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La confianza repuntó pero consumidores se mantuvieron pesimistas en abril
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de abril registró un aumento de 2,8 puntos. Esta suba no revierte la importante caída registrada en el mes anterior, ubicándose, con un puntaje de 48,1 aún en el nivel de moderado pesimismo.
Respecto a abril 2020, el índice es 5,1 puntos mayor según el estudio que publica la Cátedra de Confianza Económica de la Universidad Católica (UCU) y la consultora Equipos; y, si se consideran los promedios acumulados (ene-20/abr-20) y ene21/abr-21), el índice es 1,3 puntos mayor. Por lo tanto, la confianza del consumidor es mayor en 2021 respecto a la misma fecha del año anterior.
Este incremento en el mes de abril sitúa al índice en el segundo mayor puntaje del último año (abr-20, abr-21), después del alcanzado en febrero 2021 (49,2 puntos). El incremento observado podría estar mostrando una “adaptación” de la población a la situación sanitaria del país, aún frente a un notorio empeoramiento de ésta. En este sentido, el incremento de casos de nuevos contagios y muertes por covid-19 que había provocado la caída del ICC en marzo 2021, hoy ya no tiene el mismo impacto.
En cuanto a los subíndices, los tres acompañaron el aumento del ICC, mejorando su desempeño respecto al mes anterior, aunque en ninguno de los casos se revierte la caída registrada en marzo 2021.
La Situación Económica Personal, fue el subíndice que menos variación presentó. Dentro de sus componentes (situación económica personal actual y a un año), si bien ambos aumentaron, se registró un mayor incremento en el primero.
Esto pudo deberse a una corrección de expectativas por parte de la población que en marzo esperaban un mayor impacto económico dado el empeoramiento de la situación sanitaria y las posibles medidas de restricción de la actividad por parte del gobierno, que no ocurrieron.
Por su parte, la situación económica del país aumentó impulsada por ambos componentes (situación económica del país a uno y a tres años), quedando muy cerca del puntaje de febrero que fue el más alto desde la llegada del covid-19 a Uruguay en marzo de 2020. Vuelve a reflejarse la expectativa de una recuperación económica del país a corto y mediano plazo seguramente asociado al ritmo de vacunación y a la posibilidad de alcanzar la inmunidad de rebaño dentro de ese plazo. La valoración de la situación económica del país a tres años es la más alta del 2021.
Por último, la predisposición a la compra de bienes durables fue el subíndice que presentó el mayor aumento, aunque no contrarrestó la caída del mes anterior. Ambos componentes del subíndice aumentaron (electrodomésticos, y automóviles y viviendas), aunque la variación en los electrodomésticos fue significativamente superior. Estos cambios en signo y magnitud pueden estar influenciados por la adaptación de expectativas ya mencionada y a que la compra de casas y autos suele realizarse con mayor cautela debido al monto del gasto y el tiempo involucrado en la toma de decisiones.
Otros indicadores de confianza económica
Acompañando el aumento del ICC en abril, los otros indicadores medidos muestran, en general, una mejora respecto a marzo 2021 (a excepción de las expectativas de inflación).
La evolución de los indicadores, al igual que en el ICC, puede verse influenciada por una posible adaptación de las expectativas sobre el impacto que la situación del covid-19 tendrá en la economía, principalmente en relación a las medidas tomadas por el gobierno. Los indicadores que más se vieron deteriorados el mes pasado (expectativas de ingresos y expectativas de desempleo) mejoraron, pero no recuperaron la totalidad del puntaje. Las expectativas de inflación están al alza, por lo que se podría decir que la población espera un aumento en el nivel general de precios
Evolución de los componentes del ICC por sexo
Según lo que se observa en el gráfico, durante el último año, la percepción sobre los distintos componentes ha sido más positiva en los hombres respecto a las mujeres en la mayoría de los casos.
Estos datos son acordes con diversas investigaciones que se han realizado sobre el optimismo según el género. En ellas, una de las razones que brindan para este comportamiento es que, por lo general, las mujeres son más adversas al riesgo que los hombres. Debido a la incertidumbre presente en Uruguay, podría esperarse que la percepción de las mujeres respecto a los componentes sea más pesimista que la de los hombres.
