Kira, la niña youtuber uruguaya que tiene 70.000 seguidores

De todas las formas de ser youtuber, la de los gachatubers es la que más pasa desapercibida entre los adultos. Sin embargo, para los niños y preadolescentes es una de las tendencias que más está de moda. La montevideana conocida como Kira Lobo (así se llama su canal), de 12 años, es un ejemplo de este género. Tiene más de 73.000 seguidores y su canal suma más de nueve millones de visualizaciones.

La palabra gacha sale de gashapon, un producto japonés parecido a los muñecos sorpresa que vienen dentro de los huevos kinder. Los gashapones son bolitas de colores que se extraen de máquinas tragamonedas y que adentro tienen figuras de plástico para armar. Y un gachatuber es alguien que publica en su canal de YouTube animaciones hechas con esos muñecos y que se pueden crear con las aplicaciones Gacha Life y Gacha Studio.

Aparte de los muñecos tradicionales de animales o los salidos de series de TV, entre los juguetes de gashapones hay muchos que siguen una misma estética cuyos rasgos principales serían cabezas grandes, rasgos de dibujo animado y, a veces, cola u orejas de animales. El diseño de los gacha y gashapones nació del manga y del anime (historieta y animación japonesas) pero con un tratamiento kawai, que es la palabra nipona para describir cualquier cosa que inspire ternura.

Con Gacha Life el usuario puede crear personajes, vestirlos y colorearlos como quiera y luego darles vida con un sistema de animación bastante sencillo. La aplicación, que solo en Play Store tiene más de diez millones de descargas, incluye un largo catálogo de fondos para que los usuarios puedan mover a sus personajes en distintos ambientes y crear historias más o menos ambiciosas con ellos. Se les puede agregar música, efectos de sonido y globos de texto para los diálogos. Eso es lo que hace Kira.

¿Qué inventa Kira?

Algunas de las historias creadas han sido particularmente ambiciosas y han gozado de una popularidad interesante. Inventó una serie que se llama Me enamoré del chico malo, que tiene veintiocho episodios repartidos en tres temporadas. Me enamoré de mi mascota, por otra parte, es más corta y cuenta con siete capítulos.

La mayoría de los videos de Kira muestran breves situaciones o bromas. Pero los más exitosos plantean historias y problemas que reflejan la sensibilidad de niños que lidian con asuntos como la discriminación, los desengaños, pero alternadas con humor y hasta momentos de suspenso. El video más visto del canal es un corto unitario de nueve minutos que se llama Su piel, que habla del racismo, la amistad y el bullying y tiene más de un millón de visualizaciones. Su segunda creación más exitosa es el primer capítulo de Me enamoré del chico malo, con casi un millón.

Kira, que es muy reservada y tiene el apoyo y protección de sus padres para llevar a cabo este canal, cuenta que empezó a hacer videos a los nueve años. Los primeros no eran de gacha, sino que mostraban historias o situaciones sencillas protagonizadas por sus muñecos de plástico de la línea Littlest Pet Shop, a los que ella movía con las manos en el celular.

“Aprendí gracias a una amiga”, explica a Cromo sobre la manera en que pasó a crear animaciones con la app Gacha Life. Sin embargo, recién fue su video número 410, Me enamoré de mi mascota 1, el que realmente hizo popular su trabajo. De tener menos de 100 visualizaciones en cada video pasó a tener más de 36.000 en ese contenido.

Entre los canales que Kira recomienda está Sofworld, que es el de otra usuaria que, como ella, no aparece en sus videos sino que crea y se expresa a través del Gacha Life. Posee 128.000 suscriptores y suma 8.700.000 visualizaciones.

Sin tanta exposición

Una particularidad sobre los gachatubers es que no aparecen artículos escritos sobre ellos en los medios, como sí aparecen artículos sobre los youtubers que muestran sus caras, como Fernán Floo y El Rubius. Si alguien los busca en Google, aparecerán decenas y decenas de videos con rankings hechos por ellos mismos. Buena parte de los que están en esos rankings, salvo algunos que superan los 500.000 suscriptores, llegan a cifras parecidas a las de Kira.

A diferencia de otros, los integrantes de esta clase de youtubers se concentran en crear y contar, no en hacer chistes fáciles, hablar de sí mismos o buscar suscriptores por filmarse jugando a los juegos de moda. La opción de Kira fue exactamente por ese camino. Seguidora de las películas de Marvel, y con suscriptores en países tan inesperados como Kazajistán, ella le presta atención a quienes la siguen. “El contenido que hago es para que lo vean ellos y les tiene que gustar”, asegura. Por eso también ha creado contenidos dedicados específicamente a ciertos suscriptores. Y, por lo visto, le ha dado resultado.  “Prefiero seguir haciendo esto siempre”, confiesa.