Opinión > COLUMNA/ LUIS ROUX

La era de la desinformación

Me imagino que un grupo de desclasados logra destruir internet y lo veo como un final feliz
Tiempo de lectura: -'
20 de enero de 2019 a las 05:02

Llegó un momento en el que, de buenas a primeras, la comunicación dio un salto de calidad gigantesco. De pronto se estableció una telaraña universal de computadoras conectadas entre sí como por arte de magia. Cada vez era más fácil tener una y sumarse a esa fraternidad en diálogo incesante.


Los primeros años fueron de gran frenesí. Todo estaba por inventar y aparecían cosas nuevas a cada instante.


En 1989 se crea la world wide web y cuatro años después The New York Times se refiere por primera vez a ella: “Es como un mapa de tesoros enterrados en la era de la información”. En 1994 se realiza la primera venta online: la cadena estadounidense Pizza Hut vende una pizza de jamón, hongos y queso extra. Ese año se crea Yahoo! y el siguiente Amazon, en tanto que Microsoft lanza Windows 95 y su primer explorador de internet.


En 1996 se crea Hotmail y poco después entré yo, con mi nombre exacto en mi cuenta de correo electrónico: [email protected]. Muchos años después me la hackearon y no supe recuperarla, pero a esa altura ya mandaba Google, que apareció en 1997 y poco después se convirtió en un verbo que significaba “buscar en internet”. Su servicio de correo electrónico, Gmail, empezó a ofrecer el oro y el moro, hasta videollamadas de muy buena calidad.


Era una maravilla cada vez más espectacular. Se parecía a una utopía: se podía investigar cualquier tema desde tu casa y compartir tus conclusiones con quien quisieras, de forma inmediata. En 2001, para colmo,  aparece Wikipedia, una enciclopedia en la que todos podemos ser lectores y también autores y que abarca una porción muy significativa de todo lo que se te puede ocurrir que abarque.


Los que tenemos facilidad para el entusiasmo creímos que internet era una herramienta para un mundo mejor. Estaríamos todos mejor informados y mejor comunicados. De ahí a que la humanidad se convirtiera en una hermandad de sabios sería solo cuestión de tiempo.


En 2004 aparece la primera gran sombra en ese sueño luminoso: Facebook. Llegó disfrazado de cordero, como una celebración de la amistad en la web. Se entendía que cada persona armaba un yo ficticio, pero parecía inofensivo. Sin que nadie se diera cuenta muy bien cómo, pronto se convirtió en una serie de mundos paralelos, con verdades propias para distintos grupos de personas.

El problema es que después esas personas, impulsadas por las creencias que afianzaron en Facebook y desdeñosas de las verdades más elementales, actúan en el mundo real. 


En realidad, Facebook es un síntoma de algo que alguien muy inteligente podría haber previsto, como consecuencia indeseable de internet. Si les damos a todos la libertad de elegir entre una cantidad monstruosa de opciones de información, una mayoría va a elegir las verdades que les resulten más cómodas, las más fáciles, las que mejor se adecuen a sus psiquis. Y en vez de tener una hermandad de sabios, tendremos –tenemos– un archipiélago de tribus que no pueden comunicarse entre sí porque viven en dimensiones distintas.


Y ni siquiera intentan comunicarse, porque ya tienen cientos, tal vez miles de “amigos” que comparten sus verdades.


Cuando me enteré de que Google aprende de sus usuarios para darles las respuestas que buscan, me empecé a dar cuenta de que algo andaba mal. Una búsqueda en Google hecha por mí da resultados distintos que una búsqueda en Google hecha por vos. Los usuarios de internet somos clientes y casi siempre tenemos razón.


Google sabe lo que pienso y no quiere contradecirme. Busco “Trump” y las primeras decenas de resultados me muestran lo malo que es. Hay mucha gente, sobre todo en Estados Unidos, que busca “Trump” y le aparece lo necesario que es. ¡Por fin, alguien que pone a America first!


Sin hechos y verdades en común que se puedan debatir, la democracia es un aparato que funciona mal. De hecho, en las grandes metrópolis ya está empezando a echar humo. 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...