Supermercados desabastecidos, largas filas de coches en las gasolineras, comercios que no pueden abrir todos los días por falta de personal, camiones parados durante horas e incluso días en los puestos de control aduanero. Eso es solo una ligera pincelada de la situación hoy en Reino Unido. Aunque la pandemia del coronavirus de momento está controlada, o al menos ya no pone en riesgo al Sistema Nacional de Salud, al gobierno de Boris Johnson todavía le queda alguna carta para jugar, achacando la responsabilidad de parte de las disrupciones al coronavirus y no al Brexit. Pero pocas, poquísimas cartas.
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