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La obra de UPM en Paso de los Toros sigue paralizada por un conflicto con el Sunca
La obra de construcción de la planta de celulosa de UPM en Pueblo Centenario sigue detenida debido a un conflicto sindical con una empresa contratista. En las últimas horas continuaron las negociaciones entre las partes involucradas y el Ministerio de Trabajo, pero hasta esta tarde no se ha llegado a un acuerdo.
El Sunca reclama por “despidos arbitrarios”, “respeto a la organización sindical” y presunto acoso laboral de un capataz de una empresa subcontratada (TGLT) contra una trabajadora mujer, según denuncian públicamente.
“Las mujeres que han ingresado son excelentes oficiales y trabajadores de la construcción. Pero hay un tema cultural y de la empresa de machismo que las mujeres no pueden ingresar en la construcción. La compañera entró a trabajar en la construcción, salió sorteada. Un capataz con la cabeza retorcida le hace hacer tareas muy duras”, afirmó este miércoles el secretario general del Sunca, Daniel Diverio a radio Universal.
Sobre este último punto, añadió que “una persona con ese nivel de agresividad hacia mujeres, no podía estar al mando de mujeres” y que con la paralización no buscan “premios ni sueldos”.
La última propuesta realizada por la empresa argentina estableció que el capataz deje de trabajar temporalmente en la obra y reciba cursos de capacitación sobre manejo de personal.
Además se propuso que a uno de los trabajadores despedidos se le completen los jornales para que pueda pasar a seguro de paro y el otro sea trasladado con empleo a Montevideo, según supo El Observador.
Este planteo no fue aceptado por los trabajadores de TGLT y tampoco por el sindicato. Este contratista tiene actualmente a 100 empleados operando en la planta de UPM. La última asamblea general de obra mandató a que el capataz sea retirado de la obra hasta que termine la investigación; y que los trabajadores involucrados en el conflicto sigan cumpliendo tareas en el lugar. En esas condiciones están dispuestos a levantar la paralización.
Si bien el ingreso al predio de la planta está habilitado, el Sunca no permite que obreros que quieren trabajar puedan hacerlo. Dentro de los obreros perjudicados por esa medida está una plantilla menor -de los 4.500 obreros que hay actualmente- de extranjeros.
