Las entrañas de la quinta: así ganó Peñarol la Libertadores de 1987

Todo hincha de Peñarol que ande por los 40 años o más, tiene una historia atada al festejo del gol que Diego Aguirre le hizo a América de Cali el 31 de octubre de 1987. Una imborrable huella en la garganta. Una emoción indescriptible. Pasa el tiempo y la leyenda se agiganta.

 

Pero aquel equipo de Peñarol, se formó tras una pésima Libertadores 1986, el retiro de Fernando Morena y un montón de problemas económicos.

 

Pisó fuerte en el año calendario ganando el Campeonato Uruguayo de 1986, en una final con Nacional disputada el 6 de enero y que se definió por penales.

 

Tomó impulso en la Liguilla –ganándola en forma invicta– para clasificarse a la Copa junto a Progreso.

 

Pero recién ahí, con la partida de Roque Máspoli a Barcelona de Guayaquil, y la llegada de Óscar Tabárez se armó el equipo. Con la base de los que estaban, el arribo de Juan Carlos Paz, más los retornos de Marcelo Rotti y Carlos Sánchez que estaban cedidos a préstamo.

 

A mitad de año, emigraron Daniel "Coquito" Rodríguez a España y Paz a México. Y el joven plantel aurinegro se fue derecho a la conquista aplanando a Independiente en semis y ganándole a América de Cali una serie final inolvidable.

 

Referí escarbó el archivo para encontrar un montón de historias que se quedaron perdidas debajo de ese gol imposible de Aguirre a Julio Falcioni.

 

Los clásicos, los números, las declaraciones, las fotos y los problemas, como las increíbles peripecias que se vivieron en una gira por México. Un montón de hechos olvidados por la heroica hazaña color oro y carbón.

 

El lunes 6 de enero de 1987, Peñarol se proclamó campeón uruguayo de 1986 al ganarle a Nacional 4-3 por penales luego de empatar 0 a 0. Anotaron en la definición –inédita hasta entonces en clásicos– Diego Aguirre, José Herrera, Eduardo Da Silva y Gustavo Matosas. En Nacional erró Mauricio Silvera.

 

El miércoles 29 de enero, el aurinegro se proclamó campeón de la Liguilla pre Libertadores al empatar 1-1 con Wanderers. En el certamen no hubo clásico porque Nacional no superó su grupo. El segundo clasificado fue Progreso, de la mano de Raúl Möller, quien luego se vinculó a Defensor asumiendo Walter "Cata" Roque en los Gauchos del Pantanoso.

 

José Pedro Damiani fue elegido presidente el 24 de enero y su primera decisión fue ir por Óscar Washington Tabárez como entrenador, quien se encontraba en Pereira dirigiendo a la selección sub 20 en el Sudamericano de la categoría.

 

Roque Máspoli se fue a dirigir a Barcelona de Guayaquil y Ramón Silva quedó como DT interino. Óscar Tabárez fue tentado para ser técnico de la selección uruguaya que desde el Mundial de México 1986 –tras el fin del proceso de Omar Borrás– estaba inactiva. Mientras el Maestro analizó esa oportunidad, Peñarol fue por Luis Garisto y Fernando Morena. Garisto no agarró porque tenía contrato en Gimnasia y Esgrima La Plata al tiempo que Morena, retirado en 1986 y que ya había comenzado en la dirección técnica de River Plate, renovó con los darseneros.

 

Tabárez finalmente rechazó la propuesta de la selección que era por un solo año y él pretendía llegar a dirigir en las Eliminatorias para el Mundial de Italia 1990. Fue designado en Peñarol el 18 de febrero y le dijo a El Diario: "Vamos a trabajar y procurar que se llegue con un buen nivel futbolístico y fundamentalmente que el equipo realice un buen juego, que guste lo que realice en la cancha, que dé espectáculo". Comenzó a entrenar el 25 de ese mes y contó con el retorno de Marcelo Rotti, a préstamo en Platense, y Carlos Sánchez, en Huracán Buceo. Ascendió al juvenil Álvaro Izquierdo.

 

Diego Aguirre había llegado en 1986 desde Liverpool tras ser goleador de la B en 1985. El 2 de febrero, Peñarol hace uso de su opción de compra tasada en US$ 20 mil quedándose el negriazul con el 35% del pase. Lo curioso es que Peñarol fue por otro 9. Primero por el argentino Alejandro Nanini, luego por el paraguayo Ramón Hicks. Incluso Tabárez probó a Ricardo "Zurdo" Viera como centrodelantero en el segundo tiempo del primer entrenamiento que dirigió: 1-0 con Rampla Juniors en el Olímpico con gol de Daniel Vidal y arbitraje de Jorge Cambeiro.

 

Sergio Markarian sucedió en 1987 al Cata Roque en Nacional y arrancó con buen pie ante Peñarol. El 10 de enero le ganó por 3-0 en la Copa Montevideo y se consagró campeón ganándole al Zenit, entonces de la Unión Soviética. El 21 de marzo jugó el primer clásico ante Tabárez y tras empate 0-0 ganó por penales. Antes de ese partido, ambos técnicos –hoy distanciados– hicieron esta producción fotográfica para El Diario con el periodista Alberto Schiavone.

 

Con un Tabárez en la cuerda floja por los pobres desempeños, el 23 de abril, Peñarol y Nacional se volvieron a enfrentar. Fue por la Copa 500 Años de Andalucía en un triangular del que también tomó parte Real Betis. Hubo 12 mil personas en el Centenario y al clásico se lo recuerda como el de los 8 contra 11. Ricardo Viera abrió el marcador, empató Daniel Cardacio y luego llegaron las expulsiones de Daniel Cardellino. Primero se fue el Zurdo Viera expulsado a Viera y luego José Herrera y José Batlle Perdomo. Quedaba un cuarto de hora y Peñarol terminó ganando 2-1 con un golazo de Jorge Cabrera.

 

81.000 dólares debió abonar Peñarol antes del comienzo del Campeonato Uruguayo para saldar deudas. La situación económica del club era angustiante desde 1986. El 24 de enero Las Acacias había sido desvalijada perdiéndose equipos y útiles por N$ 300 mil. El primer partido del Uruguayo, ante Huracán Buceo, le dio déficit al aurinegro debiendo pagarle a la AUF N$ 26.860. ¿Sabe cuánto percibió cada jugador por superar el grupo en la Copa? US$ 1.500.

 

Peñarol se quedó con el clásico ganando 2 a 0 (goles de Diego Aguirre y Ricardo Viera, foto) y llegó a golear 9 a 1 a un Bella Vista que jugó el torneo con la Cuarta División. Pero el torneo se le escapó en la última fecha al perder 1-0 con Progreso. Fue campeón Wanderers que derrotó 2-0 a los papales.

 

El ciclo de Sergio Markarian en Nacional se terminó en la 11ª fecha del Competencia cuando visitó el Franzini y perdió 3 a 0. Al final del partido hinchas tricolores agredieron a uno de sus futbolistas: Carlos "Pato" Aguilera. Antes del Uruguayo salió un fallo a favor de Juan Ramón Carrasco, quien había emigrado a Cádiz, y el club se vio obligado a pagarle una deuda de US$ 20 mil y N$ 400 mil. El dirigente Ceferino Rodríguez sopesó públicamente la idea de pedirle un préstamo a los hinchas. Carrasco retornó para jugar el Uruguayo a mitad de año Eso provocó la renuncia del dirigente Rogelio Domínguez quien en 1986 pretendía que se firmara un contrato a rendimiento con el jugador, cosa que no se hizo.

 

Antes del comienzo de la Copa, la interna de Peñarol se vio sacudida por declaraciones del exjugador del club, Julio César Giménez, quien desde Argentina declaró a Sólo Fútbol: "La gente que está en el fútbol sabe que en la Copa Libertadores hay doping". Consultado sobre si alguna vez se dopó contestó: "Estaba jugando en Peñarol donde participaba seguido en la Copa. Todo arranca por las ansias del éxito. Te dicen, hay que ganar de cualquier manera. Uno se va mentalizando. Pensás que rendís más futbolísticamente y corrés y tenés ganas de jugar siempre". Luis Latorre, delegado de Peñarol en la época que Giménez defendía al club, dijo que la institución debía adoptar medidas. Consultado en Lima, José Pedro Damiani zanjó el asunto con una de sus típicas salidas: "Giménez habrá dicho eso porque pasó de moda, pobre Giménez".

 

El 9 de junio de 1987, Últimas Noticias tituló: "José Perdomo en conflicto" informando que el jugador se negó a ir al banco en el partido del Competencia contra Danubio y que "mantuvo una acalorada discusión con el entrenador". El dirigente Vito Atijas le restó trascendencia al hecho: "Perdomo se negó a estar en el banco porque los suplentes quieren ser titulares, son cosas tan viejas como el propio fútbol". Perdomo tenía adelante a Juan Carlos Paz, un volante central muy técnico, quien confesó que para jugar en Peñarol tuvo que "modificar su estilo de juego". A mitad de año, tras una gira por México, Paz fue transferido a Tigres por US$ 40 mil y Perdomo terminó como titular en semifinales y finales.

 

En julio, Uruguay fue campeón de América con Eduardo Pereyra, Obdulio Trasante, Alfonso Domínguez, José Perdomo, Gustavo Matosas y Eduardo Da Silva. En el partido con Argentina, Pereyra realizó una memorable atajada ante Juan Gilberto Funes con el que se reencontró en las semis en los duelos entre Peñarol y River Plate (0-0 de local y 0-1 de visitante).

 

Peñarol le ganó 3-2 a Progreso la revancha aprovechando un penal inexistente cobrado por Martínez Bazán. El presidente de los gauchos, Nelson Hermida, denunción que sobre el final ingresaron hinchas de Peñarol a insultar y caldear el ambiente. El directivo Julio Goldie respondió: "Es cierto que solicitamos entradas, pero sucede que el destino no es para el grupo de hinchas que todos piensan. Las entradas son para hacer frente a compromisos que Peñarol tiene con determinadas personas o instituciones y no para el destino que se dio a entender. Es más, ese tipo de cosas ya no suceden y basta hacer un poco de memoria para recordar las barras de boxeadores y demás que antes era común verlas en el estadio y ahora no existen. Además, ese sector de la hinchada, la barra de la Ámsterdam, hasta tuvo problemas con algunos dirigentes, como con Lecueder. Mal pueden hacer problemas con los dirigentes si se les dieran entradas de favor".

 

Entres julio y agosto, ya clasificado a semifinales, Peñarol se fue de gira por México de modo tal de recaudar fondos para alivianar su situación económica. Pero la pasó mal. En ocasión del partido ante Santos Laguna (perdió 3-2) todas las habitaciones de los jugadores en Torreón de la Frontera fueron robadas perdiendo los jugadores alrededor de US$ 3.000. Pero peor lo pasó contra Atlético Potosino cuando el equipo abandonó la cancha a los 64' ganando 1-0 luego de que el juez cobrara un penal inexistente. El árbitro denunció que Tabárez lo amenazó de muerte, los hinchas quisieron entrar a la cancha y hubo balas de salva y gases lacrimógenos. Doce patrulleros ingresaron al borde del terreno para llevarse a los jugadores de Peñarol presos. Después de un largo tire y afloje, el dirigente Amadis Errico pudo cobrar al caché aurinegro que fue pagado en bolsas con monedas. La Alcaldía de San Luis multó a Peñarol con US$ 4.000. No los cobraron.