Se define como el tiempo que transcurre desde la producción o envasado, hasta el punto en el que este pierde sus propiedades físico-químicas y organolépticas, y es un plazo definido por la empresa que lo fabrica.
La vida útil de un alimento está acotada por diversos factores que influyen en su deterioro. Dentro de ellos se encuentran: la propia naturaleza del producto, el proceso de elaboración del mismo, su método de conservación, el tipo de envase y condiciones de envasado y su almacenamiento. Además, influyen la exposición a la luz y al oxígeno (que provocan pérdida de vitaminas y oxidación de grasas), la temperatura (que destruye, inactiva o favorece el crecimiento de patógenos) y el grado de humedad (que también puede favorecer o no el desarrollo de bacterias y hongos).
En el caso de la conservación de alimentos mediante refrigeración o congelación, los períodos recomendados son los siguientes: