La Federación Rusa de Ajedrez se afiliará a la entidad que agrupa a sus pares de Asia y Oceanía

La decisión, ratificada por la delegación rusa que participa de la cumbre asiática de ajedrez que se lleva adelante en Abu Dabi, instancia en la que por votación se aceptó la afiliación de la RCF, llega en momentos en que varias federaciones deportivas rusas, como la de fútbol, también contemplan la posibilidad de abandonar Europa debido a las sanciones y restricciones que impulsan Washington y sus aliados contra los deportistas rusos.

"Un acontecimiento histórico se produjo hoy: por primera vez, una federación de ajedrez, una de las más fuertes del mundo, pasó de un continente a otro", declaró el presidente de la RCF, Andrei Filatov. "Me congratulo de antemano por esta fructífera cooperación, por la participación de equipos rusos en las competiciones asiáticas", agregó Filatov, quien además de presidir la RCF es copropietario de la Globaltrans y entrenador de ajedrez.

La medida, que entrará en vigor el 1° de mayo próximo, fue saludada como una "muy buena noticia para nuestros jugadores y nuestra federación” por el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien afirmó que la decisión permitirá que “los atletas rusos participen en grandes competiciones internacionales".

El anunciado alejamiento de la RCF de su par europea llega luego de que en los últimos años crecieran las tensiones entre ambas federaciones, relaciones que llegaron a la ruptura con el inicio de la guerra en Ucrania. De hecho, en marzo del año pasado, días después que empezara el conflicto, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y la UEC anunciaron la suspensión de la federación rusa.

Aunque los jugadores rusos podrían seguir participando en las competiciones internacionales bajo la bandera "neutral" de la FIDE, tras el inicio del conflicto varias entidades deportivas rusas fueron suspendidas por las organizaciones internacionales, que también suspendieron a atletas rusos, o  bien se les prohibió competir bajo su bandera.

Según los observadores, la Federación Rusa de Fútbol, suspendida de todos los campeonatos europeos, y que amenazó en varias ocasiones con adherirse a la confederación asiática, podría seguir en los próximos días los pasos de la RCF, entidad que domina ampliamente el mundo del ajedrez desde hace décadas.

Pese a la decisión, Filatov confirmó que los ajedrecistas rusos disputarán entre el 2 al 14 de marzo el campeonato europeo, ya que el ingreso en la confederación asiática no se consumará hasta el 1° de mayo, transición que tiene el beneplácito de la FIDE, cuyo presidente, el ruso Arkadi Dvorkóvich, destacó que dicha decisión permitirá a los maestros rusos competir "más libremente en un tiempo tan difícil como el que estamos viviendo".

"Fue una decisión conjunta, somos una familia ajedrecística y confiamos en que al final toda la familia esté bien", matizó Dvorkovich, quien fuera viceprimer ministro de Rusia y fue reelegido en agosto del año pasado cuando se impuso al ucraniano, Andrii Baryshpolets.

Las tensiones entre la RCF y sus pares vienen de lejos. A principios de mes, el noruego Magnus Carlsen, campeón mundial desde 2013 y quien en 2021 retuvo el cetro mundial al derrotar al ruso Ian Nepómniachtchi, se mostró contrario a que los ajedrecistas rusos compitan internacionalmente.

Por caso, el año pasado, el ruso Serguéi Karjakin, nacido en la anexionada península ucraniana de Crimea, fue suspendido durante seis meses por la FIDE tras apoyar la intervención militar rusa. Recientemente, la FIDE anunció que rusos y bielorrusos podrán participar en torneos internacionales bajo su bandera hasta el 1° de enero de 2024, a lo que Karjakin se negó categóricamente, decisión por la que el presidente ruso, Vladímir Putin, lo galardonó con la Orden al Mérito ante la Patria.

La situación, sin embargo, divide aguas entre los propios ajedrecistas rusos que se alinean, en términos generales, detrás de dos archienemigos: el legendario ajedrecista Garri Kaspárov, desde hace años muy crítico con el Kremlin y ahora con la intervención militar, y su antiguo rival, el no menos genial Anatoli Karpov, elegido presidente honorario de la RCF.