El informe dice que “la gran mayoría de las muertes indirectas de la guerra se deben a la desnutrición y las muchas enfermedades infecciosas”.

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Las acciones de los Estados Unidos posteriores al 11/9/2001 pueden haber causado al menos 4,5 millones de muertes

Las cifras surgen de un estudio académico de la Universidad de Brown que analiza los costos, las bajas y las consecuencias de la “Guerra contra el Terror” que los Estados Unidos implementó como consecuencia de los atentados contra las Torres Gemelas
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22 de mayo de 2023 a las 05:04

La “Guerra contra el Terrorismo” que llevó a cabo los Estados Unidos después del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001 puede haber causado al menos 4,5 millones de muertes en alrededor de media docena de países, según un informe publicado por el proyecto Costos de Guerra de la Universidad Brown en Rhode Island, que estudia los costos, las bajas y las consecuencias de una guerra en la que las bombas y las balas estadounidenses siguen matando e hiriendo a personas en múltiples países.

El informe, denominado “Cómo la muerte sobrevive a la vida” muestra cómo las consecuencias a posteriori de la acción bélica se manifiestan indirectamente sobre la población afectada por la Guerra contra el Terrorismo en Afganistán, Irak, Libia, Pakistán, Somalia, Siria y Yemen.

El informe examina “el devastador costo de la guerra en la salud humana, más allá de los combates, más allá de los factores agravantes” en uno de los conflictos más violentos en los que se haya visto envuelto los Estados Unidos.

El trabajo de investigación no se centra en atribuir responsabilidad a determinadas partes beligerantes sobre otras, o en desenmarañar factores intensificadores, como las acciones de gobiernos autoritarios, relacionados a trastornos políticos, sanciones económicas globales, cambio climático, desastres ambientales o las devastaciones acumuladas de guerras anteriores, sino que muestra que las acciones posteriores al 11 de septiembre están implicadas en muchos tipos de muertes de civiles.

“En un lugar como Afganistán, la pregunta apremiante es si hoy se puede considerar que alguna muerte no está relacionada con la guerra”, dijo Stephanie Savell, codirectora de Costos de Guerrra y autora del informe, en un comunicado.

“Las guerras a menudo matan a mucha más gente indirectamente que en combate directo, particularmente niños pequeños”, afirmó.

La publicación "revisa las últimas investigaciones para examinar las vías causales que llevaron a un estimado de 3.6/3.7 millones de muertes indirectas en las zonas de guerra posteriores al 11 de septiembre", mientras que "el número total de muertes en estas zonas de guerra podría ser de al menos 4.5/4,6 millones, aunque la cifra precisa de mortalidad sigue siendo desconocida”.

Desde 2010, un equipo de 50 académicos, expertos legales, profesionales de Derechos Humanos y médicos que participan en el proyecto de la Universidad de Brown llevaron sus propios cálculos, alternativos a las estimaciones oficiales.

Según su última evaluación, más de 906.000 personas, incluidos 387.000 civiles, murieron directamente a causa de las guerras posteriores al 11 de septiembre. Otros 38 millones de personas fueron desplazadas o refugiadas. Mientras tanto, el gobierno federal de los Estados Unidos gastó más de US$ 8 billones en estas guerras, afirma la investigación.

Savell dijo que la investigación indica que más personas, especialmente niños y las poblaciones más pobres y marginadas, murieron por los efectos de la guerra: pobreza creciente, inseguridad alimentaria, contaminación ambiental, el trauma continuo de la violencia y la destrucción de la salud e infraestructura pública, junto con la propiedad privada y los medios de subsistencia.

Según lo expuesto en el trabajo, “la gran mayoría de las muertes indirectas de la guerra se deben a la desnutrición, problemas relacionados con el embarazo y el parto, y muchas enfermedades, incluidas enfermedades infecciosas y enfermedades no transmisibles como el cáncer”.

Un estudio de 2012 encontró que más de la mitad de los bebés nacidos en la ciudad iraquí de Faluya entre 2007 y 2010 tenían defectos de nacimiento, probablemente vinculados a los efectos del uso de munición con uranio empobrecido.

Entre las mujeres embarazadas encuestadas en el estudio, más del 45 % experimentó abortos espontáneos en el período de dos años posteriores a los ataques estadounidenses en Faluya en 2004. Las lecturas del contador Geiger de sitios contaminados con uranio empobrecido en áreas urbanas iraquíes densamente pobladas mostraron consistentemente niveles de radiación que son de 1.000 a 1.900 veces más altos que lo normal.

El estudio también encontró que algunas muertes “son el resultado de lesiones debidas a la destrucción de infraestructura por la guerra y por trauma reverberante y violencia interpersonal”.

Savell dijo también que “las partes beligerantes que dañan la infraestructura con un impacto en la salud de la población tienen la responsabilidad moral de brindar asistencia y reparaciones rápidas y efectivas”.
“El gobierno de los Estados Unidos, aunque no es el único responsable de los daños, tiene una obligación importante de invertir en asistencia humanitaria y reconstrucción en las zonas de guerra posteriores al 11 de septiembre”, señaló. Y agregó: “Podría hacer mucho más de lo que hace actualmente para cumplir con esta responsabilidad”.

(Liberation News; Watson Institute of Brown University)

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