La lista opositora 1994 venció por tres votos en las elecciones de la Asociación de Magistrados y el juez de Concurso, Leonardo Méndez, será el nuevo presidente de la organización, según confirmó El Observador con fuentes del gremio.
Las elecciones se realizaron entre el sábado y la mañana del domingo. Había unos 500 magistrados habilitados a participar.
La lista 1994 tendrá cinco cargos en la comisión directiva, mientras que la lista 1 pasará a tener cuatro. Los mandatos duran dos años. La correlación de fuerzas hasta el momento era a la inversa: la lista 1 tenía seis lugares y la 1994, tres.
Méndez fue el juez de Concurso que decretó el cese de Casa de Galicia. Su agrupación surgió en las elecciones anteriores y tiene como principal lema "la defensa de los trabajadores", según dijo a El Observador.
La lista 1994 rechazó cómo trató el oficialismo el impuesto covid-19 (cuando se decidió cobrarles un tributo por la emergencia sanitaria a los funcionarios públicos) y presentó reparos sobre la forma en la que la Corte utiliza el poder disciplinario. "La corporación en el ejercicio legítimo de sus funciones lo hace pero no siempre se mide con la misma vara las mismas acciones. Sentíamos que la asociación miraba para otro lado de las preocupaciones básicas y esenciales que tenemos los jueces", dijo Méndez.
"Proponemos una visión más gremial, que busque la tutela de los derechos de los jueces desde su ángulo como trabajadores públicos. Más allá de que brindamos un servicio esencial para el Estado de Derecho, somos trabajadores públicos (...) Nosotros históricamente nos preguntábamos 50 veces si podíamos reclamar algo. ¿Por qué no si somos trabajadores?", expresó en una nota publicada por El Observador antes de las elecciones.
Uno de los integrantes de la lista es el juez Alejandro Recarey, quien estuvo en la polémica por la suspensión de la vacunación contra el covid-19 para los niños y adolescentes. La agrupación expresó su "preocupación" por las críticas que recibió Recarey y afirmó que amenazaba su independencia técnica.
"Hay que dar la cara frente a quien haya que darla: ante la Corte, el sistema político. Acá hubo presiones de distintos operadores a lo que es el libre ejercicio de la función jurisdiccional y eso en un Estado de Derecho es algo a lo que hay que prestarle atención (...) Criticar la sentencia está muy bien, el problema es cuando se pasa de la sentencia a quien la dicta. Si se hace eso, se está intentando afectar la independencia técnica del magistrado. Por suerte los jueces son gente fuerte e independiente, pero no es lo mismo trabajar tranquilo", valoró.
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