En los países republicanos se conservan formas que constituyen un protocolo muy cuidado. Siempre se ha considerado a la trasmisión presidencial como una ocasión para los encuentros internacionales. Así fue sin duda, la imagen que cruzó nuestras fronteras. Teníamos a un nuevo presidente de la República.
Mis felicitaciones sinceras para cada una de las personas que hicieron con profesionalidad y buen gusto cada momento de la ceremonia. No hubo nerviosismo sino el deseo magnificamente logrado, para que todo saliera bien…
La esposa del Presidente de la República vistió de blanco. La señora vicepresidenta de la República de azul. Ambas trasmitieron así nuestros colores patrios. Si se hubiese aplicado la norma del color negro para las señoras no hubiese escrito esta nota.
Hace tiempo que no escuchábamos el pedido de venia con voz segura y varonil. Para los más jóvenes fue algo nuevo. En cambio para los mayores fue un recuerdo a tantísimas fiestas patrias pasadas.
Las danzas tuvieron su sitio y lamento que no hayan sido anunciadas por los altavoces. Varias personas pasaron por delante de los bailarines, “como Pancho por su casa”. Cuántas horas de ensayos perdidas y para decirlo todo, qué pena.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá