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Lo que la pandemia nos dejó: cómo es la vestimenta ejecutiva de vuelta a las oficinas

La comodidad a la hora de trabajar es un factor primario a la hora de elegir el atuendo para ir a trabajar

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16 de noviembre de 2021 a las 05:01

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En tiempos de pandemia los pijamas y la ropa deportiva han sido las prendas más utilizadas por el segmento de la población que trabajó en régimen de home office, una realidad que de a poco se va terminando. Se retoma el trabajo presencial y con ello, la ropa de oficina. Pero, volver a las viejas costumbres es difícil, y muchos ejecutivos apuestan por relajar los códigos de vestimenta en el ámbito laboral. 

La libertad y la comodidad son dos atributos que ya se venían manifestando prepandemia en estilos como el hippie-chic, y que el confinamiento exacerbó. Durante 2020, las personas optaron por ropa que los muestre "presentables" a través de la computadora y, que a su vez, fuese cómoda para trabajar.

De vuelta a las oficinas, la comodidad siguió primando. La coach de imagen corporativa, Fiorella Serrentino, dijo a El Observador que la pandemia ayudó a las personas a "encontrarse con el trabajar cómodos". Además, agregó que esto "no es algo para subestimar" porque la comodidad significa una liberación para los trabajadores. 

Para incentivar la vuelta a la presencialidad, las empresas tomaron el concepto de libertad para sus empleados y lo trasladaron a sus campañas regreso a las oficinas. Ahora aceptan un estilo más descontracturado, permitiendo que los ejecutivos sigan disfrutando de la comodidad a la hora de trabajar. 

Si bien las empresas permiten una vestimenta más distendida, este no es el estilo que todos las personas eligen. La consultora de imagen, Debbie Goldfarb explicó que en un principio la mayoría de los ejecutivos optaron por un estilo en el que primara el confort, pero a medida que volvió la costumbre del trabajo presencial, también volvió la costumbre del estilo de vestimenta formal; aunque con alguna licencia.

La nueva tendencia también invitó al consumo de prendas más básicas, versátiles y universales. "La versatilidad de las prendas es un factor clave porque estamos en una situación económica en la que debemos comprar con estrategia; saber invertir en artículos que puedan combinarse entre sí para generar varios atuendos para ir a la oficina", explicó Serrentino. Hubo una vuelta a lo básico.

Para todos los trabajadores

La tendencia de ropa confortable y descontracturada se ve tanto en hombres como en mujeres. No obstante, Serrentino afirmó que los hombres tienen un espectro de opciones más pequeño que las mujeres. Para los primeros, la variación de prendas para trabajar puede ir entre un jean con un suéter y una camisa, un pantalón de vestir con un saco o un traje. Ahora bien, las segundas pueden elegir pantalones de varios tipos, faldas, vestidos, entre otros. Tienen más categorías de prendas. 

De todas formas, ambos juegan con los atuendos, dando una imagen de mayor libertad. Para esto el color es clave. Los hombres lo utilizan en cinturones, medias y corbatas (si es que forma parte de la vestimenta), mientras que las mujeres lo llevan en accesorios, carteras y maquillaje.

"Es un mensaje muy claro para romper el esquema", explicó la coach de imagen corporativa. A través de esta vestimenta, los ejecutivos dan una imagen de proximidad a sus empleados, ganando en el funcionamiento de las empresas. 

Una tendencia que llegó para quedarse

Para Serrentino, el paso del tiempo va generar un cambio "drástico" en la vestimenta de los ejecutivos, creando atuendos "mucho más descontracturados, creativos y con los que cada persona se siente bien".

Hoy en día el modelo es híbrido. Goldfarb hizo hincapié en que muchos de sus clientes buscan prendas formales, pasando por alto la comodidad de la ropa que usaron cuando trabajaban desde sus hogares. 

Algunos ejecutivos aun se cuestionan sus atuendos en función de su rol en la empresa porque entienden que su "poder" se ve reflejado en su imagen. Se cuestionan hasta que punto pueden elegir ropa cómoda, que los muestre descontracturados, y al mismo tiempo lograr imponer cierto carácter.

"Me parece que va a ser un proceso largo que empezó con el confinamiento y el trabajo en casa –y se sigue dando porque hay personas que aun teletrabajan– en el que va a ganar la comodidad, y hasta el más `contracturado´ se va a ver afectado", concluyó la coach de imagen corporativa. 

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