretenden reconstruir Turquía, garantizar que ningún niño se acueste con hambre. Se trata de lograr la igualdad de género", expresó Kiliçdaroglu. "Estas elecciones tratan de la reconciliación y no del conflicto. Y estas elecciones son para llevar la democracia a Turquía", asegura.

Pero Kiliçdaroglu también dio margen a críticas, como el 1° de abril, cuando tuvo que disculparse por una fotografía donde se ve que pisa una alfombra de oración, algo mal visto en un país de mayoría musulmana. Erdogan usó el incidente para presentar a su rival como un irrespetuoso de los valores religiosos.

El presidente turco usualmente lo tilda de "elitista", pese a los orígenes humildes de Kiliçdaroglu. También muchos creen que su procedencia aleví podría costarle votos suníes.

Si Erdogan o Kiliçdaroglu no superan el 50% de los votos, se celebrará una segunda vuelta entre los dos principales candidatos el 28 de mayo, un escenario que le imprimirá aún más tensión al ambiente político y social en Turquía.

(Con información de agencias y France24)

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