Tecnología > Mensajería

La batalla contra el e-mail

El auge de un software de comunicación para empresas se muestra como una amenaza del correo electrónico
Tiempo de lectura: -'
02 de julio de 2019 a las 11:40

Por John Herrman

Slack va tras tu trabajo. La empresa de salas de chat laborales comenzó a cotizar en la bolsa esta semana. Afirma que ya tiene más de diez millones de usuarios diarios y, en su prospecto de oferta pública, se anuncia como la respuesta para los buzones de entrada saturados en todas partes.

Todo eso es muy emocionante si eres Slack. Pero la mayoría de nosotros aún no estamos ahí. La empresa dice que cuenta con 88.000 clientes por suscripción, una pequeña fracción de los oficinistas del mundo que están atados a un escritorio y un teléfono, y menos de los que trabajan de tiempo completo en Google. 

Hablando de Google, la empresa tiene una alternativa a Slack llamada Hangouts Chat, al igual que Facebook con Workplace. Microsoft tiene Teams, que está incluida en su software de Office y está siendo usada por más de 500.000 organizaciones, según la empresa. Este ataque desde varios frentes contra el correo electrónico apenas está empezando, pero ya domina una narrativa bélica: la cultura oficinesca universalmente aborrecida de las respuestas, los reenvíos, las copias masivas, mantenerse al tanto y dejar un asunto para después ya va de salida y será remplazada por las aplicaciones de chat. ¿Qué pasará si ganan a fin de cuentas?

De qué se trata cuando hablamos de chat

Un lugar de trabajo no empieza simplemente a usar Slack. No se “adopta” de la manera en que se hace con un nuevo sistema de gastos; o una nueva aplicación de reuniones por video. Slack llega como el rumor de un nuevo espacio de oficinas o una restructuración próxima. Slack es el lugar y la manera en que se realiza el trabajo.

Muchas oficinas estadounidenses ya lo han adoptado. Para algunas, es un gran alivio poder chatear. “Sé que para los equipos de ingenieros es un punto de inflexión”, dijo Shannon Todesca, empleada de CarGurus, un sitio web de compras de autos. “Se usa para dar seguimiento a los envíos de códigos”, dijo, así como a los errores de sistema. Los trabajadores también informan sobre citas con el dentista y ausencias por enfermedad al canal #fdo (fuera de la oficina), lo cual evita que los buzones de entrada se atasquen o que un aviso anterior se pierda.

En Automattic, que dirige Wordpress.com y algunos otros servicios de internet más pequeños, Slack es el pegamento que une su “oficina virtual” totalmente remota con casi 1.000 empleados que viven en decenas de países y trabajan con productos totalmente distintos. 

Scaleworks, un fondo de inversión de tecnología con sede en Texas, usa Slack para gestionar su portafolio de empresas, pero también para permitir que compartan información entre ellas. “Los directores ejecutivos trabajan de manera conjunta para resolver problemas difíciles”, afirma Drew Olanoff, portavoz de la empresa. “Slack desempeña un gran papel ahí”, agrega.

Los chats en tiempo real también han sido una bendición para empresas no tecnológicas más pequeñas. Matt Lien, productor de Flag Family Media, que opera un par de estaciones de radio AM en Dakota del Norte, dijo que Slack ha mejorado su experiencia cotidiana de trabajo. “Tener un lugar donde incluir archivos de audio, números de celular aleatorios, noticias de último momento o incluso memes de nuestros escuchas ha hecho que nuestro trabajo sea mucho más fácil”, comentó. “Sin mencionar que podemos buscar el número de teléfono de un invitado si lo perdemos”.

Como resultado del alineamiento que pueden mantener los equipos y las organizaciones mientras se adaptan continuamente para responder a entornos cada vez más dinámicos, se desperdicia menos esfuerzo y energía, y los miembros de esos equipos pueden utilizar toda su inteligencia y creatividad para ir tras los objetivos compartidos de la organización.

Riesgos del programa

Hubo una mujer que señaló una “situación verdaderamente descontrolada de Slack” —decenas de salas nuevas para atender un flujo de trabajo que solo el nuevo jefe parecía entender— como una de las razones por las que renunció a su trabajo en una gran empresa de medios. Hubo un hombre que habló sobre un nuevo empleado ambicioso en su firma que pasó sus primeras semanas leyendo miles de conversaciones de Slack que databan de años antes de su llegada. “Tiene conocimiento enciclopédico de por qué se tomaron ciertas decisiones y de todos los asuntos que ocurrieron con el personal”, dijo el empleado. “Todas las riñas entre empleados. ¡Todas las entrevistas que llevamos a cabo!”.

También están los nuevos empleados, que cometieron el error de buscar sus propios nombres durante sus primeros días. 

Lo más común fueron los sentimientos encontrados, a menudo relacionados con la privacidad y la productividad. “Hemos tenido que hablar de manera consciente acerca de usar Slack con menos frecuencia”, dijo Lacey Berrien, que trabaja en la empresa emergente de publicidad Drift. “Hice que nuestro equipo de TI lo revisara hace unas semanas, y teníamos más de 950 canales de Slack, y eso sin contar los privados”, comentó. (El director ejecutivo de la compañía hace poco les dijo a los empleados, a través de un correo electrónico, que “en vez de enviar mensajes y respuestas interminables en Slack para tratar de hacerse entender, simplemente tendría conversaciones reales cuando sea conveniente.

¿Más rápido de verdad es mejor?

“Slack reduce los correos electrónicos, y los correos electrónicos son malos; por lo tanto, Slack es bueno”. Algo que incentiva este discurso de ventas es que la gente de verdad odia su correo electrónico. 

En un estudio de 2011 publicado en la revista Organization Science, los investigadores señalaron que, aunque el correo electrónico se consideraba de manera generalizada “una fuente cada vez más grande de estrés en la vida de la gente”, las investigaciones también sugieren que les ofrece a las personas “flexibilidad y control al permitir la comunicación desde cualquier lugar en cualquier momento”. 

Para tratar de abordar esta contradicción, los investigadores recurrieron a entrevistas de hace casi una década, realizadas cuando el correo electrónico estaba invadiendo las oficinas estadounidenses y produciendo sus propias anécdotas de alivio, ambivalencia y terror. “Nuestras fuentes describieron fuertes expectativas culturales de no dejar esperando a los remitentes”, señaló el estudio.

El artículo sugirió que el correo electrónico de hecho se había convertido en un “chivo expiatorio interpretativo para la percepción de los trabajadores de que se espera que hagan más de lo que pueden lograr de manera razonable en un día”. El correo electrónico en sí era nuevo y necesitábamos acostumbrarnos a él. 

Stephen R. Barley, profesor de gestión de tecnología en la Universidad de California en Santa Barbara y coautor del artículo, recuerda que los encuestados se lamentaban, hace casi 20 años, de la erosión de los límites del trabajo, que entró en vigor y fue simbolizada por el correo electrónico. “Creo que lo que están expresando es que estas tecnologías se están apoderando del tiempo al comienzo y al final de sus jornadas sin ningún tipo de remuneración, aunque es algo que la mayoría de los oficinistas jamás dirían”, comentó en una entrevista telefónica. “Es una invasión del trabajo en otros espacios de tu vida”, agregó.

Desempeño en la bolsa

Slack despegó el jueves de la semana pasada en la Bolsa de Nueva York en su estreno bursátil, donde cerró la sesión con un alza del 49,54 % y vendiendo cada uno de sus títulos por 38,70 dólares. La compañía con sede en San Francisco (California, EE.UU.) debutó en Wall Street pocos minutos después del mediodía con una primera cotización de 38,50 dólares, muy por encima del precio de 26 dólares que había fijado para su puesta de largo en los parqués neoyorquinos, aunque en momentos durante la sesión llegó a superar los 40 dólares. Con el precio de cierre, la compañía consigue una capitalización bursátil de 19.500 millones de dólares, por encima de lo que esperaban los analistas.

En su último año fiscal (cerrado el 31 de enero), Slack perdió 138,9 millones de dólares, dos millones menos de pérdidas que en 2018, pero duplicando la facturación, ya que ingresó 400,5 millones de dólares (a 31 de enero de 2018, fueron 220,5 millones). En el primer trimestre de este año, su facturación subió un 67 % interanual, alcanzando los 134,8 millones de dólares, según la Comisión de Mercados y Valores estadounidense. 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...