“No es una época de cambio, estamos en un cambio de época”. Con esas palabras inició su alocución, en la Torre 2 del World Trade Center este jueves, el primer presidente del Banco Central del Uruguay y exsecretario ejecutivo de la Cepal, Enrique Iglesias, para expresar que en el mundo se está dando un nuevo orden económico después de 70 años del impulsado por Estados Unidos pos Segunda Guerra Mundial.
En el marco de la primera conferencia Sessions de 2019, Iglesias destacó que desde 1945 la pobreza a nivel global bajó de 40% a 10%, considerando características claves para ese logro la creación de sistemas de diálogo y negociación multilateral y la concertación en la organización del mundo financiero y comercial a partir de instituciones creadas para la cooperación internacional.
Expresó que durante ese período una nueva concepción de ciudadanía a nivel global permitió un crecimiento de las democracias, “con más democracias en el mundo que nunca”.
Sin embargo, Iglesias no es tan optimista con el mundo que se viene. “Hoy hay señales de que ese mundo empieza a terminarse y comienza un proceso largo de transformación de la sociedad internacional”, sostuvo.
Para el economista, los hechos que están empujando esa transformación son especialmente tres: la revolución tecnológica, la globalización –el 20% de la población mundial se mueve todos los años– y las nuevas clases medias, que están “enojadas”.
En esa línea, Iglesias destacó que a pesar de los logros de las últimas décadas, la desigualdad también tuvo “un avance espectacular”.
Con respecto a China, comentó que está pujando por convertirse en la potencia mundial y que la guerra comercial que emprende con Estados Unidos es por el dominio tecnológico, principalmente, y está erosionando el multilateralismo.
En relación a América Latina, expresó que su economía sigue fluctuando en base a las materias primas, en una región que no tiene peso en el mundo y que además no ha logrado tampoco consolidar democracias sólidas.
Para marcar la excepción uruguaya, Iglesias eligió citar a Jorge Batlle: “Cuando me analizo me pulverizo, cuando me comparo me agrando”.
Las cinco batallas de Uruguay
En relación a los desafíos que tiene Uruguay por delante, Iglesias decidió plantear cinco "batallas” a dar para el desarrollo, que aunque aclaró que se aplican a toda la región consideró que particularmente se deben tener en cuenta en Uruguay.
En primer término, subrayó la “gestión permanente de la economía en sus distintas variables”, en referencia al déficit fiscal, la inflación y la fluctuación del tipo de cambio.
“No hay estrategia para el desarrollo económico si no están las principales variables macro bajo control. Todo eso escapa a las ideologías. Estando yo en el Banco Interamericano de Desarrollo (fue presidente de 1988 a 2005) me tocó sobre todo en los (años de la década de) 1990 un período dramático con los ajustes y no existen ajustes indoloros. Siempre un sector u otro se van a sentir afectados”, expresó.
En esta línea, reiteró que muchos de los desequilibrios de la región son producto de la extraordinaria dependencia a las materias primas y sus precios. De todas formas, destacó de forma optimista la evolución de los servicios globales que vende Uruguay hacia el exterior como lección a seguir.
La segunda gran batalla, dijo Iglesias, es por la productividad y la innovación –uno de los desafíos más importantes para el país hoy–. Este punto lo graficó señalando como las potencias han logrado el desarrollo “haciendo más con lo mismo”, lo que desemboca en la mejora de la competitividad en los mercados internacionales.
El otro aspecto en que más hincapié hizo el disertante fue en el de la educación. Además de hablar muy bien de la experiencia del Plan Ceibal, destacó que hay un consenso en que la única forma de avanzar es “generando un sistema educativo que forme a los muchachos en las nuevas técnicas del futuro y en el nuevo lenguaje que la digitalización” impone.
Sin embargo, sostuvo que si bien los docentes son importantes, no son lo único. “En este tema hay que oír a los docentes, pero sobre todo a la sociedad sobre qué educación y sociedad quiere construir”, afirmó.
Los otros dos puntos fundamentales en que insistió Iglesias que había que seguir trabajando fueron la equidad y la inserción internacional.
Sobre la primera, dijo que se viene un mundo que posiblemente logre erradicar la pobreza definitivamente, pero que puede a su vez seguir siendo cada vez más desigual.
“Es un tema económico, pero hoy con las clases medias informadas también se ha vuelto esencialmente político”, expresó.
Con respecto a las reformas que se anticipan en Brasil y Argentina sobre abrir el Mercosur, Iglesias lo consideró “inteligente”, al no impedir que los países puedan tener convenios con otros países del mundo.
Y mantener uniformidad con los países vecinos que son igual de importantes que China o Estados Unidos.
“Yo no creo que la respuesta a un país pequeño como el nuestro sea simplemente abrirnos al mundo, porque para nosotros los países vecinos son muy importantes, igual que China o Estados Unidos. Tenemos que trabajar en decisiones concertadas porque hay cosas que solo le podemos vender a Brasil y Argentina en estas condiciones”, comentó.