Las decisiones de Steve Jobs que marcaron un antes y un después

Steve Jobs y su amigo Steve Wozniak dejaron la escuela secundaria y abrieron un negocio en su garaje: hoy, esa empresa es Apple.

Jobs fue expulsado de Apple nueve años después en 1985. Quería que la empresa se centrara en la arquitectura cerrada Macintosh. John Sculley, el CEO de ese momento, expulsó a Jobs como director general de la división Macintosh con el apoyo unánime de la junta directiva de la empresa.

La primera computadora Macintosh fue lanzada el 24 de enero de 1984 y la compañía formó una junta directiva y un sector especializado en el desarrollo de la computadora. Durante los primeros años, la Macintosh de Apple perdió terreno, dinero y mercado contra las computadoras IBM. El año 1985 fue un año de innovación para la compañía ya que lanzaron al mercado módems, una impresora, lectores de disquetes y discos duros. Sin embargo, Apple estaba en el foco de los medios por “haber pedido su brillo”.

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Las decisiones clave de Jobs

Su regreso a la empresa

En 1997, Steve Jobs volvió a Apple en un momento financiero difícil. Según el fundador, fueron sus años más productivos en cuanto a creación de nuevos productos. Debió abandonar la compañía para luchar contra el cáncer un 24 de agosto de 2011. A nueve años de su muerte, su legado continúa presente a través de Cook.

Pensar fuera de la caja

Jobs dedicó toda su vida al pensamiento disruptivo. Sus decisiones marcaron un nuevo rumbo en el mundo de la tecnología y en diferentes industrias. El estadounidense Walter Isaacson escribió la biografía autorizada del fundador de Apple y resumió su forma de pensar en un párrafo: “Fue capaz, junto con sus compañeros de Apple, de pensar diferente: no se conformaron con desarrollar modestos avances en productos de categorías ya existentes, sino aparatos y servicios completamente nuevos que los consumidores ni siquiera eran conscientes de necesitar”.

Un discurso firme y atrapante

Las apariciones de Steve Jobs cada vez que pisaba un escenario quedaron para la historia. El magnate sabía envolver a la audiencia con su perspectiva. Jobs se vestía con poleras negras, jeans y calzado deportivo: su forma de vestir no distraía mientras él se movía por todo el escenario para captar la atención del público. Tenía carisma, era simpático y atrapante. En tan solo 40 minutos podía definir un soporte nuevo e introducirlo al mundo.

Hacer de la tecnología algo intuitivo

Para “deshacerse” de la competencia, se vio obligado a pensar fuera de la caja y desarrollar productos fáciles de usar y con diseños únicos en el mercado. Es decir, apostó por software y hardware de última milla que fueran intuitivos para los usuarios. Junto a Jony Ive, el diseñador de la compañía, bautizaron productos como el iPhone, el iPad y la iMac.

La creación del iPhone

El sello personal de Steve Job está relacionado con la impronta moderna que le impuso al primer smartphone moderno de la historia: el iPhone. El 9 de enero de 2007, Jobs presentó al iPhone como un “iPod de pantalla amplia equipado con controles táctiles”.

“Es un revolucionario teléfono móvil y un comunicador de Internet de vanguardia”, subrayó en la conferencia. “Hoy, Apple va a reinventar el smartphone. Aquí está”, introdujo hace 13 años.

Fuente: El Cronista - RIPE