La muerte de un reservista gay, que falleció en el ataque del movimiento palestino Hamás en Israel apenas dos semanas antes de su boda, supuso un cambio legal en el país, que permite ahora a todas las parejas de soldados no casadas recibir un subsidio por viudez, pese a que en el país no está legalizada la unión civil entre parejas de un mismo sexo y sólo los matrimonios religiosos están reconocidos por la ley.
Sagi Golan era reservista de las fuerzas especiales y murió en el ataque del 7 de octubre, dos semanas antes de una ceremonia prevista para casarse con Omer Ohana, su pareja. Desde la tragedia, Omer consiguió que todas las parejas de soldados gays fallecidos tengan los mismos derechos que las parejas casadas.
El 6 de noviembre pasado, el Parlamento israelí enmendó la legislación que concede el apoyo del Estado sólo a los viudos y viudas de soldados casados. A partir de ahora, "todas las personas que viven en concubinato, sin importar si son gays o heterosexuales, pueden acceder al subsidio por viudez”, resumió Yorai Lahav-Hertzanu, representante del partido centrista Yesh Atid, que presentó la enmienda adoptada.
Este el resultado del combate librado en apenas unas semanas por Ohana, cuya pareja murió a los 30 años en los combates en el kibutz de Beeri. Los dos reservistas convivían desde hacía seis años y habían previsto casarse el pasado 20 de octubre. "Era más una fiesta que una ceremonia", cuenta Ohana en su apartamento de Herzliya, en el centro de Tel Aviv.
Cuando los dos hombres se despertaron el 7 de octubre y se enteraron del ataque sorpresa perpetrado por Hamás, Golan, que era capitán reservista del Lotar, una unidad antiterrorista, "dio un salto en la cama, y tras uno o dos minutos, ya vestía su uniforme", relata su pareja.
"Le preparé un café para el camino, nos besamos. Le dije que no se hiciera el héroe", recuerda Ohana. Ambos habían acordado enviarse "un corazón por Whatsapp cada hora, para estar seguros de que todo iba bien", explica con la voz entrecortada. "A medianoche, recibí el último corazón. El domingo, no respondió", recuerda desconsolado.
Ohana fue movilizado al frente norte, en la frontera con Líbano y pasó los días siguientes removiendo cielo y tierra para obtener información, pero todo fue en vano. Finalmente, en la noche del 10 de octubre, unos oficiales llamaron a su puerta. "No necesitaron hablar. Estaba muy claro", dice.
Devastado, Ohana tuvo además que afrontar problemas "burocráticos". Un oficial "no me reconoció como pareja de Sagi", cuenta en un país en el que las minorías sexuales recién obtuvieron más visibilidad y derechos en los últimos años.
A finales de octubre, medios israelíes publicaron que, en medio de su duelo, Ohana tuvo que batallar con la administración pública para obtener el derecho a una ayuda financiera, psicológica y médica prevista por la ley. A principios de noviembre, el Parlamento le concedió la razón.
Ohana dice que ahora militará por "un conjunto de ocho leyes" que, una vez adoptadas, "garantizarán una igualdad absoluta en Israel" a las personas LGBTQ+. Por lo pronto, dice haber recibido "miles de mensajes" de apoyo. Además, se aferra al "sueño" que tenía su pareja de "ser padre" mediante una gestación subrogada, autorizada en Israel desde 2021 para las parejas homosexuales.
El esperma de Golan fue congelado y ahora su pareja hará todo lo posible para tener un hijo.
(Con información de AFP)
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