Xabier Lasarte

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Las anécdotas de Xabier Lasarte: el periodista que se retira de la televisión pero no del teatro

El periodista cumplió 32 años en la pantalla de canal 12 y a fines de este mes hará su última salida al aire
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11 de diciembre de 2022 a las 05:00

Esa noche Xabier Lasarte subió al escenario a medio vestir. La transmisión de un partido de la Copa del Mundo 1994 atrasó el boletín informativo y apenas llegó a ponerse el casco y el camperón de bombero sobre el traje, después de recorrer a toda velocidad los tres kilómetros entre La Aguada y el Centro que separan el canal 12 de la sala del Teatro Circular. Como pudo bajó el corazón de la garganta para hacerle espacio a las palabras y salió a escena con una obra de Eugène Ionesco. “Tomé aire, apoyé la mano contra la columna del Teatro Circular y dije ‘bueno, acá voy’”. Y fue. Así como fue hacia cada oportunidad que se le presentó a lo largo de su vida profesional.

Dice que a veces las cosas que menos espera son las que más aparecen. Así le pasó con el periodismo y la actuación: una serie de casualidades que lo llevaron a aquellos espacios en los que se quedó por más de cuatro décadas.

“Hay gente que apuesta todo a una sola cosa, y está bien que se esfuerce y que ponga mucho empeño en lo que quiera hacer, pero a veces no se te da. Y a veces hay cosas que vos no las esperás que caen a la vera del camino y las aprovechás”, dice.

En la vera del camino se encontró en 1974 con un amigo que hacía transmisiones de carreras de motociclismo. Un día le faltó un locutor para pasar unos avisos en la red de altoparlantes. “Fue un comienzo muy rudimentario, muy casero”. Lasarte puso su voz para ayudarlo a llevar adelante el programa que sin avisos no podía salir al aire, pero terminó siendo el comienzo de algo más. Continuó como locutor en transmisiones deportivas y empezó a trabajar en otros ámbitos del periodismo deportivo y otros medios de comunicación. Trabajó como gerente de ventas en una mueblería hasta que el dólar se vino abajo y volvió a la radio. Trabajó durante 10 años en radio El Espectador como informativista, después hizo tres años en canal 5 y el pasado 7 de diciembre cumplió 32 años en canal 12.

En el camino también se encontró con la actividad teatral. En 1980 un grupo de amigos lo impulsaron para presentarse a un llamado para alumnos de la Escuela de Arte Dramático del Teatro Circular. “Yo no sabía muy bien lo que era, pero eran épocas difíciles porque no había mucho espacio para reuniones, en el año 80 la dictadura todavía estaba impuesta a lo que hace a la vida diaria. Hice una serie de pruebas, me aceptaron como alumno y egresé de la Escuela de Arte Dramático del Teatro Circular. En marzo del año que viene van a ser 43 años que integro el elenco”.

Xabier “El Vasco” Lasarte ha nutrido su actividad periodística de las herramientas que le proporcionó su formación actoral y su actividad teatral de las experiencias que el periodismo incorporó a su memoria emotiva. Y hay un comentario que le repiten a la salida del teatro: “¡Pero recién lo vi en la televisión! No me diga que era grabado”.

Xabier Lasarte

Antes de salir a escena

A los 68 años llega a Teledoce caminando con calma, minutos después de las 10 de la mañana, con el traje azul impecable a pesar de la ola de calor que empieza a pesar sobre Montevideo. Poco después se acomoda en una mesa y promete condensar en una hora más de 40 años de trayectoria.

La primera vez que salió al aire lo hizo en la pantalla de canal 5. “A mí me ayudó mucho la actuación en ese aspecto, porque ya tenía cierto concepto escénico de la cosa”, recuerda. Lasarte trabajaba en Gente Cinco, un programa de divulgación cultural, y fue allí donde empezó a aprender cómo hacer televisión: “La gente que tiene más rodaje te va enseñando las pequeñas cosas. Me sirvió de puntapié inicial para seguir transitando un camino después de tantos años”.

Cree que el de antes era un periodismo más artesanal. “Más del mano a mano y de la libretita”, dice. En cambio, actualmente la tecnología ha influido en el flujo de la información y esa característica lo llevó a adaptarse y a aprender también de los periodistas más jóvenes. “Creo que la vorágine de la información ha influido en ese sentido y te tenés que adaptar. Si no te adaptás, sucumbís sin ningún inconveniente”.

¿Y qué siente, después de tantos años, en esos segundos antes de salir al aire? Adrenalina. La misma que siente antes de dar un paso sobre el escenario. “Tenés un libreto aprendido, tenés ensayo pero sabés que el aguijón de la presencia con el público siempre está. En este caso también. Además en el caso de la televisión la inmediatez a veces te gana.” 

“Cuando vos llegás a una cobertura periodística o a un espectáculo teatral con cierta displicencia o con cierto aire de suficiencia, que a mí por suerte casi nunca me pasó, no está bueno. Tenés que tener sentido de la responsabilidad, tenés que sentir que hay un compromiso, hay un cometido de informar a la población que tiene que ser por sobre todas las cosas la meta principal. En eso se nos va la tarea.”

En más de cuatro décadas como periodista ha vivido coberturas históricas: el plebiscito constitucional del año 80, la reapertura democrática, la apertura de las cámaras, debates políticos, ocho campañas electorales, dos coberturas de la Asamblea General de Naciones Unidas y así la lista sigue. Pero hay una que recuerda de forma especial: un hombre se había encerrado en una habitación con sus hijos y aseguraba que no iba a salir mientras no cambiara su situación judicial y le dejaran ver a los niños. Lasarte llegó incluso antes que algunos policías y el hombre atrincherado lo reconoció por su trabajo en el canal. Recuerda que el encargado del operativo policial le pidió que hablara con él y que tratara de “ir atemperándolo en su postura inicial” hasta que llegaran equipos especializados.

“Uno se sintió como parte de un engranaje, un tornillo de una maquinaria si vos querés, pero tornillo al fin, donde mediante tu colaboración en la faz periodística te sentiste parte de un proceso que por suerte terminó felizmente. Por lo menos desde el punto de vista periodístico colaboramos en algo para que la cosa no pasara a mayores. A veces el vehículo profesional del periodista puede coadyuvar a que las cosas se encarrilen más o menos normalmente.”

Xabier Lasarte

La tarea de cronista en las calles le implica empezar la mañana informado, escuchando la radio y moviendo contactos, adivinando qué cobertura le va a tocar en suerte ese día. La producción del informativo le asigna las tareas previstas y de ahí en adelante sale a buscar la noticia.

El trabajo diario junto a otros colegas fue generando un ambiente laboral en las calles y las horas de esperas juegan a favor cuando se trata de camaradería. “Hay colegas con los que trabajo hace más de 40 años como Martín Lees y Marcelo Irachet, que son los más veteranos junto conmigo. Y después con la gente joven, que las ves y son unos rayos. Son formados en otra generación”, comenta.

“Que empiece el nonno a preguntar”, le dicen eventualmente en las ruedas de prensa. Pero también se le acercan cuando necesitan un consejo o buscan algún tipo de orientación. “A veces te preguntan cómo es el timing para ir preguntando, pero eso es rodaje y experiencia. Eso es levantarte, caerte y empezar de nuevo. La pregunta tiene que ser directa, tiene que ser oportuna y de pronto ponderada para no espantar al entrevistado y que se pueda frustrar la nota. Eso no te lo enseña ningún manual, eso lo aprendés vos a fuerza de golpes y caídas.”

Las tragedias reales

Durante los fines de semana, el Polideportivo se interrumpía con un flash informativo únicamente si había una noticia que realmente llamara la atención. “Bueno muchachos, preparen un lugar para la información policial porque va a estar Xabier de guardia este fin de semana”, recuerda que bromeaban Juan Gallardo y Alberto Kesman cuando él tenía que trabajar los domingos. Y esto es porque a Xabier Lasarte lo eligen las desventuras.

“Yo tengo una fama bien ganada porque cada vez que estoy yo de guardia pasan las tragedias más absolutas que puedas imaginarte”, cuenta con cierto aire de resignación desde una mesa mientras las gotas del vaso de agua corren por el vidrio y se rinden al calor.

“Durante 32 años de carrera en el canal me ha tocado cubrir todo tipo de desventuras. Siempre con el afán de tratar de informar desde el punto de vista televisivo con la ponderación y la cautela de no hacer un periodismo sensacionalista. No hacer una cosa chabacana ni algo burdo por el solo efecto de exhibir la noticia.”

El 16 de noviembre de 1999, por ejemplo, un ómnibus que volvía a Montevideo desde el acto de lanzamiento de campaña de Jorge Batlle en Florida volcó en el kilómetro 66 de la ruta 5, en el puente de Paso Pache sobre el río Santa Lucía. Murieron 19 personas y hubo 26 heridos. Lasarte tuvo que informar sobre la tragedia.

“Yo estaba al aire con un flash informativo. El camión satelital iba levantando las imágenes y al mismo tiempo yo iba hablando arriba de esas imágenes y transmitiendo o relatando lo que estaba aconteciendo. No teníamos idea de la cantidad de muertos y mucho menos de las identidades ni de las causas que habían provocado esa situación. Te sentías como pisando algodones, porque realmente tenías que estar informando con la delicadeza y el decoro de no herir ningún tipo de susceptibilidad. No podes estar diciéndole a la gente cosas que no son o estar hablando en un lenguaje poco ético con el solo pretexto de llevar adelante una noticia. Fue una situación de delicado equilibrio por así decirlo.” 

La que más recuerda, cuenta, fue la tragedia de El Valiente. El barco de la Armada Nacional chocó contra el barco mercante Skyros en las costas de Rocha en la madrugada del 5 de agosto del año 2000 mientras cumplía tareas de patrullaje. Murieron 11 de sus 24 tripulantes. Lasarte tuvo que informar sobre la tragedia. 

“Son las dos cosas que recuerdo como terribles. Pero estás para eso también, y a veces eso te marca. Uno esas cosas no las elige, lamentablemente cuando sobrevienen las tenés que tratar de llevar con la mayor dignidad posible.”

Xabier Lasarte

El éxito inesperado

Él se considera un periodista “de barrido”, y esa capacidad de adaptarse a entrevistas y coberturas de todos los ámbitos le ha dado algunas satisfacciones inesperadas.

“He tenido la suerte de entrevistar a cantidad de presidentes, autoridades, dignatarios, jerarcas de otros países, legisladores, ministros, pero la nota con Paul McCartney para mí fue un diferencial en el sentido de que fue la cosa más impensada que me podría haber pasado y sin embargo me ocurrió”. 

El ex Beatle visitó Uruguay por primera vez en 2012 con la consabida revolución que eso significó para el ambiente cultural. La entrevista con McCartney era el sueño de los periodistas de la época pero nadie había logrado conversar con el músico. Sin embargo, nuevamente, la casualidad encontró a Lasarte con uno de los artistas más grandes de la historia. “Fuimos por pura casualidad a un lugar donde no sabíamos que iba a estar, en lo que hoy sería la entrada vieja del aeropuerto de Carrasco. Vemos que entra por otro acceso, le hacemos una seña y le dijimos en nuestro muy humilde inglés que queríamos hacer una entrevista con él”, recuerda. Pero pensaron que no iban a tener suerte hasta que lo ven caminar hacia ellos. “It was  beautiful, really good concert. We had a great time”, le dijo el Beatle rápidamente y Lasarte se quedó con la única entrevista que concedió en Uruguay. 

“Lo recuerdo con mucho cariño porque fue un episodio que me marcó mucho. Quizás no tanto el logro periodístico porque una nota siempre es una entrevista, a la larga todas tienen más o menos su punto de ebullición en lo que a interés periodístico se refiere, pero desde el punto de vista del logro personal y la satisfacción que me dio haber entrevistado a uno de los ídolos de mi generación fue muy importante. Un muy grato recuerdo.”

Xabier Lasarte

Un periodista en el teatro

¿Un periodista en el teatro o un actor en un informativo? Con la colaboración de sus colegas y compañeros conjugó durante años la actividad artística y el periodismo. “El teatro y el periodismo han sido dos ejemplos de vida absolutamente fundamentales para mí.”

“Las obras de teatro son como tus hijos. Vos los querés a todos, esa es la verdad”, dice Lasarte y recuerda especialmente Tuya Héctor, la obra que le valió una nominación al Premio Florencio Sánchez. También formó parte de obras como Fontanarrisa, en base a textos de Roberto Fontanarrosa, o Hay barullo en el resorte, inspirado en cuentos de Julio César Castro. 

Recientemente se puso en el lugar de Roberto Brakenbury en Ricardo III de Shakespeare. “Te ponés a pensar y no ha cambiado tanto lo que es la esencia del ser humano con respecto a la actividad política. De pronto hay más delicadeza, más mundo en las relaciones, pero la esencia de la política sigue siendo la misma. Es una maquina de picar carne en algunos momentos. Si bien respeto la actividad política y es decisiva en nuestras vidas, reconozco que hay formas y formas de hacer política. Como formas y formas de abordar determinada cobertura.”

Xabier Lasarte en Ricardo III

Durante 48 años, Xabier Lasarte informó a los uruguayos y las uruguayas, por lo que se ha convertido en uno de los rostros históricos de los medios y un referente en la cobertura de las noticias desde donde estas suceden. Pero el próximo 27 de diciembre será su última salida al aire en Telemundo.

Durante 2020, cuando a causa de la pandemia se vio obligado a quedarse en su casa, se tomó un tiempo para pensar en su retiro. “Me fui armando una rutina para saber qué me pasaría el día de mañana si me toca estar jubilado. No me pasó como a otros compañeros que trabajan un viernes y el lunes dicen ‘¿y ahora que hago?’ Tengo actividades diagramadas, voy a tener más presencia en el teatro, dedicarle más tiempo a la familia y quizás pueda hacer algún viaje.” De todas formas, no descarta la posibilidad de encabezar alguna columna o tener una participación puntual en medios de prensa. 

No voy a borrar con el codo lo que escribí durante tantos años de puño y letra: los ciclos se cumplen. Desde el punto de vista biológico, desde el punto de vista personal, desde el punto de vista profesional”, asegura el periodista, y recuerda que cuando empezó a trabajar en los medios la antigüedad en una empresa era un objetivo a alcanzar. 

“Pero creo que a la antigüedad hay que rodearla de contenido, de propuestas, de iniciativas. Hay momentos para todo y hay gente joven que busca y quiere merecidamente su lugar”, comenta.

Lasarte considera que la actividad periodística lo formó como persona. “Solo de pensar cómo era antes de iniciarme en periodismo, o incluso en teatro, a cómo soy ahora no voy a decir que he tenido una evolución absolutamente favorable y que estoy totalmente destacado sobre el resto de la humanidad, soy uno del montón, pero sí que he incorporado cosas a mi acervo y he tenido una evolución de mi pensamiento personal y laboral mucho más fuerte.”

Lasarte se retira de las ruedas de prensa, las esperas interminables y la adrenalina de la información periodística. Pero el teatro sigue allí y las casualidades, que siempre han estado cerca suyo, también. 

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