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Las nuevas normas impuestas por Israel para el acceso a Cisjordania generan incertidumbre y rechazo
Los nuevos requisitos para el ingreso y la residencia establecidas por la administración israelí en el territorio ocupado de Cisjordania han generado incertidumbre y rechazo entre quienes quieran residir, trabajar, hacer voluntariados o estudiar en ese territorio, como los participantes extranjeros del programa Erasmus.
La nueva norma entrará en vigor este lunes después de haber sido pospuesta en dos oportunidades debido a las denuncias interpuestas ante la Suprema Corte de Israel, entre ellas, las presentadas por la organización israelí de derechos humanos Hamoked que considera a la nueva normativa “extremadamente restrictiva” y con criterios “intrusivos y superfluos”.
La nueva normativa establece que los extranjeros que deseen instalarse en Cisjordania deben pedir una visa 45 días antes, y especificar en la solicitud si tiene familiares de primer grado en del lugar, y si es propietario de tierras o si va a heredarlas.
Tampoco estará permitido acceder a Cisjordania desde el aeropuerto internacional Ben Gurion de Tel Aviv, en su lugar el ingreso deberá realizarse por el paso terrestre del puente Allenby entre Jordania y Cisjordania, habitualmente saturado por gran número de vehículos particulares y de transporte.
En algunos casos se podrá exigir el depósito de una garantía del equivalente a US$ 20.000 en moneda local y obliga además a una pausa de varios meses fuera del territorio entre visado y visado.
Las parejas extranjeras de palestinos residentes en Cisjordania tendrán que abandonar el territorio al expirar su visa, lo que afecta la convivencia y estabilidad familiar.
Para Jessica Montell, directora de Hamoked, el objetivo de la normativa es “restringir el crecimiento de la población palestina a través del reagrupamiento familiar e impedir el arraigo de extranjeros en ese territorio”. Cisjordania cuenta actualmente con una población de 2.9 millones de palestinos y 475.000 colonos israelíes.
Según el médico canadiense Benjamin Thomson, director del proyecto Keys of health, las nuevas medidas tendrán un impacto negativo en la labor humanitaria, ya que impedirán la entrada de muchos profesionales de la salud y genera incertidumbre en cuanto a la concesión y renovación de visas para su organización, que forma y entrena médicos palestinos.
La nueva política fue criticada incluso por la Comisión Europea debido a las cuotas impuestas a los profesores universitarios (150 por año) y estudiantes extranjeros (100) que asisten a las universidades palestinas. En 2020, 366 estudiantes y profesores europeos asistieron a estas instituciones.
La comisaria de Educación de la Unión Europea, Maria Gabriel, dijo en julio que las restricciones van en contra de los objetivos del programa de intercambio Erasmus+.
Hizo hincapié en que “si bien Israel se beneficia enormemente del programa Erasmus +, la Comisión cree que debería facilitar, no obstaculizar, el acceso de los estudiantes a las universidades palestinas”.
Consultado por la agencia AFP, el Cogat, organismo que supervisa a las autoridades civiles en los territorios palestinos, dijo que las medidas adoptadas permitirán gestionar las solicitudes de visado “de manera más eficaz y adaptada a las condiciones cambiantes del momento”.
El organismo explicó también que el dispositivo reglamentario se pondrá a prueba por el término de dos años.
