Kesha saltó a la fama en 2010 con el hit electropop Tik Tok, que supo romper récords de ventas de singles digitales y colarse en las pistas de todo el mundo. Desde entonces Kesha (que solía escribir su nombre como Ke$ha y su nombre real es Kesha Rose Sebert), se consolidó como una de las estrellas del pop más hedonista y discotequero, con una estética que no escatimaba en la brillantina, pelos alborotados y shorts de jean.
La cantante y compositora, que escribió canciones para Britney Spears y Miley Cyrus, colaboró con artistas como Pitbull (con el tema Timber), Flo Rida (Right Round) y Will.i.am (Crazy Kids), sacó dos discos a su nombre: Animal (2010) y Warrior (2012), que fueron platino y oro en Estados Unidos, y dos EP. Sin embargo desde 2013 Kesha ha dejado de editar música y se vio envuelta en problemas legales que continúan hasta hoy.
En 2014 la cantante demandó a su productor, Lukasz Gottwald, mejor conocido como Dr. Luke, acusándolo de violación y abuso emocional durante 10 años, hechos que le repercutieron en su salud, y le causaron bulimia nerviosa. En la demanda, Sebert solicitaba además ser liberada del contrato que firmó a sus 18 años con Gottwald y su sello Kemosabe Records, parte del conglomerado de Sony Music Entertainment. En las redes sociales, los fans y artistas comenzaron a seguir el caso bajo el hashtag #FreeKesha, mientras que Gottwald negó todas las acusaciones y replicó con una contrademanda por difamación y ruptura de contrato.
La semana pasada, este caso fue tratado en la Suprema Corte de Nueva York, que rechazó el pedido de la artista de producir música por fuera del sello Kemosabe, con el entendimiento de que se trata de un contrato "fuertemente negociado y típico de la industria", según dijo la jueza Shirley Kornreich, y que no hay señas de "daño irreparable. Ella tuvo todas las oportunidades para grabar". El contrato que la ata con la empresa es de seis discos.
Sony, por su parte, afirmó que se le permitió a Sebert grabar sin Gottwald. Sin embargo, esta promesa para el abogado de la artista es en vano, ya que su música podría no ser promovida por la empresa y por lo tanto estaría condenada al fracaso.
Desde entonces, en las redes sociales la cantante ha recibido apoyo de artistas como Kelly Clarkson (que ha trabajado junto a Dr. Luke), Lady Gaga, Demi Lovato, Miley Cyrus, Lena Dunham y muchos más. Taylor Swift, por su parte, donó U$S 250.000 para colaborar "en este momento difícil". Mientras que Jack Antonoff, de la banda Bleachers y productor de Taylor Swift, Carly Rae Jepsen y Sia, y el productor Zedd se ofrecieron para trabajar con ella.Inicio de sesión
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