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Mala educación

La prueba Aristas Media 2018 arrojó resultados muy preocupantes sobre los conocimientos de nuestros estudiantes de educación media
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10 de febrero de 2020 a las 05:00

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) evalúa los logros educativos en nuestro país por medio de una prueba denominada Aristas. Esta prueba se aplica en los grados tercero y sexto de la educación primaria y en el tercer grado de la educación media.

En este último caso la prueba se llama Aristas Media y abarca matemática y lectura. El informe del Ineed sobre la prueba Aristas Media de 2018 aún no ha sido publicado. Sin embargo, a raíz de un artículo del diario El País, el Ineed publicó el pasado mes de enero las bases de datos con los resultados de Aristas Media 2018.

Ellas permiten comprobar la exactitud del preocupante reporte de El País. La prueba en cuestión indica que el 63% de los estudiantes de 3° de educación media tienen un desempeño insuficiente en matemática. Esto significa que, por ejemplo, no fueron capaces de calcular bien un promedio aritmético.

El contexto socioeconómico y cultural no explica toda la desigualdad de resultados. Además, lo que hay que explicar no es solo la desigualdad

La apertura de este resultado por tipo de centro educativo es interesante. El porcentaje de alumnos con desempeño insuficiente en matemática fue: 33% en los liceos privados “comunes”, 64% en los liceos gratuitos de gestión privada, 67% en los liceos públicos, 80% en el Ciclo Básico Tecnológico (CBT) de la UTU y 90% en la Formación Profesional Básica (FPB) de la UTU.

El Ineed tiende a explicar los malos resultados de la educación pública por medio del contexto socioeconómico y cultural desfavorable de muchos alumnos de la ANEP. Sin embargo, si consideramos sólo los alumnos de contexto desfavorable o muy desfavorable, los porcentajes de insuficiencia en matemática son los siguientes: 62% en los liceos privados “comunes”, 70% en los liceos gratuitos de gestión privada, 76% en los liceos públicos, 85% en el CBT de UTU y 89% en la FPB de UTU. El contexto socioeconómico y cultural no explica toda la desigualdad de resultados.

Además, lo que hay que explicar no es sólo la desigualdad. Deberíamos reconocer lo antes posible que la educación uruguaya, en promedio, no es de buena calidad.

¿Qué se puede hacer para mejorar nuestra educación? Esbozaré aquí solo tres ideas.

1. Lo más urgente es realizar un buen diagnóstico. Muchos uruguayos creen que en nuestro país la educación primaria es buena y lo que está fallando es la educación secundaria. Por el contrario, nuestro mayor problema está en la educación primaria. Es en Primaria donde debería aprenderse a calcular un promedio. Si un chico sale de la escuela sin saber calcular siquiera un promedio, ¿qué probabilidad tiene de afrontar con éxito la educación media?

En apoyo de esta tesis, citaré declaraciones de Mariano Palamidessi (entonces director ejecutivo del Ineed) al semanario Búsqueda en 2017: “Según los niveles de competencia medidos por la ANEP…, casi la mitad de los chiquilines uruguayos salen de la escuela sin pasar el umbral de los aprendizajes básicos: leer, escribir, calcular. Esa es la dimensión del problema… La base de este fracaso es que hay una parte importante de escolares, concentrada sobre todo en los quintiles sociales más bajos, que no logra hacer pie en el sistema. No en educación media: en Primaria. Después eso se proyecta como un egreso prácticamente universal de Primaria a Secundaria, pero con chiquilines que llegan con mucho handicap, con muchos problemas acumulados… Esa es la situación con la que después Secundaria, con sus propios problemas, entra a lidiar… Gran parte del problema es que sobre esos déficits de entrada, [la] educación media no tiene herramientas.”

2. También me parece urgente reformar la formación docente. Como me dijo hace años una alta autoridad de la ANEP, los docentes uruguayos sufren de “pedagogitis aguda” debido a la formación que recibieron. A los estudiantes de Magisterio y del IPA se les enseña mucho sobre la pedagogía constructivista, la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget (1), la teoría socio-cultural de Vigotsky (2), la pedagogía crítica de Freire (3) y otras cosas semejantes, pero relativamente poco sobre formas prácticas eficaces de enseñar a leer, escribir y realizar las operaciones aritméticas o de enseñar historia o geografía. Por otra parte, en este asunto fundamental, no deberíamos seguir poniendo casi todos los huevos en una sola canasta. El cuasi monopolio estatal de la formación docente debería terminar lo antes posible.

3. Valdría la pena reconsiderar la posibilidad de una enseñanza media menos enciclopédica, que enseñe menos cosas, pero de un modo más sólido. No deberíamos resignarnos a que muchos egresados de la educación media sean casi analfabetos funcionales, con poca comprensión lectora y poca habilidad para redactar un texto aceptable. Por lo tanto, parece conveniente reformular los programas de algunas materias (por ejemplo, Idioma Español). l

 

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