Hasta hace menos de un mes, por más que el Frente Amplio buscaba ángulos para pegarle al gobierno, no podía encontrar ninguna manera efectiva. El buen manejo de la crisis sanitaria y la excelente comunicación presidencial habían blindado al Poder Ejecutivo incluso ante crisis tan fuertes como la renuncia del canciller. En las últimas semanas hubo varios desajustes de tono, en particular por dos ministros.
Los problemas, de todas formas, no son terreno exclusivo del gabinete. Con la discusión del asunto del desafuero de Guido Manini Ríos, la coalición también tuvo varios desajustes sonoros que aún retumban.
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