La confesión de José Nino Gavazzo en un Tribunal de Honor del Ejército donde afirmó haber tirado al río Negro el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro en 1973 desató una tormenta en el gobierno que, por si fuera poco, tiene en el centro una de las banderas históricas de la izquierda: el paradero de los desaparecidos en dictadura (1973-1985).