Las causas por las que Peñarol no ganó el Apertura

Ya sea por errores propios de los futbolistas que venían de tres títulos seguidos –el Clausura, el Uruguayo y la Supercopa Uruguaya– o del cuerpo técnico y por varios motivos más, también se puede afirmar que los aurinegros también dieron una mano para que esta copa se escapara.

Hubo varios ítems que coadyuvaron a que el equipo de Leonardo Ramos se quedara esta vez por el camino.

Uno de ellos es cómo repercutió en el plantel anímica y futbolísticamente, el síndrome de la tremenda lesión de Walter Gargano, uno de los principales futbolistas del plantel. El volante no solo era importante dentro de la cancha, sino también con consejos fuera del escenario. Quien más lo sintió fue el Cebolla Rodríguez que se quedó casi sin interlocutor en el medio juego manya.

Cuando un entrenador está acostumbrado a jugar siempre con los mismos 11 –algo que se daba en los años de 1960 y 1970 en el fútbol uruguayo y que es totalmente entendible–, normalmente el plantel sufre las consecuencias a la hora de jugar la doble competencia. Y Peñarol la sintió, más allá de que ganó varios partidos en lo local en ese lapso. Pero perdió puntos decisivos también allí contra Danubio, Nacional y Torque.

Todos se van a acordar de Torque y es que resulta insólito que Peñarol haya perdido ese encuentro. Pero no fue solo por eso que se quedó sin este título.

Porque también tuvo una oportunidad de levantarse en el clásico, día en el que no salió casi nada, salvo el gol del Cebolla. El rival mereció mejor suerte.

También está el tema del viaje extenuante de la selección a China. Cuando retornaron el Cebolla y Guillermo Varela, Ramos los colocó ante Torque y ambos jugaron muy mal, totalmente extenuados.

Ante Defensor, Peñarol fue Peñarol, pero ya era demasiado tarde. El título se había ido.

La lesión de Walter Gargano

Se sintió mucho
En la séptima fecha, cuando aún faltaba la mitad del campeonato y recién había comenzado a disputarse la doble actividad con la Copa Libertadores de América, la lesión de ligamentos cruzados de Walter Gargano se sintió desde todo punto de vista. Por un lado, desde el tema anímico, ya que es un futbolista que le suma mucho a todo el plantel también fuera de la cancha. Pero por el otro y fundamentalmente, desde la parte futbolística, ya que el Cebolla Rodríguez se quedó sin tener con quien dialogar y poder tutearse en la mitad de la cancha. Gargano había sido un jugador fundamental hasta allí y el año pasado para la consecución del Campeonato Uruguayo. Por eso su lesión la sintió todo el equipo aurinegro.

La derrota ante Torque

Un baldazo de agua helada
Ni el más optimista de los jugadores o integrantes del cuerpo técnico de Torque imaginaron que le iban a ganar con tanta comodidad a Peñarol en la fecha 10 en un encuentro que se disputó en el Estadio Centenario. Pero el novel equipo de la Primera división sorprendió a todos y se llevó tres puntos de oro que hicieron que Nacional le quitara un punto más –ya le llevaba uno desde la fecha anterior en la que los mirasoles perdieron la punta tras igualar con Danubio– y allí comenzó el bajón aurinegro en el momento más complicado de la actividad.

El clásico

Peñarol jugó muy mal
El partido más trascendente del Torneo Apertura es el clásico y al mismo, Peñarol llegó muy cansado por la doble competencia. Sin tomar esto como excusa, el técnico no realizó prácticamente variantes y los futbolistas se notaron extenuados. Ganaban 1-0 con un tanto de tiro libre del Cebolla, pero casi ni llegaron al arco de Esteban Conde en todo el compromiso. Nacional fue mucho más, dominó la mayor parte del encuentro, pero no supo llevárselo. Esa fue la última oportunidad que tuvo Peñarol de poder superar a su eterno rival en la tabla, pero la desaprovechó.

La doble actividad

El cansancio físico
La doble actividad hizo estragos en el plantel de Peñarol. Leonardo Ramos, fiel a su costumbre, no rotó al plantel y de a poco, los futbolistas comenzaron a sentir cierto cansancio e incluso otros a tener algunas lesiones. Más allá de esto, Peñarol ganó la mayor parte de los puntos mientras jugó Apertura y Copa Libertadores, pero hubo encuentros de esos ganados, que consiguió los tres puntos apenas, mostrando casi nada de juego. En ese lapso también dejó siete puntos en el camino: dos ante Danubio en el Campeón del Siglo, tres ante Torque en el Centenario y otros dos contra Nacional en el Centenario. La doble actividad –como suele ocurrir en el fútbol uruguayo cuando no se hacen variantes en una oncena– suele hacer estragos y el equipo aurinegro la terminó sintiendo.

¿Influyó la selección?

El Cebolla y Varela
Los dos jugadores estuvieron ausentes en varios de los partidos aurinegros, aunque en muchos de ellos, el equipo consiguió el triunfo. Por ejemplo, no estuvieron ante Cerro y allí hubo una clara goleada aurinegra por 3-0. Una fecha después, tampoco estuvieron contra Atenas de San Carlos y el equipo de Leonardo Ramos consiguió una victoria que si bien fue trabajosa, alcanzó para conseguir tres puntos muy importantes. Pero en la siguientes etapa, sus ausencias se notaron claramente y allí Peñarol perdió la punta. Ese fue el encuentro fue ante Danubio en el que empataron 1-1 en el Estadio Campeón del Siglo. Unos días después, con ambos jugadores recién llegados de un viaje extenuante desde China, el técnico decidió ponerlos ante Torque. Varela se equivocó en los dos goles y el Cebolla erró un penal.