Opinión > ANÁLISIS - NELSON FERNÁNDEZ

Lo que hay en el sobre que está en el cofre

Si Sendic renuncia enfrentará debilitado a la Justicia, ya sin el peso de su cargo
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05 de agosto de 2017 a las 05:00
En el Frente Amplio llueven críticas al manejo político del caso Sendic, pero nadie aporta una forma sencilla de solucionar el tema, o de conducirlo con éxito. El reclamo es por "mayor prolijidad", por discreción en las negociaciones, por evitar exposición al escándalo y desgaste político, y en definitiva por un trato fraterno que conduzca a minimizar riesgos y sortear el problema.

Aunque en eso coinciden la mayoría de los dirigentes, son los mismos que por acción o por omisión contribuyen a revolver el drama, esparcir dolor y estirar la agonía de una figura política, que no desaparecerá de escena ni por sanción, ni por renuncia.

Como en el Frente se ha roto hace tiempo "el affectio societatis", resolver este drama con espíritu de colaboración no es nada sencillo.

¿Es que hay para el Frente Amplio una forma de salir con éxito de este caso? Una interrogante de esa naturaleza tiene dos vías de respuesta, por la posibilidad efectiva de solución y por la capacidad directriz para conducir a esa salida.

Sobre lo segundo, la coalición de izquierda tiene una crisis de liderazgo central, que su presidente Javier Miranda está procurando superar. Pero ha llegado tarde al desbarajuste y no parece gozar de la confianza de algunos grupos influyentes en la interna. Además el Frente también está en una crisis de liderazgos sectoriales, que hace más complejo el tratamiento de vía rápida y reservada en una "mesa chica".

El problema mayor radica en "lo primero", que es la esencia misma del problema. No hay forma de decir "lo pasado, pisado" y sacrificar al vicepresidente Sendic para cerrar la carpeta, porque el expediente de ANCAP está en la justicia y eso sigue su curso con pronóstico feo.

Un día, Raúl se siente acorralado, no tolera la soledad en que ha quedado y siente que debe ceder y renunicar. Otra noche va a la casa del senador Enrique Pintado o una tarde va a la chacra de Pepe, y recupera fuerza para dar la batalla y defender su honor. Es como un boxeador que en un round aparece casi groggy, y en el asalto siguiente gana esperanza sin meter una trompada pero sintiendo que zafó del knock out.

Mientras, en los corrillos del Frente se especula sobre algo absurdo: el contenido del sobre lacrado y guardado en caja fuerte sobre el comportamiento de Sendic con la tarjeta bancaria a cargo de ANCAP.

¿Qué puede decir ese papel? Por el misterio que se hizo, por la composición del Tribunal de Conducta Política, y por lo que todo el mundo ya vio de los estados de cuenta de las tarjetas, ya se sabe que lo que dice es que el entonces presidente de ANCAP hizo algo que no correspondía. El interés está en cómo lo dice y la gravedad que marca lo redactado por el presidente del tribunal, pero a esta altura, eso ya es una anécdota.

¿Por qué? Porque no se habrá visto esa carta pero se vieron los estados de cuenta; en los que hay muchos gastos de representación y algunas compras personales.

Es dificil entender cómo el vicepresidente cayó solito en entregarse a una corte ética, que no sanciona pero juzga, y que si no marca que las tarjetas de crédito de ANCAP son para uso del ente y no para compras personales, sus miembros se exponen a que los marquen como cómplices oportunistas.

Sendic, su entorno político y su abogado, sabían que un tribunal del Frente, por lento que fuera, iba a expedirse antes que un juzgado de crimen organizado, por lo que al someterse a la consideración de un consejo de ancianos sabios y con reputación moral, su cabeza quedaba puesta en la guillotina. Porque aunque su padrino político, sus aliados y algunos amigos quisieran salvarlo en el órgano que pone las sanciones, el famoso Plenario, la condena moral ya estaría escrito y firmado.

Así, la postura de esperar el fallo judicial y mientras seguir presidiendo el Senado y la Asamblea General, tendría un punto flaco: ¿cómo hacerlo con el sello de inconducta moral que le ponían en su frente?
No vale acá el razonamiento de que "con el diario del lunes" cualquiera sabía el final de esta película, porque en este caso, era evidente. Con lo de las tarjetas, en un juzgado podría llegar a defenderse para evitar la tipificación de un delito, pero en un comité de ética, la chance era nula. ¿Por qué razón se "quemarían" los hombres puestos para juzgar la moral?

Por eso, el problema para Sendic y para el Frente no está en ese sobre guardado en la caja fuerte. La información que más pesa no es la que está en ese cofre, sino la que tiene Sendic sobre la gestion de ANCAP y otros responsables, y que puede aportar en su defensa ante Crimen Organizado. Ese dilema estuvo en las conversaciones de estos días en La Huella de Seregni.

No son muchos casos como los de Fernando Lorenzo, que vio morir su carrera política, perder el cargo de ministro de Economía, ser procesado por la justicia penal, y asumir una responsabilidad política toda sobre su espalda. Aquel ministro hizo un favor a su presidente, y aunque con su error, arrastró a un colega y amigo (Fernando Calloia), se la bancó sólo. Es una excepción.

Sendic siente que lo de ANCAP no se le puede achacar todo a él, que integró un Directorio junto a otros jerarcas que compartieron y avalaron sus decisiones, que siempre se manejó con el respaldo del entonces presidente José Mujica, y que además, ejecutó planes que venían con otro presidente (de uno que ahora es admirado como presidenciable para 2019 mientras él sufre el desprecio de muchos que le golpeaban la espalda). Y no quiere dar su apellido para que luego de cocinarlo a fuego lento, lo ejecuten sin honor.

Sabe Sendic que después de la renuncia a la Vicepresidencia, no hay nada. Todo el día destinado a preparar su defensa ante la Justicia.

Si la mayoría del Frente logra que Sendic renuncie al Parlamento, el caído deberá enfrentar debilitado a la Justicia, ya sin el peso de su cargo de Vicepresidente, como un ciudadano más, pero además devaluado por haber caído por fallas en la ética. Ya nadie preguntará cada día entonces si Sendic ha o no renunciado, sino si hay novedades en la justicia sobre un eventual procesamiento.

Si no hay acuerdo para que se baje, la tensión entre los que se lo quieren sacar de arriba y los que eventualmente lo respalden, hará daño en la interna con rebrotes permanentes, y además el caso en la Justicia seguirá su curso, por lo que aunque tenga fueros, también estará debilitado.

Es un juego de "perder-perder". Pero siempre hay una forma de elegir la derrota.

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