Macron cae en las encuestas por la reforma de las jubilaciones y crecen los partidos opositores

Así lo revela una encuesta de la empresa Ifop publicada por el diario Le Journal du Dimanche que midió el retroceso en la imagen presidencial.

"En esta encuesta hay una perdedora y es la mayoría actual. Si hubiera una votación, el castigo sería muy claro", subrayó el director gerente de Ifop, Frédéric Dabi.

El descontento con la gestión del Gobierno estaría siendo capitalizado, según el sondeo de opinión, por los partidos ubicados a derecha e izquierda del presidente centrista

Tanto la Unión Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen como la coalición de izquierda Nueva Unión Popular Ecológica y Social (Nupes), liderada por Jean-Luc Mélenchon, han crecido de manera pareja en la expectativa de voto.

Estas serían las dos formaciones más votadas en unas posibles elecciones anticipadas con un 26% de apoyo cada una.

Ambos sectores se opusieron al proyecto oficialista de aumento de la edad jubilatoria y de años aportados para gozar de una pensión completa.

Los grandes perdedores serían los partidos que constituyen la mayoría presidencial, ya que la coalición Renacimiento del propio Macron caería al tercer puesto, con un 22% por ciento, y una pérdida de 5 puntos.

También cae, aunque solo un punto, el partido tradicional de la derecha francesa, Los Republicanos, que pasa de un 11 a un 10 % de intención de voto.

Apaciguar sin ceder

La difusión de los datos adversos al gobierno se produjo en medio de una polémica sobre las protestas de la última semana, que adquirieron un carácter masivo pero también violento tras la decisión del ejecutivo de saltar la votación en la Asamblea Nacional de diputados y sancionar la reforma con la sola aprobación del senado, donde el oficialismo tiene mayoría.

Se trata de un procedimiento constitucional previsto en el artículo 49.3, que le evitó al Ejecutivo someterla al voto en la cámara de diputados, donde no tenía una mayoría suficiente.

Los bloques parlamentarios de izquierda y de derecha presentaron sendas mociones de censura para anular el decreto presidencial que la aprobó, pero no alcanzaron el mínimo necesario para bloquearla.

La primera ministra Elizabeth Borne aseguró que la reforma aprobada por decreto "seguirá su curso" hasta que el Consejo Constitucional emita su dictamen, al término del cual el presidente Macron la promulgará.

Pero se hizo cargo de la impopularidad de la medida al anunciar que mantendrá reuniones con “grupos parlamentarios, partidos políticos, sindicatos y colectivos” con el objetivo de "apaciguar al país".

"Estoy a disposición de los agentes sociales. Hay que encontrar el buen camino: ¿encuentros bilaterales, una intersindical? Hay que calmar las cosas", afirmó la primera ministra en una entrevista con la agencia AFP. Pero quiere circunscribirlas a otros temas pendientes como las mejoras salariales dando por superado el eje del conflicto.

 También el portavoz del gobierno, Olivier Véran afirmó este lunes que "la ley sobre las pensiones está detrás de nosotros", ya que, una vez adoptada, el Consejo Constitucional debe pronunciarse sobre su validez en las próximas cuatro semanas.

Las centrales sindicales convocaron para este martes a la décima jornada de movilización contra la reforma de las pensiones, la segunda desde que la ley se adoptó por decreto.

La idea de Macrón de que el tema pensiones está superado choca también con los paros que llevan semanas en el transporte público, en las refinerías, en la producción de la electricidad o en la recolección de residuos.

Con el agregado de que el malhumor social desemboque en nuevos disturbios violentos como los ocurridos el jueves pasado al fin de las manifestaciones.

Represión bajo la lupa

Además de las protestas antigubernamentales en París y otras ciudades por las reformas de pensiones, se produjo un grave disturbio en la localidad rural de Sainte-serSoline con un saldo de 200 manifestantes heridos, al menos tres de ellos graves.

Aunque no está relacionada con la edad jubilatoria sino por la construcción de un depósito de agua de riego, la virulencia de los enfrentamientos reforzó una creciente sensación de que esta en curso un clima de ira pública.

Las protestas de los opositores al proyecto de irrigación en Sainte-Soline, cerca de Poitiers, se repitieron el sábado.

El portavoz del gobierno pidió a todas las fuerzas políticas condenar la violencia en las recientes protestas. "La violencia debe ser condenada sin reservas, sin un 'sí, pero', dijo, para culpar a grupos de ultraizquierda “que vienen a sembrar el caos".

“Desde hace 20 años no se ve un incremento en el uso de la violencia en los grandes momentos de protesta social", aseguró.

Véran cargó también contra Le Pen y Mélenchon, a quienes adjudicó "ambigüedad". "Hay una continuidad entre la violencia del discurso político y la violencia expresada en la calle", reprochó.

Pero la violencia de la represión puso en el ojo de la tormenta al comportamiento policial, al punto que la propia Inspección General de la Policía Nacional (IGPN) reveló que se abrieron 17 investigaciones desde el 19 de enero por posibles casos de violencia policial excesiva. Tantos casos sugieren que hubo una directiva centralizada.

(Con información de AFP y EFE)